VERY STICKY ♡ RENLE.

i.

La biblioteca era un lugar muy pacífico para Huang, no había ruido ni nada que lo moleste. Ni un Chenle que este intentando besarlo o abrazarlo a cada rato.

No es que odiase a su pequeño novio, era muy pegajoso y el no era tan afectivo. Pero era muy celoso cuando Zhong era cariñoso con otras personas. Tenía miedo de dañarlo.

—Renjunnie. —la voz de novio hizo que entorne los ojos y los cierre haciéndose el dormido. —Oh... ¿Estas durmiendo de verdad? Renjunnie~

Se sentó en el regazo de su novio para abrazarlo.

—Hoy a sido un mal día, la profesora me echo de su clase por culpa de Yuna, no me cae tan bien esa chica. —contó. El mayor solo seguía haciéndose el dormido. —No me estás prestando atención... Nos vemos en el receso. Iré con Jisung.

Deshizo el abrazo para observar una vez más a su pareja, tenía sus lentes puestos y la ropa negra le favorecía.

Renjun con tan solo escuchar Jisung abrió los ojos y tomo del brazo a su novio haciendo que este vuelva a su regazo.

—No vayas con Jisung sabes que no me gusta. —fue lo que dijo antes de envolverlo en un abrazo provocando un sentimiento de calidez en el pecho del más bajo.

Chenle sonrió pasando sus brazos al rededor del cuello del mayor para apegarse más a él. Aspiraba el aroma del chico pelinegro, era simplemente exquisito, lo bueno de abrazar a Huang Renjun es que siempre su perfume se quedaba impregnado en su ropa.

—Entonces porque me ignoras ¿Acaso no me quieres? —pregunto el menor con un leve puchero mirándolo fijamente a los ojos.

—Eh... Si lo hago pero sabes que no me gusta cuando estás con Jisung, eres muy pegajoso con el, más de lo que eres conmigo. —se quejó. —Es incomodo verlos abrazados cuando estoy presente. Me ignoras cuando estás con el.

—Es mi mejor amigo, lo quiero mucho y lo aprecio. Yo no te digo nada cuando Jaemin se te cuelga y no te suelta. —respondió. —Eres cariñoso cuando te conviene.

Zhong se sentó a su lado cruzando de brazos. Aveces se sentía culpable de ser muy cariñoso con los demás.

—Lo siento. —se disculpó el menor.

—No te preocupes bebé. Lo siento por ser tan idiota contigo.