El Mundo

Nunca le pude decir adiós

Mis amigos me dicen Bishop, tengo 14 años, nací en Colombia, soy muy buen estudiante, quiero estudiar Diseño Industrial, me encanta dibujar, diseñar carros, es mi pasión, mi imaginación vuela, mis padres casi nunca están en casa, pero no me malinterpreten, amo a mis padres, nunca falta el amor...y pensar...que casi pierdo a uno de ellos...les voy a contar, me voy a desahogar con ustedes, el día más horrible de mi vida,

Era un sábado, estaba soleado, fui con mi madre a una tienda de ropa, cerca por el centro de la cuidad, parecía un día normal, hasta que, 3 personas con capucha y lentes entraron a la tienda, le gritaron a la cajera dame el dinero, esta al no responder, uno de esos inadaptados tomaron a mi madre del brazo y la apuntaron con una pistola.

Mi mama me grito: - Daniel escóndete -,

Yo me escondí con las otras personas, con el corazón a millón, mi mente estaba en blanco, estos al escuchar las sirenas de los policías que por suerte pasaban por el lugar, soltaron a mi madre y salieron corriendo, no recuerdo mucho, como dije estaba paralizado, solo recuerdo que mi madre me abrazó entre lágrimas, recuerdo oler su cabello, su respiración agitada, y yo no dejaba de pensar que casi la pierdo

Los policías hicieron su trabajo, interrogaron a los presentes y cualquier cosa nos iba a avisar. En el carro, todo era silencio, mi mama no dejaba de llorar, pero se mantenía fuerte, yo sentía alivio, pero también sentía ira, al llegar a casa, mis

Padres tuvieron una fuerte pelea

-Rodrigo, nos tenemos que ir de aquí- dijo mi madre

Mi padre respondió -¿y dejarlo todo? el negocio no está prosperando lo sé, pero es lo único que tenemos

-¡TU HIJO CASI VE COMO MATAN A SU MADRE!-, ¿que más razón quieres? ¡No quiero que Daniel crezca en un mundo así!

Me ponía muy triste escucharlos pelear, los dos tenían razón, para no seguir escuchando decidí ir donde mi abuela, ella vive debajo de nosotros, en su casita

-Hola Abu, bendición, ¿qué estas cocinando que huele tan delicioso?- dije yo con una sonrisa en la cara

-¡Ay, mi hijo!, dios me lo bendiga siempre, pues unas galletas, supuse que querías unas después de tan pesado día-

-siempre sabes que hacer en momentos así Abu, te quiero -

-Yo más mi niño- seguidamente me abrazó, jamás sentí tanta paz, con solo un abrazo. Quiero decirles que, siempre pensé que los gestos de cariño eran tan insignificantes, que un abrazo no era nada, pero les juro que ese día sentí armonía era como si nuestros corazones se conectaran solo con un abrazo

Pasaron algunas semanas después de lo sucedido, y el ambiente se notaba hostil. Una mañana, mi padre me llevó al instituto, él estaba haciendo una llamada, lo poco que pude oír fue ¨señor, su vuelo sale en 5 semanas¨ al escuchar eso, me quedé frío, al parecer sí nos vamos del país, tenía miedo, lo admito, muchas cosas

me pasaron por la mente, pero decidí ignorar ese sentimiento, luego, mi mama me dijo formalmente que nos íbamos del país, a Panamá, para ser específicos y ahora solo quedaban pocas semanas para preparar todo, y Yo tomé la noticia con calma, dije dentro de mí que sería maduro con la situación, pero todo eso se derrumbó, el día que hice mis maletas, mi madre me dijo que solo llevara la necesario...tener que resumir mi vida en una maleta, ¿puedo meter a mis amigos?, ¿mi perro? ¿Mi abuela?...

Pensaba eso mientras metía mis medias...la nostalgia me atacó la casa que me vio crecer, mi pueblito, todos esos momentos...pero ya, mantuve mi promesa, de estar firme.