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No me importaba parecer una loca, pero no tenía ni una sola pizca de empatía por el padre de Mirey. No era la primera vez que lo veía agresivo con ella, nunca dije nada más solo preguntar a Mirey y confiar en sus versiones. Fue por eso que, sin importar la escuela, escape de estos minutos antes de que tocara el timbre de entrada y me subí a cualquier taxi que pasaba por ahí.

El trayecto se me hizo una tortura, algo me dolía en el pecho, apenas visualice el edificio donde vivía, baje del auto y corrí sin agradecer. El guardia ya me conocía, por lo que me dejo pasar con algo de preocupación al ver mi rostro. Subí las escaleras, pues el ascensor demoraba y juraba que algo no iba bien. Incluso llegué a dudar que tenía alguna enfermedad.

Cuando llegué a el piso correcto, abrí la puerta de metal y ubiqué al instante el departamento de Mirey. Con algo de duda me acerqué, estaba lista para tocar la puerta, pero apenas apoyé mi mano esta se abrió. Escuche un grito y luego algo caer al suelo.

El corazón dejo de funcionar con normalidad y corrí pasando por el pequeño salón.

—¡Mirey! —grito entrando a la cocina.

Lo primero que veo es a mi amiga acorralada por su padre, este la tiene sujeta de su cabello tirando hacía atrás para asfixiarla con su otra mano.

—¡S-suéltame! —grito Mirey intentando soltarse del agarre de su padre.

Por unos segundos mi cerebro se quedó en blanco, di dos pasos torpes hacía atrás y cuando choqué con un estante de vasos, los dos me miraron.

—¿Quién eres? —escupió el mayor tirando con más fuerza del cabello de Mirey.

Entre en pánico puro y cerré los ojos apretando mis manos en dos puños.

—¡Déjala! —doy varios pasos largos y trato de separarlo.

En mi mente lo logré, pero en realidad era demasiado pequeña a su lado, así que intenté golpear su espalda. Él estaba tan concentrado en querer matar a Mirey que no le importo empujarme con su brazo tirándome a uno pasos. Caí sobre una silla golpeándome mi estómago y parte de mi cadera.

—S-Selene...aléjate —suplico ella con el poco aire que tenía.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas y me negué con rapidez. Su padre se alejó y trato de tomarme del cabello, pero logré arrastrarme lejos. Mirey trato de pararlo.

—¡Maldita niña, ven! —Hizo caer algunos cubiertos que estaban en el mesón, tomando un cuchillo de cocina.

Tuve miedo, grito suplicando que alguien del piso escuchara, que nos ayudara. Mirey corrió intentando coger algo para golpear, pero él se dio cuenta y por unos segundos se giró para tomar del cuello a mi amiga. Aquel corto momento de distracción, me ayudo a ponerme de pie. Con la respiración a mil y tomando mi cadera por el golpe, logre tomar entre mis manos un florero de vidrio. Temblando gire para romperlo en su cabeza, pero fue muy tarde, el logro tomar mi muñeca y estrellarme en la pared. Para ese punto era un mar de lágrimas, miedo y sentía que mis rodillas cederían en cualquier momento.

—¿Te crees una heroína? Eres una mocosa como mi hija.

Me quita el florero de un golpe y lo levanta para estrellarlo en mi cara, cierro los ojos con fuerza e intento escapar, pero de la nada dejo de sentir la cercanía de aquel hombre. Agitada abro los ojos y quedo en shock al ver a Jungkook repartiendo golpes en el rostro del padre de Mirey. Los dos ruedan en el suelo y solo puedo taparme la boca de la sorpresa.

—Llamare a la policía —soltó agitada Mirey, busco entre sus bolsillos su móvil y mientras Jungkook lograba inmovilizar al sujeto.

Apenas vi como el mayor quedaba inconsciente, corrí hacia Jeon y tomé su rostro entre mis manos para revisar cada centímetro de este. Tenía el pómulo rojo, pero nada grave. Cuando me aleje, él se levantó del suelo y tiro de mi brazo para rodearme con los suyos y abrazarme con fuerza. Escondió su rostro en la curvatura de mi cuello y siguió estrujando mi cuerpo.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora