Capítulo 11/☆

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–Ella... ella ya no volverá?– Susurro el menor mirando a la nada – ¿Davaros ya no estará con nosotros Kilian?–

–No Arick, ya no.– Respondió dándole la espalda abrazándose a si mismo– Fue...– Respiro profundo conteniendo las lagrimas– Fue por mi culpa.-–

Arick lo miro triste desde su lugar, lagrimas inconscientes brotaban de su infantil mirar.

–¡No es cierto!– Grito sollozando -Hiciste lo que pudiste, ¡ Lo intentaste al menos!  Yo... ¡Yo huí Kilian! Soy un cobarde...–

–No huiste... saliste en busca de ayuda, sino fuera por eso ahora estaría muerto.– Respondió sin dirigirle la mirada, Kilianus sabía que si lo hacía el llanto seria incontrolable. –No eres un cobarde, hiciste... lo más lógico.–

Arick le vio angustiado, perdido en el desconsuelo, ese tono tan distante con el que su familiar hablaba no era normal y no sabía que hacer para ayudarlo.

–Kilian...yo, yo –Lloraba buscando las palabras– estoy seguro d-de que ambos hicimos lo que pudimos y-y... y que desde el lugar en el que este, Davaros estaría contenta por habernos protegido... no fue culpa de nadie...–

Con cada palabra caían desbordantes y finos los lamentos desde el corazón más joven, anhelando en su interior que sus palabras no quedarán en el olvido de ese momento.
Espero angustiado alguna respuesta por parte de Kilian, cosa que nunca llego pues pareciera como si no le hubiera oído o simplemente lo había ignorado. Logrando así deprimirlo aun más y ahora en silencio y soledad arrinconadose alejado en alguna esquina de la habitación. Cuando la realidad era que simplemente Kilian, perdido en el pasado no encontraba las palabras para responder su trágico presente.

Las horas pasaron crueles. Cada segundo parecía algo de jamás acabar, largo, tedioso y horrible, eso más el bullicio que había afuera en el castillo. Buscando seguramente al causante de este cruel instante.

Mientras esperaban obedientes que algún adulto viniese a buscarlos después de ser desamparados en ese lugar por Vikram, los niños de manera inconsciente no dejaban de ver temerosos cada esquina o sombra que se moviese en la habitación, sabían que él mayor nunca los dejaría en un lugar peligroso, pero aún así... el miedo llego para nunca más irse.

De un momento a otro el silencio inundo todo el lugar, causando en ellos una inquietud y ansiedad tal, que Arick por su lado ocultaba el rostro entre sus rodillas esperando lo peor mientras que Kilian rasguñaba el frío suelo inquieto.

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–¿Ya tienen al responsable? –Cuestiono Aja colérica –¡Tal acto de traicion no puede quedar impune!–

El ambiente en la sala real era tenso, ningún soldado decía nada y se negaban avergonzados a dirigirle la mirada a la realeza.

–¡El nivel de incompetencia es impresionante! –Gritaba la reina al borde del llanto– Se supone que su deber es protegerlos ¡Ese era su único trabajo! ¡¿Y que paso?! ...Se burlaron en sus caras.–

–Con todo respeto mi señora, pero nadie pudo prever eso...–Hablo Val Morando desde su posición sin dirigirle la mirada- Nadie sabia lo que pasaría.–

–No–alzó la voz el teniente Vikram, quien se encontraba consolando a su pareja– Alguien si sabia de esto, entre nuestras filas hay un traidor – Con cuidado se aparto de Krel y se dirigió a todos los soldados del lugar– Alguien con las capacidades para modificar el núcleo de Katari, alguien con...poder. –

–Que bueno que lo mencione, teniente.– Respondió Morando levantandose de su asiento– Dado los hechos y lo que nos contó, lo correcto seria suponer que el traidor sería usted... ¿No cree?–

-Mi Pequeño gran Guerrero-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora