3

1K 121 4
                                    

Seokjin había llegado a las dos de la madrugada, mientras Yoongi dormía profundamente, pero cuando las manos heladas del doctor se deslizaron debajo del piyama de su esposo, acariciando su estómago plano y con la otra mano viajando a su, también plano, pecho, Yoongi despertó.

"Eres precioso", le susurró en el oído, mandando una ola de sensación electrizante en el cuerpo de Yoongi. Y un instante después, Seokjin se rindió ante el sueño.

Yoongi se dio la vuelta con cuidado de no desprenderse de los brazos que lo apretaban con cuidado. Hizo toda una maniobra maestra para quedar frente al mayor mientras los brazos ajenos lo apresaban ahora de su espalda desnuda.

Dormir ya no era una opción para Yoongi, quien agradeció que las cortinas del dormitorio no estuvieran cerradas por lo que por la poca luz de la ciudad podía observar el hermoso rostro de Seokjin.

Admiró cada centímetro del rostro de Jin, acariciando con cuidado de no despertarlo. Pensó en lo genial que le quedaba cada vez que se teñía el cabello de diferente color, lo volvía más sexy.

"Te amo", susurró, mientras paseaba sus dedos por la cabellera del rubio. Jin ronroneó ante la sensación exquisita y se apegó más al cuerpo del menor. Yoongi rememoró todas las promesas que Jin le hizo, pero una era la que más le golpeó la mente. "Prometiste hacerme cantar seguido."

El día que conoció a Seokjin, Yoongi tuvo miedo por lo que estaba sintiendo. No ayudó mucho cuando se quedó tres días en el cuarto donde Jin vivía. Quizá ya había sido una locura que se besaran pasadas dos horas de hablarse, pero Yoongi y Jin se acosaron desde hace más tiempo. Al menos Jin había estado más tiempo esperando la oportunidad de poder conocerse. Jin le confesó que había esperado otra eternidad en que Yoongi llegara a enamorarse de él, pero al ser las cosas bastante rápidas, se sintió afortunado, mencionando que los dioses lo habían bendecido.

Seokjin solía contar la historia de cómo observaba a Yoongi de lejos, y Yoongi adoraba escucharlo mil veces sin quitar su sonrisa de lo romántico que era ese momento. "Pude ser feliz más antes si me hubiese llenado de valor para hablarte", admitía Seokjin, siempre.

Aquellos días en los que Yoongi se escondió en el apartamento de Jin, para evitar que alguien en su familia le preguntara por su mejilla morada, pudo conocer mejor a Seokjin como si hubieran pasado años de noviazgo. Aunque lo que jamás olvidaría Yoongi fue ese tercer día en que se tomaron de las manos, mientras estaban de rodillas en la mitad de la cama de Seokjin. Yoongi tenía el pelo ceniza y Jin el pelo rojizo. Ambos se hablaron con la mirada: Seokjin rogándole por un permiso y Yoongi cediendo.

Hoseok había sido muy respetuoso con Yoongi respecto al sexo. Hoseok decía que lo comprendía, aunque lo decía de una forma que a Yoongi de alguna manera lo molestaba. "Yoongi es tímido detrás de esta imagen seria, tratando de ser intimidante." Pero cuando llegaron a cumplir un año de noviazgo, Hoseok empezó a insistir poco a poco, sin tener resultados positivos, y ahora, Yoongi se estaba entregando a alguien con quien apenas interactuó por tres días, y se entregaba a la luz del sol mientras cerraba sus ojos al sentir los labios del mayor sobre su piel pálida.

Yoongi era inexperto, y su inseguridad quiso salir a flote al no saber qué debía hacer. Sintió un cosquilleó con una mezcla de sacudida al sentir cómo las manos de Jin exploraban más allá de sus caderas, apretando con cuidado sus nalgas.

En otra situación, Yoongi habría pedido un alto, pero en ese momento y con ese hombre, Yoongi lo necesitaba a pesar de tal vez estar jugando con fuego.

Seokjin era el hombre más preparado para Yoongi, porque sabía cómo hacerlo sentir bien a pesar de ser su primera vez. Aunque sintió un poco de dolor cuando lo penetró, Jin lo relajó a base de besos mientras le susurraba cosas lindas, y una vez que todo parecía ir bien, las penetraciones se sintieron extrañas, como si lo partieran sin hacerle daño, pero sí causándole algo inexplicablemente excitante. Yoongi sólo podía pensar en lo afortunado que era por tener al hombre más guapo de la ciudad entre sus piernas, mientras le hacía gemir por toda la habitación sin poder contenerse ni mordiéndose el labio inferior. En ese momento ya no le importó el sentirse avergonzado, solo entregarse completamente sin saber qué sucedería después, tal vez lloraría y se odiaría por entregarse tan fácilmente cuando Hoseok había tardado un año para empezar a insistir con el tema.

Después del sexo, Yoongi fingió dormir para que, en un descuido de Jin, pudiera escapar del apartamento y olvidarse de todo eso. Tenía miedo de enfrentarlo al rostro porque si nunca se entregó a Hoseok fue por la inseguridad que tenía sobre su cuerpo. Aunque hace horas, esa inseguridad había desaparecido con las caricias de Jin, cómo lo tomaba con delicadeza y adoración.

"Sé que no duermes", Seokjin habló, asustando a Yoongi después de las cuatro horas que se había mantenido en silencio. Ahora, al sentirse descubierto, se ocultó más entre las sábanas mientras sus delgados dedos se entrelazaban entre las sábanas para hacer un fuerte agarre por si el mayor intentaba descubrirlo.

"¿Tan mal estuvo?", preguntó Jin, con fingido dolor. "Por si quieres saber; a mí me encantó", volvió a hablar al no recibir un solo sonido por parte de Yoongi. "No creerás que dejé de amarte, ¿verdad?", y esta vez Jin dejó escapar una risa, mientras intentó destaparlo, pero antes de poder siquiera usar un poco de su fuerza, pudo ver cómo el cuerpo de Yoongi temblaba. Seokjin quiso creer que Yoongi se estaba riendo, pero cuando apoyó su mano en su hombro, encima de las sábanas, supo que estaba llorando.

La familia de Yoongi había sido muy cruel con él sobre su imagen, que a pesar de arreglarse aún podía verse feo, y aunque hiciera mucho ejercicio cada día, nunca lograba acumular músculo ni en sus brazos y menos en sus piernas que parecían fideos. Así que pensó que, si lo poco hermoso que los demás podían ver en él (siendo horrible), no quería imaginar qué pensarían al verlo desnudo. Pero Seokjin en ningún momento se había detenido al hacerle el amor, no se rio ni mostró desagrado al verlo. Dejó de sujetar las sábanas, dejó que Seokjin lo destapara fácilmente, y dejó que Seokjin lo viera como realmente era, alguien débil. Se mostraría en todo sentido, a pesar de su disconformidad, porque lo amaba, y quería estar seguro que él también lo amaba como era.

Claro que Seokjin lo vio con adoración y preocupación al verlo llorar. Le sonrió con pena, diciéndole que si seguía llorando se sentiría culpable.

"Te amo, Yoonie", y con esas palabras, Yoongi sonrió, para acto seguido abalanzarse a abrazarlo mientras el mayor correspondía, dejando besos en su cuello y hombro. "Promete que sonreirás más, Yoonie. Y yo prometo hacerte cantar más seguido en la cama". Entonces Yoongi se puso tan rojo que, en la segunda ronda, intentó no gemir.

Sin resultado alguno, obviamente. 

One Misstep [Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora