Hace 5 minutos que Oikawa se había terminado de arreglar, ya eran las 5 en punto, la hora en la cual el había dicho que podían ir a su casa.
Decidió escribirle a Hajime diciéndole que cuando pudiera fuera a su casa, por supuesto, no lo dejo ni en visto.
¿Las invitaciones desaparecieron? ¿Por qué puse mi corazón en cada letra cursiva?
Estaba algo impaciente y no llegaba nadie aun, no invito a mucha gente ni era un gran evento, pero a todos los que invito significaban algo para el, decidió ir a ver si tenia por lo menos 10 vasos.
Camino alegremente a la cocina cuando escucho como tocaban el timbre, dio pequeños saltitos de la emoción.
Resulto ser su pequeño vecino el cual le dijo que su pelota se había caído en su patio, el castaño se desilusiono un poco, pero igualmente sonrió cuando le devolvía el balón.
Dime por qué demonios no hay nadie aquí, dime que hacer para sentirme mejor.
Veinte minutos y nada, esperaba en su mueble, con la espalda donde se supone que deberían ir sus piernas, su cabeza colgaba a la nada. Movía sus piernas que estaban en el respaldar mientras tarareaba una de sus canciones favoritas.
Se acordó de que su pastel estaba en la mesa y fue a guardarlo en el refrigerador, no quería que estuviera derretido para cuando las demás personas llegaran.
Tal vez es una broma para mi, lo que sea, lo que sea.
Mentiría si dijera que ya se estaba poniendo triste de que nadie llegara, había pasado casi una hora y se sentía la persona más solitaria del mundo, pero si algo había aprendido con el tiempo era a ser paciente.
Solo significa que habrá mas pastel para mi, por siempre, por siempre.
Ya eran las 6:30 y sus manos sudaban nerviosamente, realmente deseaba que sus amigos no lo escucharon bien y por eso no había nadie en su casa aparte de el.
Subió a su terraza y le escribió a Makki, para después ver las historias de Instagram y encontrarse con la de Mattsun, la cual era el y el pelirrosa comiendo en un McDonald's con la descripción "Tarde con mi bestie <3"
Es mi fiesta y llorare si quiero, llorare si quiero.
Las lagrimas cayeron de sus ojos sin su permiso, se sentía terriblemente mal y traicionado después de que el pelinegro haya sido el único en darle un regalo en ese día tan especial.
No sabia si lo habia olvidado, pero lo dudo mucho dado que lloro en su hombro, no sabia que sucedio y realmente ya no estaba interesado en averiguarlo, se sentía abandonado por todo el mundo.
Llorare hasta que las velas quemen este lugar, llorare hasta que mi fiesta penosas este en llamas.
Era su culpa que ellos no estén ahí, a nadie le gustaba en llorón con actitud de mierda y un gran egocentrismo, si que lo sabia. Pero no podía evitar sacar un escudo cada vez que se sentía que alguien era mejor que el en lo que consideraba que era lo unico que era bueno y lo hacía sentir vivo, haciéndolo ver como un arrogante egoísta.
Sabia perfectamente que era una actuación, que su verdadero ser no era más que alguien completamente inseguro, que se sentía insuficiente y menos que los demás aunque haya llegado por su cuenta en donde se encontraba. No se daba cuenta que por algo era el capitán de su equipo debido a su baja autoestima.
Tal vez si los conociera bien, no estaría atrapado en este infierno que me retiene.
¿Y si nada de eso era su culpa? No era su culpa que a nadie le importara si estaba bien, no era su culpa que su "mejor amigo" decidiera que su novio era más importante que el, no era su culpa que su hermana no haya esperado a que cumpla la mayoría de edad, no era su culpa que su madre no lo quiera como una madre deberia, no era su culpa prenteder ser alguien que no era por el trauma y el peso que el tiempo y su familia tiro en el.
Lentamente camino a el baño y se metió a la bañera. Como era habitual en el , su mente se lleno de pensamientos autodestructivos, sin embargo, esta vez paso el fondo, lo había tocado millones de veces y podía sentir como algo en lo profundo de el se rompió
Tal vez si les lanzara un hechizo, o les dijera que las decoraciones están hechas con lazos de color pastel.
Mirándose a el espejo no dejaba de repetirse que era un asco de persona, que el provoco que sus padres se separaran, que su hermana se fuera, que su mejor amigo lo abandonara. Se veía tan patético que le provocaba risa. Comenzó a reir de si mismo.
Se reía de lo patética que era su vida, se reía de lo patético que había sido su cumpleaños, se reía de lo patético que era el.
Tal vez es una cruel broma para mi, lo que sea, lo que sea.
Definitivamente, la situación era una broma para el, de hecho, toda su vida era un broma. Vamos, una madre que no soportaba verlo, una hermana que se quería largar de su casa sin importarle dejar todo botado, amigos que se burlaban de sus inseguridades "sin malas intenciones" Todo tenia que ser un show de la burlesca vida de Oikawa Tooru.
Nadie lo tomaba en serio, después de todo, el egocéntrico engreído no tenia sentimientos ¿verdad? Con esa actitud y con esa cara, ¿Cómo podría no ser una broma?
Solo significa que hay más pastel para mi, por siempre, por siempre.
Tenia que parar de pensar esas cosas, sabia que tenia que hacerlo pues si no era el, nadie más lo haría. Pero simplemente no podía, se estaba envenenado a si mismo con sus pensamientos, pero ya no se daba cuenta. No podía evitar odiarse cuando creció en un ambiente hostil.
Fue a la cocina y saco su pastel de la nevera, agarro un cuchillo y corto un pequeño pedazo sirviéndolo en un plato.
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Pity Party
FanfictionEs mi fiesta y llorare si yo quiero Llorare hasta que las velas queman este lugar Llorare hasta que mi fiesta penosa este el llamas