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-¡minnie! Vamos a jugar- serim saltó sobre su regazo, asustando al menor por lo repentino y haciéndolo bufar con frustración.

-serim, estoy...

-¡Compre esto! Mira- seongmin cerró los párpados con lentitud, contando hasta diez internamente -. Lo compré en... ¡tienes que abrir los ojos para ver, minnie! -El pelinegro pasó una mano por su rostro, pidiendo disculpas entre dientes-. Dijimos que haríamos una pijamada, así que compré esto en internet con ayuda de allen y así fuese sorpresa para ti- agitó risueño la caja frente a la cara del menor- Es un juego en donde te pones cartas en la cabeza y...

-Enano -interrumpió con un suspiro, acomodando sus gafas y
tomando de la cadera al mayor- Luego, ¿sí? Estoy algo ocupado aquí -los ojos de serim decayeron un poco.

-Bueno, al menos deja me terminar de mostrártelo.

-Estoy ocupado, cielo -insistió, quitando con cuidado la caja de sus manos.

-Pero, dijiste que jugaríamos juntos, minnie...

-Entre más tiempo tarde, más ocupado estaré, cariño.

serim apretó los labios, intentando ocultar su desagrado -¿Y la pijamada?

-Podemos hacerla otro día.

-¡Yo quiero jugar contigo! ¡Estoy aburrido y los demás...!

-Ahora no, serim.

-¡Es la tercera vez que lo posponemos, minnie!

-park serim!...-su cuerpo se congeló, atento a la mirada cansada de seongmin a través de los vidrios de los lentes.

Se disculpó en voz baja, quitándose de encima del otro y caminando hasta la puerta. Su pecho se comprimió al notar que seongmin inmediatamente volvía su atención a los papeles y pantalla de su computador, pero debía entender que todos estaban ocupados en algún punto.

Suspiró y miró a la caja envuelta en plástico protector; podría pedirle a alguno de los otros miembros que jugara con el.

-No-se regañó, apretando el puño y frunciendo el ceño-Quieres jugarlo, pero lo compraste para minnie-hyung. No seas débil, serim - se alento, caminando hasta la sala para buscar acojo en los brazos de minhee.

Bueno, tal vez para otra ocasión.

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-Vamos, bebe, ya no llores -hyeongjun limpió las mejillas abultadas, en vano, pues segundos después volvieron a llenarse de lágrimas.

Suspiro pesado, apretando a serim contra su pecho-- ¿Dónde carajos está ese mocoso?

wonjin gruñó mientras separaba el móvil de su oído -No contesta.

-Lo dejó en su habitación- taeyoung apareció en la sala con el aparato en mano. hyeongjun gimoteo cuando serim comenzó a sollozar con más fuerza.

-¿Para qué tiene un puto teléfono si no lo va a cargar consigo? - minhee maldijo, suavizando su expresión cuando el castaño deprimido estiró lo brazos en su dirección -. Ven acá, cachorro.

-Hyung no... no quiere a serim -Iloriqueó, escondiendo su rostro en el cuello de minhee.

-Ay, no puede ser -hyeongjun peinó su cabello con desespero.

Entre todos se dieron miradas preocupadas, pues cuando serim entraba en ese estado mental sintiéndose deprimido, se volvía sumamente difícil contentarlo.

Además de ser una de las facetas más vulnerables del mayor -facetas que no se presentaban a menos que verdaderamente se sintiera herido - era una de las cosas más dolorosas para el resto; ver a su pequeño destrozado y con los sentimientos a flor de piel, no era algo con lo que sus corazones pudiesen lidiar fácilmente.

-Maknaes' baby boy- [Cravity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora