Capítulo 2

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Yoongi se preparó para ir a su primer trabajo en una cafetería. Gracias a que está cerca de su casa no se tiene que levantar tan temprano para llegar a tiempo lo cual agradece ya que le gusta dormir, pero, igual se tiene que levantar a las siete para llegar a su turno de las ocho am a las cuatro pm.

Trabaja medio tiempo en la cafetería y por las tardes es repartidor en un restaurante de pizzas de su tío, quien amablemente le dio el trabajo, aunque Yoongi sintió que lo hacía más por caridad que por realmente necesitar a un empleado más. Su sueldo no es mucho, pero por ahora le a servido para poder hacer sus gastos necesarios, que no eran pocos.

Como de costumbre Yoongi se arregló, se preparósu taza de café diaria, para no dormirse en el transcurso del día, y metió a sumochila lo primero que encontró que pudiera comer en su tiempo libre. Ya listo,se dirigió a la cafetería no sin antes despedirse de su madre, quien seguía ensu cama dormida.

La mañana estuvo tranquila, la mayoría de los clientes pedían para llevar, por lo que el local estuvo casi vacio de gente, a excepción del empresario Kim, quien todas las mañanas se sentaba en el mismo lugar, al lado de la puerta principal, a las ocho con veinticinco, a leer su periódico matutino; antes de darse cuenta que iba tarde al trabajo y se fuera volando, no sin antes dejar su propina. Yoongi es el mesero y desde que entó a trabajar ahí el señor Kim tiene la misma rutina de siempre, y no le tomó más de una semana aprendérsela; él también es quien atiende la caja y ayuda a limpiar. El local no tiene mucho tiempo de abierto, por eso él hace mucho, pero a él no le importa porque eso significa que le pagan un poco más.

Pasó su hora de la comida normal y a las cuatro en punto se fue sin decir nada a su segundo trabajo. Al llegar, su prima Yeji, hija del dueño quien fue obligada a trabajar ahí, le recibió diciendo que tenía que ir a entregar unas órdenes. 

-Mi turno aún no comienza, apenas son las cuatro y media -dijo Yoongi yendo al vestidor para ponerse su uniforme.

-Ya lo sé, pero eres el único repartidor. El otro nuevo se enfermó y no vendrá esta semana. Ten, igual por ahora no son muchos.

Le dieron seis ordenes en total, cuatro ordenes de pizza para una casa y dos órdenes más para diferentes domicilios. Yoongi no perdió el tiempo y fue directamente a dejarlas. Entre más rápido lo haga mejor, pensó.

Primero dejó las que quedaban más cerca del local, que eran las dos individuales, y solo le faltaba la última que estaba un tanto más lejos. Por suerte el restaurante le prestaba una moto para poder hacer las reparticiones más rápido y menos pesado. Al llegar a la calle, buscó el número de la casa y al estar seguro de que es esa casa tocó la puerta.

Una joven lo recibió y al ver que era la pizza le pidió que esperara un momento en lo que iba por el dinero. Unos minutos después sale un chico que no tardó en reconocer quien era.

-Buenas tardes ¿cuánto es? -era Hoseok, el chico de la otra vez.

-Eh... son 14,500 wons.

-Claro -Hoseok sacaba el dinero, pero Yoongi se quedó pensando, ¿no lo reconoce? ¿Sera por el cubrebocas y el gorro que lleva puesto?

Luego de que le pagara no dijo más y se fue de ahí para volver al trabajo.

Solo fue coincidencia, no tiene importancia; se decía a sí mismo.

Antes de que Yoongi terminara su turno a las diez de la noche le pidieron que él limpiara el lugar y lo cerrara. Era tedioso la limpieza, pero no tenia de otra. Mientras barría escucha que la campana de la puerta principal y piensa que un cliente.

-Lo siento, ya cerramos por hoy -dijo sin voltear a ver quién era.

-De hecho, no vine a comer. -esa voz hizo que dejara de barrer y volteara a ver, era Hoseok.

-Hoseok, ¿qué haces aquí?

-Al menos te acuerdas de mi nombre, eso me alegra -dijo muy animado-. Vine porque te reconocí cuando nos diste la pizza y... quería ver si podrías darme tu número o algo así, ya sabes para poder hablar contigo. Me caíste bien. -se le notaba el nerviosismo al hablar.

Yoongi no supo que decir o qué hacer, se sentía extraño saber que alguien quería hablar con él. Hoseok al ver que no recibía respuesta recordó lo que su amiga le dijo antes de ir a la pizzería "si quieres hablar con él, debes hacer algo para lograrlo". Tomó valor, se acercó a él y en un papelito que él traía escribió su número.

-Ten, espero podamos ser amigos. Buenas noches. -dijo con una sonrisa amable y se retiró de ahí.

Yoongi se quedó pensando unos minutos lo qué acaba de pasar. Su mirada, su tono de voz, la forma en la que le entregó el papelito; parecía que ser otra persona. De ser un chico nervioso, pasó a un chico seguro, amable y hasta un poco coqueto. Ese cambio le tomó por sorpresa y tardó un momento en poder digerirlo. Guardó el papelito en su pantalón, pero era obvio que no lo iba a llamar ni a mandar mensaje, no lo conoce de nada más que el funeral y no tenía mucho interés en hacer nuevos amigos.

Cuando por fin terminó de limpiar el lugar se regresó a su casa y al comprobar que su madre estaba dormida fue a su cuarto a prepararse para dormir. Mientras se duchaba su curiosidad se hizo más grande por ese papel. Al salir decide verlo, mas no usarlo, y dice en voz alta el nombre escrito en él.

-"Jung Hoseok".-Admitió que tiene una linda letra, algo infantil y a la vez limpia y ordenada,pero igual no planea ser su amigo. No tenía cabeza para pensar en eso ahora,tenía cosas que hacer, deudas que pagar y medicinas qué comprar. No teníatiempo para volver al juego de tener amigos. Arrugó el papel y lo lanzó a susuerte antes de acostarse en su cama y dormir.

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