Parte 6

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Dolor, entumecimiento, tensión. Siento el cuerpo como engarrotado, la cabeza embotada y la boca pastosa. ¡Menuda resaca! ¿Cuánto bebí? No lo recuerdo. Intento abrir los ojos, pero éstos me pesan.
¡No! ¡No estoy en mi cama! Siento el suelo duro, frío y el musgo en mi espalda ¿Qué es lo que ha pasado? Por un momento creí que estaba en casa. Abro los ojos, y veo todo borroso

-¡Qué... ¿Qué carajos significa ésto?!

Intento verme las manos, parecen normales. ¡Cielos! El estar tanto tiempo encerrado aquí abajo me está pasando factura. Alguna pinche planta o fruto silvestre tiene efectos alucinógenos. ¡Sí, eso es!

Me incorporo de mi posición buscando a Dulce... pero no la veo. Me rasco la cabeza queriendo recordar qué puñetas está pasado. Estoy a medio vestir. Masajeo un poco los músculos de mis hombros

-Dulce ¡Dulce ¿En dónde estás?

Nada... pero ni el ruido de un grillo.
Espero lo que parece ser una eternidad y esa mujer nunca que aparece. ¿Habré soñado todo? En mi derredor no hay rastros de que alguien más estuviese conmigo todos el éste tiempo. Decido levantar, tengo curiosidad por saber qué es eso que siempre la atrae para que esté observando siempre el rosal. Viéndolo de cerca no percibo nada peculiar, es un simple arbusto que da flores y ya. El rosal me intriga, el hecho que tenga esa especie de luz, resplandor propio, sin necesidad del sol; creo incluso que ahora lo hace más que antes.

No puedo creer lo que está pasando... ante mi ocurre un hermoso, simple y bello milagro. Un capullo finalmente se abre y florece una hermosa y fragante rosa. La acaricio con el dorso de mis dedos. Es real. Segundos después otros más hacen el mismo gesto.

Me quedo idiotizado por un tiempo que me pareció eterno. Hasta que finalmente reacciono y caigo en cuenta cuál es la verdadera razón por la que estoy aquí... me sacudo las telarañas de los sueños y me decido volver a la realidad

-¡La rosa de Eliza!

Rebusco entre mis bolsillos y encuentro la pequeña navaja, corto un par de flores satisfecho de poder finalmente lograr mi cometido.

-Ahora sólo tengo que ver cómo demonios salgo de aquí.

Camino siguiendo el sentido del río por un par de kilómetros, entonces siento que una ráfaga de aire fresco, busco su origen y parece ser como una especie de rama de túnel de cueva... pero si hay corriente de aire quiere decir que lleva al exterior.

Acierto por completo, y tras subir una cuesta con piedras resbaladizas finalmente veo la luz del sol. Estoy que salto de felicidad, aunque me quedo cegado por unos instantes

-¡Por fin soy libre! Ahora ¿Dónde puñetas está mi caballo...?

Busco en derredor y no reconozco nada ¡Estoy perdido! ¡Perfecto! Como si no he tenido bastante en toda ésta aventura. ¡No está ni el pinche río! No escucho su ruido ¿En dónde puñetas me he metido?

-Serénate Terry, no te pongas histérico. Respira... uno, dos... cincuenta, cien. Se puede saber cómo puñetas voy a hacer para regresar a casa.

Tras dar un par de vueltas a lo tonto, consigo llegar a un camino ¡Menos mal! Estoy cerca de Bedford, por lo que decido pagar un carruaje para que me lleve a casa ¡Paso de ir en caballo o me quedaré ni trasero!

El trayecto de regreso lo siento más corto que cuando empecé la travesía, menudo alivio. Empiezo a reconocer los jardines, pronto llegaré a la mansión. Me cercioro que las rosas estén bien... ya no huelen como en un principio, y tengo la ligera impresión de que están perdiendo su esplendor a comparación de cuando recién las corté. O serán alucinaciones mías, al fin de cuentas, ahí abajo estaba oscuro.

Cuando los caballos entran por los portones de mi residencia me siento pletórico y casi salto de júbilo de mi asiento. Al descender del coche veo que la puerta principal se abre, la sombra del mayordomo y una mucama. ¡Al fin en casa!

Le indico al cochero dónde puede llevar los animales para que abreven un poco, pobres, están cansados como yo

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Le indico al cochero dónde puede llevar los animales para que abreven un poco, pobres, están cansados como yo. Entonces escucho jaleo que viene de la casa y Eliza corriendo en mi dirección

-¡Mi amor! Santo cielos ¡Estás vivo!
-Eliza

Le recibo en un abrazo, no me esperaba ésta reacción... la observo un poco y me percato que tiene el rostro demacrado.

-Terry ¿En dónde te habías metido? Te estuvimos buscando por todos lados
-¿Cómo que en dónde? Eliza ¿A caso has olvidado dónde me enviaste?
-Mi amor... de eso hace mes y medio que partiste
-¡¡¿Cómo?!! ¿¡Mes y medios!?

¿Tanto tiempo? No me lo puedo creer. Me tambaleo un poco de la sorpresa, no tenía idea de cuántos días habían pasado. Escucho entonces las explicaciones que me da Stear, mientras acaricio la cabellera de mi novia, la pobre solloza con sentimiento, realmente estaba asustada y un sentimiento extraño empieza a embargar mi corazón

-Al pasar dos semanas y no saber nada de ti, mandé una partida de búsqueda, pero sólo encontraron tu caballo. Estuvieron buscando en los derredores sin mucho éxito. ¿Dónde te habías metido?
-Eehh... estaba... estaba buscando la rosa
-¿Y la encontraste?
-¡Por supuesto! Toma, sácala de mi alforja

Se lo entrego, pues Eliza no deja de abrazarme, mi pecho me punza con su llanto. Me siento mal de causarle daño. Es entonces que veo cómo Stear saca un rosa y al instante ésta pierde sus pétalos

-Pero ¿¡Qué haces!? ¡No me jodas la prueba de amor!
-No he hecho nada... ella sola se ha desecho
-¡No me digas eso! Debe haber alguna manera de poder conservarla ¡Piensa! Antes de sacar la otra
-¿Estás seguro?
-¡Claro que sí tonto! Con lo que me ha costado conseguirla, no vengas a joderme el sacrificio
-No me importa... Terry, la rosa no me importa, lo único que me interesa es que estás nuevamente en casa, aquí conmigo
-Sshhh... tranquila mi amor, no llores ¿Sí? Entremos por favor
-Por supuesto mi amor, debes de estar cansado y hambriento. Le diré a la mucama que te prepare el baño
-Gracias amor, por preocuparte por mi...

La insto a entrar y ella accede fácilmente, pero no me olvido de lo que le he pedido a mi amigo y me giro para decírselo.

-¡Y tú, busca la mera de conservar esa rosa o te corto el brazo!
-No hace falta que me amenaces
-Olvídate de eso Terry
-Jamás preciosa, esa es mi prueba de amor, por ti.

Le doy un beso en la sien y finalmente entro a mi casa. Eliza da las ordenes y todo mundo le obedece rápidamente. Tras ducharme y tomar una rica sopa caliente, empiezo a sentir que mi cuerpo pesa como el plomo. Mi novia me obliga a meterme en la cama... desde mi lugar veo la ventana y a un pájaro volar al otro lado del cristal, no puedo evitar pensar ¿Habrá sido toda una fantasía, alucinación? Y con eso, caigo rendido del sueño



continuará...

+PRUEBA DE AMOR+ TerryficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora