Capítulo 13/☆

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-General Morando- Llamo Krel

-Mi señor, ¿En que puedo servirle?- Se aproximo el mencionado con cierto atisbe de aburrimiento en sus palabras.

-General, tengo entendido que no esta necesariamente muy ocupado a estas Horvaths- Empezó el rey, casi sin dirigirle la mirada -Me gustaría que llevara la "caridad" a cierto sector indigente de Akiridion- Dijo casi sin mucho interés.

-Sabe, mi señor, que jamás me negaría a una de sus peticiones.- Si no fuera por ciertos "contribuidores extranjeros" que lograban agotar todas sus energías para su plan maestro, hace rato hubiera dejado las formalidades de lado -Discúlpeme el atrevimiento, pero ¿Ese no era acaso el trabajo del Teniente Vikram?-Menciono con notorio disgusto en sus palabras. Pareciera que el oportunista estuviera tomando represalias. Morando no tenia ganas (ni paciencia) para desafiar la orden real, así que simplemente se trago su orgullo y prosiguió con la etiqueta.

-Oh, por supuesto que lo era. Pero no se preocupe por el, estará muy ocupado a partir de ahora como para poder continuarlo. Es por eso, General, que se lo encargo a usted ¿Algún problema?- Krel levanto por fin la vista de sus documentos y le escudriño con la mirada esperando respuesta.

-Ninguno, su majestad.-

-Queda resuelto entonces. Que le vaya bien.-

Oh, la realeza podía ser a veces bastante hipócrita, decía preocuparse tanto por su nacion y su gente, pero de alguna forma siempre lograban olvidarse de demostrarlo con acciones.

Cuando Akiridion aun no era el poderoso imperio que es hoy, seria correcto afirmar que era una especie de "zona de guerra". Casas con gran poderío luchando por el control total del planeta, una guerra que llevaba sucediendo desde, prácticamente, las primeras canciones. Nadie sabia el porque de tanta discordia, sin embargo, nunca se molestaba en buscar respuesta.

Todo apuntaba a otros cientos de milenios mas de sufrimiento, de no ser por un par de intrépidos adolescentes enamorados dispuestos a dejar de lado cualquier diferencia. Lo que empezó como una prueba de amor verdadero entre ambos jóvenes de sangre noble fue convirtiéndose en el motor que impulsaría el futuro de Akiridion-5.

Los años pasaron, la casa Tarron se formo. Los eruditos hablaban con fervor sobre los Keltons dorados que se avecinaban para el planeta... De no ser por ciertos sectores que rechazaban la unión de ambas casas, objetando siempre que nunca serian gobernados por unos usurpadores sin vergüenzas. Se intento una rebelión sin rumbo fijo con un cabecilla que a la actualidad "nunca pudo ser identificado". Ahora, esa misma gente que rechazo a la realeza e intento destronarlos, ya sea por obra del destino o ciertos... "factores externos", estaban condenados a vivir en la miseria en los limites mas remotos de la ciudades principales, pobres y con odio en sus resentidos núcleos.

Es por eso que cada cierto tiempo, el Teniente se encargaba de llevar "ofrendas de paz" a los mendigos, muy bien aceptadas si, pero nunca retribuidas con siquiera un "gracias" o una sonrisa. No era un secreto, nadie disfrutaba de esas convivencias, esos choques aparentemente frecuentes entre extremos demasiado opuestos no llevarían nunca a nada bueno. Es por eso que, con el tiempo la realeza perdió el interés en ellos, arrastrando consigo a los que no conocían nada de su antigua y frustrante historia.

Los nobles gozaban de una paz bien merecida, producto de su arduo esfuerzo para ser lo que son. Los ciudadanos comunes disfrutaban sin muchos problemas, reverenciando a la realeza y continuando con sus mundanas vidas. Y por ultimo, los mas descontentos, viviendo a las sombras y renegando de la gloria de otros por sobre su miseria, pero sin hacer nada para cambiarlo.

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⏰ Última actualización: May 02, 2022 ⏰

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