Capitulo 11

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Habían muy pocas cosas que molestaba a uchiha madara

Uno de ellos era obviamente hashirama senju. Su mejor amigo y la persona que mas detestaba

El le había enseñado a tolerar muchas cosas, empezando con el que era un completo idiota, a aprender a controlar su ira y por último a perdonar las vidas de las demás personas

Si bien lo último fue el más difícil pues convivir con personas tan estúpidas todo el tiempo era un dolor al final aprendió que esas vidas eran tan insignificante que hasta se había preguntado por que se permitió lidear con ellos en primer lugar

Pero ahora, esto era completamente diferente

Madara junto con los demás uchihas que trajo a este mundo estaban frente a un enorme monolito de cuarzo negro y en el estaba los 73 nombres de sus mascotas

Madara sentía un gran odio hacia los humanos que se atrevieron a levantar su mano

La muerte de todos estos gatos seran pagados esa misma noche con la sangre de los malnacidos hijos de puta

Yasaka estaba en un lugar apartado de la ceremonia funeraria que se estaba realizando

Ella junto a sus seguidores miraban en silencio la procesión

Varios gatos escoltaban un pequeño carro de madera que era empujado por el mismo hombre que la mantiene cautiva dentro de las murallas del castillo

Lo único que podía hacer era mantener el silencio

Si bien estaba curiosa por esta extraña forma de enterar a los muertos pues nunca había oído de dicha ceremonia lo que mas le preocupaba era el corazón del hombre llamado uchiha madara

Su rostro estaba sereno pero su corazón estaba siendo invadido por el odio y el rencor

La cantidad de sentimientos negativos que sentía provenir de el era la las grande que había sentido en mucho tiempo. Eso solo le confirmaba la cantidad de amor que sentía por sus seres queridos

Uno a uno los cuerpos de los gatos cubiertos en bendajes aromáticos eran echado a una cacerola ovalada con un abrasador fuego rojizo que los cremaba con rapidez

Para cuando el sol cayó y la luna tomó su lugar madara que estaba arrodillado se levantó, dio 3 aplausos y luego se retiro

Todos se retiraron después de que el se fue

Yasaka se dirigió directamente a donde se fue madara pero en su camino fue detenido por una mujer

-mikoto chan, que sucede?

Ella negó con la cabeza

-el necesita estar solo

A Yasaka no le gustó esta respuesta, ella pensaba que tenía que acompañar a este hombre dolido en estos momentos antes de que sea tarde. El sentimiento de odio inundaba la atmósfera

-pero....

La reina yokai trató de replicar pero fue nuevamente callada

-disculpe pero esto es algo que solamente puede hacer el. No podemos interferir

Quién ablo era el chico que si mal no recordaba se llamaba obito. El tono en la que dijo esas palabras la hicieron sentir dolor en el estomago, como si algo muy malo esta apunto de pasar

Al final Yasaka se rindió pero se prometió a si misma que una vez que lo vea tratara de pasar mas tiempo con el

Madara estaba en su habitación. Este estaba en posición de doguesa y frente a el estaba su armadura, un par de ninllatos, 2 docenas de shuriken, sus nudilleras y su naginata(espada corta)

Madara tenía bien en claro lo que hará a medias noche, no dejara sobreviviente alguno. No perdonara a nadie

Si de hoy en adelante es perseguido como un criminal, el lo encarará como si de una suave brisa se tratase aun si sabe que su oponente es un huracán furioso

Una sombra apareció a su lado. Madara lo había detectado desde hace unos minutos

-que quieres

Una toga negra con cuello largo y unas nubes rojas cayó a lado suyo

Madara lo vio por el rabilo del ojo

-te sera útil

Una pequeña sonrisa apareció y de la misma forma desapareció. Tenía rato de no ver esta toga desde la fundación de akasuki

Si deseas llamar la atención sera mejor la atención se dirija a otro lado

Quien le había dejado la ropa no era nadie mas que uchiha itachi

Este se retiro dejando a madara solo que se empezó a preparar para salir

Hoy era un dia bastante peculiar, hoy era la primera luna roja del año. Este noche se conocerá como la noche de la luna de sangre

Varios Clanes sintoista fueron exterminados esa noche. La noticia recorio a todo el mundo pero los más afectados de esto fueron los mismos residentes de Japón que encontraron los cadáveres de las Sacerdotes y demás miembros del clan himegima colgados boca abajo de los árboles y cin claros signos de tortura

El líder de este clan aún estaba con vida pero tenía tatuado en la espalda con cortes muy profundos el nombre de miura



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