La amistad puede estar en cualquier parte del mundo.

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-Jamás fui buena en clases, jamás entendí bien las clases, era un fastidio escuchar siempre "Señorita Rodríguez deje de hablar", era agobiante. Nací en Anzoátegui, Venezuela, mi mamá maestra y papá chef. Soy la menor de la familia, a mis hermanos jamás los veo, tienen esposa e hijos Tengo una vida tranquila, siempre he tenido lo necesario, aunque mis calificaciones no son del todo buenas. La psicóloga del colegio dice que tengo déficit de atención Ahssss, ¿quien le va hacer caso a una vieja loca, no? Tenían un grupo de amigos de 6 personas nada más, ya saben no es cantidad sino calidad o bueno eso al menos pensaba yo. Estuve en sus peores momentos, y ellos en los míos éramos el grupo más perfecto.

Llegó el día, me iba del País, a Chile. Obvio me puse a llorar, por mis amigos, mi casa, mi familia. –No, no, yo no quiero, ¡mis amigos son todo lo que tengo! O...al menos eso creí. Unos días antes de irme les di la noticia y pensé que iban a llorar pero ¿saben por qué? No pasó nada... se enojaron conmigo por razones estúpidas, ¡sin yo él saber por qué! ¿Enojarse conmigo? Cuando me voy... en serio... ni si quiera me hicieron una despedida, solo me dejaron de hablar, como si yo no existiera, como si los momentos donde estuve allí con ellos desaparecieran ¿Tan poco les importo? tan poco.

Estuve mal, cuando te vas del país, y dejas a tus amigos, te da miedo que te olviden, que consigan a alguien mejor, pensando que yo no era suficiente, que me reemplazan rápido, éramos los 4 contra el mundo. Cuando me di cuenta, muy

Tarde por cierto, que solo era yo la que me esforzaba ustedes creen que estoy exagerando y no, o bueno, tal vez, Pero...duele más ver a tus mejores amigos convirtiéndose en extraños, no tenía ánimos de nada, Solo quería largarme y ya, largarme. Mi mamá notaba mi enojo y me encierro de mi misma, encierro de ver "cosas buenas "Así que me puse a ver mis series en Netflix's era mi escape, y así no pensaba tanto, ¿porque la vida no tiene un guion?; ojalá existiera un libro donde nos dijera cómo vivir, estoy cansada de no saber qué hacer...o qué camino tomar...

Al llegar el día del vuelo, estuve todo el día, en el aeropuerto viendo mis series, parecía lunática, era feliz evadiendo la realidad, no quería prestar mucha atención en lo que pasaba al mi alrededor, mientras nos montamos en el avión, la ansiedad se apoderaba de mi cada vez más, no resistía, así que dormí durante todo el vuelo. Al llegar buscamos nuestras maletas, nos fuimos al departamento que arrendo mi madre, pasaron 15 días hasta que pum, otro golpe duro, empezar el colegio en chile. Yo no quería, después de la experiencia que pase con mis "supuestos amigos", No, y no, que no soy buena en clase no, no, no, no, no, no, es un rotundo NO Claro, llega mi madre con las charlas motivacionales, yo la amo mucho, así que por ella, me animé a ir, me animé a dar lo mejor de mí

El primer día me desperté, alisté mis cosas me puse mi moño azul que tanto me encanta y di mi mejor cara, con todo voy. Cuando entre al salón de clase, me dio un sentimiento de vacío, me encerré en mí misma y ni quería hablar. Pasé todas esas semanas triste, sin hablar con nadie, (aquí entre nos), tenía cierto odio o rencor hacia mis compañeros, me creí superior a ellos y sin ningún motivo, fue un error. Un gran error...Los demás me veían como una chica callada, misteriosa,

Pase dos meses así

Hasta que un día, una chica se me acercó.

-hola, ¿porque no hablas con nosotros?-

-no me gusta- respondí muy fríamente

-¿porque no haces el intento?- me dijo ella con una sonrisa en la cara-

-ya tuve experiencia una mala en mi otro colegio ¿sí? No quiero hacer amigos -

-tu pasado no te define, ya déjalo y vive el Presente -

Esas palabras me dejaron pensando un buen rato...

Y sin más rodeos le contesté

-¿tú crees que los demás me acepten?-

-como te van aceptar los demás, si ni tú te aceptas -

Otro golpe bajo,

Vaya, esta chica no es tan estúpida como creí, pensé

-tú tienes razón- respondí con voz temblorosa - bueno; -déjame empezar de nuevo, hola un placer me llamo Daniela -

-holaaa Dani, me llamo Amanda -

Desde ese día, Amanda siempre intentó alegrarme, me hizo conocer gente, hizo todo lo posible para que yo me sintiera en casa. Investigaba sobre Venezuela, hasta inventó un aniversario de mejores amigas, todos los cuatro de cada mes me regalaba algo y yo seguía con mi comportamiento indiferente y mi mal humor

¡Ay Amanda, este año fue horrible! -

-yo no creo lo mismo -

-¿porque?

-porque al menos te conocí a ti -

La miré con cara de conmovida

-¿porque te importa tanto la amistad?

-siempre hay que ayudar, soy fiel creyente en la amistad, así me rompan el corazón mil veces, siempre hay que ayudar

Y siempre lo demuestro con acciones, las palabras no dicen nada

-¿Suena irónico no?

Me dejó pensando, y es que sí, tiene mucha razón, desde ese día, Amanda y yo fuimos inseparables, me atrevo a decir que me enseñó el significado de amistad y no, no es por ir a fiestas o reírnos a mitad de clase.

Esta experiencia me ayudó mucho, cuando te vas a otro país a vivir, te das cuenta que cada país es un mundo, tienes que aprender nuevas palabras, costumbres, celebraciones, fechas, la comida, la historia y las personas, sin embargo somos los mismos, ¿qué importa la nacionalidad? No debe haber barreras, ni por mí, ni por parte de ellos. Ella me apoyó, me escuchó, estuvo ahí conmigo y, no puedo estar más agradecida, después conocí a Zaelia (lo sé, un nombre raro) También me apoyó mucho, después vino Emiliana, luego Carmen, tenía a mí alrededor gente que me trasmitía paz y entendí lo que era la verdadera amistad y, lo especial que son, lo sé, somos adolescentes, todo es pasajero, vendrán más

Personas, pero... esas personas que te demuestran que sí te quieren, y no con palabras, con hechos, no las dejes ir.

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