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Seokjin estaba listo para marchar hacia su trabajo. Eran las 7 de la mañana y Yoongi estaba feliz porque habían dormido juntos y despertado juntos, sin que ninguna llamada de emergencias del hospital los separara.

"Hoy puedes almorzar con tus amigos", pronunció Seokjin, mientras devoraba su desayuno y revisaba unos papeles.

"¿Por qué?", intentó sonar desinteresado. Pero para sonar desinteresado, había preguntado demasiado rápido, a pesar de saber la respuesta.

"El proyecto...", y antes de que Yoongi preguntara sobre eso, Seokjin lanzó un suspiro agregando: "y almorzaré en el hospital".

"Tal vez hasta deberías quedarte por siempre allá", pensó Yoongi, sin dejar de mirarlo. Bien podría decirlo en voz alta, para ver cómo reaccionaría Seokjin, pero no, no podía estresarlo, aunque odiara admitirlo, sabía lo duro que era para Seokjin el trabajo en el hospital. Aunque ese proyecto que los mantuvo alejados esos últimos meses, ¿era real? Seokjin no podía mentirle, no otra vez.

"¿Llegarás a dormir?", preguntó Yoongi, cuando Seokjin se levantado para ir hacia su cuarto de estudio. Jin se detuvo para mirar a Yoongi con un gesto sorpresivo. Yoongi supo que no era por la pregunta que Seokjin se había alarmado un poco, sino por el tono afligido con el que había preguntado.

"Llegaré tarde, pero llegaré", contestó Seokjin, después de acercarse a acariciarle la mejilla a Yoongi. Lo que menos deseaba Seokjin era preocupar a su esposo, pero había tanto trabajo que sin merecerlo lo puso en segundo plano, y por ello no era menos importante. Le dejó un beso en la frente, repitiéndole que llegaría. "Tal vez no cenemos", concluyó, aunque a Yoongi pudiera molestarle, pero era mejor siempre la verdad.

Antes de que Seokjin saliera del departamento, recibió una llamada que no pudo ignorar, y se despidió de Yoongi con la mirada. "Namjoon, ¿no crees que es demasiado temprano para eso?"

Las puertas del ascensor se cerraron, y Yoongi empezó a maldecir el nombre que había pronunciado Seokjin. Volvió al comedor sin muchas ganas de desayunar. Y cuando trató de retomar su sueño, no pudo evitar alejar un recuerdo que amenazaba quedarse ahí como un sueño, o tal vez una pesadilla. Odiaba ese recuerdo...

Cuando Seokjin y Yoongi cumplieron dos meses siendo novios, dos meses que no perdieron un solo día en amarse con pasión, demasiada pasión que Yoongi había empezado a andar en las nubes, era tan feliz que sin darse cuenta aceptaba cualquier cosa que le pidieran los demás. Pero esa felicidad terminó, porque nada podía durar demasiado, menos siendo algo bello.

En esos dos meses, Yoongi estaba bien informado de las becas que Seokjin tenía: para alimentación, vivienda, estudio y su beca de beneficencia con dinero extra por ser el mejor alumno.

El apartamento donde hacían sus cositas románticas, era lo que la universidad le prestaba, la comida que comían también se lo daba la universidad, todo era como un regalo. Pero ese regalo se vio en dificultades de desequilibrarse cuando los rumores empezaron a correr de que el prestigiado estudiante de medicina estaba teniendo relaciones sexuales con un estudiante de secundaria, y quizás menor de edad. Era normal que las autoridades administrativas de la universidad movieran cielo y tierra para verificar el rumor, pero lo que realmente les importaba de todo era que ese amante de Seokjin fuera un chico, un hombre. Dejando en claro su homofobia.

Yoongi jamás olvidaría cómo los encontraron en el apartamento, cómo lo jalaron a la fuerza hacia afuera mientras se cubría con una sábana. Tampoco olvidaría la decepción en los rostros de sus padres, y mucho menos cómo Seokjin se vio afectado al perder absolutamente todas las becas.

Aunque había una condición para que todas las becas regresaran, y para ello Seokjin debía negar a Yoongi.

"Yo amo a Yoongi, no lo negaré", fueron las palabras de Seokjin ante sus superiores, quienes muy alarmados empezaron a atacarlo, tratando de hacerle ver su error. Y solo lograron que Seokjin empezara a llorar.

"¿No ves que ese 'enfermo' arruinará tu futuro?", "Nunca podrás llegar a ser nadie en esta sociedad si eres un homosexual." Más y más palabras de esas atormentaron a ambos enamorados.

Yoongi ya había cumplido los 18 años antes de tener relaciones con Seokjin, aunque en ese momento ninguno de los dos lo tomó en cuenta. Y ese dato calmó el orden de las demandas contra Seokjin quien, sin la ayuda de sus padres, que habían decidido rechazarlo como su hijo por homosexual, se vio solo y perdido.

"Trabajaré por los dos", dijo Yoongi cuando su hermano le preguntó qué haría con su vida ahora que se graduó del colegio y, que sólo su hermano y Seokjin fueron a la ceremonia, porque sus padres, al igual que los de Jin, no aceptaron que realmente planeara se homosexual por toda la vida. Según los señores Min, la homosexualidad de Yoongi era pasajera.

El sonido del timbre lo despertó. Yoongi agradeció a quien sea que lo hubiera despertado. Inhaló y exhaló varias veces para desaparecer el nudo en su garganta por ese recuerdo.

Era Hoseok junto a Jimin, quien siempre parecía abrazar el malhumor cuando estaba cerca de Yoongi. Jamás lograron llevarse bien, aunque Yoongi lo intentó, pero al parecer Hobi no ayudaba mucho al estar pendiente de Yoongi, como si no le importara que estuviera casado, era como si Hoseok guardara aún alguna esperanza para con Yoongi.

Suga!" se abalanzó hacia él para abrazarlo, mientras Jimin le retenía la mirada como intentando intimidarlo.

"Suéltame", Hoseok lo hizo sin hacerse rogar. Le dio un beso en la mejilla como saludo y tomó la mano de Jimin. "Suga, hazme un favor, ¿sí?"

Yoongi miró a Hoseok con curiosidad, preguntándose en qué podría ser de ayuda él, a no ser que le pidiera alguna locura como algunas veces, pero si estaba Jimin ahí, seguro era algo serio. Le respondió con un breve asentimiento, y Hoseok continuó:

"Jimin y Taehyung irán de compras por todo el día y necesito que los acompañes", juntó ambas manos como si rezara, para rogarle con un hermoso puchero que solía ser tierno en Hoseok. Yoongi bufó con clara desilusión, además, Hoseok sabía que ni él ni Jimin se llevaban bien, y como Taehyung era el mejor amigo de Jimin, obviamente estaría de su parte.

"No, ya son grandes para necesitar un niñero". Jimin sonrió hacia Hoseok, victorioso. Mientras Hoseok empezó a impacientarse.

"Solo ve y ya..." murmuró Hoseok, "necesitas salir de esta jaula, por dios".

"Vamos, Min", pronunció Jimin, sorprendiendo a ambos oyentes. "También podemos pasar por cosméticos para que dejes de verte tan feo".

Yoongi odiaba que Jimin siempre usara ese gesto de asco al verle el rostro o algo específico en él, y para su infortunio, Hoseok no lo regañó ni lo calló con la mirada a su novio. Parecía estar de acuerdo, haciendo que Yoongi empezara a sentirse agitado, tal vez por eso Jin...

"También necesitas salir de compras, te urge. Yo no te soporto, pero Taehyung tiene buen gusto por la ropa, podrá ayudarte a verte menos... ñoño." Finalizó Jimin, orgulloso de haber dicho algo útil.

Hasta las groserías habían desaparecido de la boca de Yoongi, sin saber qué responder. Si Hoseok no negaba nada de lo que Jimin estuviera diciendo, era obvio que Yoongi estaba descuidado. Pero él siempre se cuidaba, lo intentaba haciendo ejercicios, cuidando su piel con mascarillas, Yoongi siempre cuidaba su imagen para Jin. Yoongi tenía ropa bonita, al menos así lo creyó, pero al parecer no. Sintió ganas de llorar, pero Hoseok lo salvó al jalarlo hacia la cocina donde le dijo que estaría bien si no quería salir.

"Necesito que te lleves bien con Jimin", le dijo Hoseok. "Y necesito que salgas más, Yoon. No te hace bien estar encerrado aquí."

Yoongi muy pocas veces salía a alguna parte, y pocas veces se juntaba con sus amigos que eran muy pocos. Sin estar convencido, aceptó ir de compras con Jimin y Taehyung. 

One Misstep [Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora