Los Reyes de la Oscuridad

Capítulo 1; L' OSPITE

Andrea Bonaccorsi

Artemio se ríe acariciando mis hombros y toma mi mentón viendo mis ojos. Su áspero dedo acaricia mi piel y junta nuestros labios con lentitud.

— ¿Cuándo nos casaremos? — Murmuro contra sus labios y él ríe retrocediendo sin apartar sus dorados ojos de los mios.

— Eres una bastarda, ¿Qué ganaría casándome contigo?

Mis ojos se humedecen.

— Tú me amas Artemio...

— Si, pero el puesto de esposa es solo para mujeres de la mafia, y tu madre solo era una ramera que murió al darte a luz, agradece que te acepte en mi casa, hija.

— Lo hago todos los días, padre. Me avergüenzo de ser hija de ella.

El sonido del despertador me hace abrir los ojos y lo detengo sentándome en la cama mientras bostezo.

— Buenos días Andrea, hoy es viernes catorce de febrero. Tienes una reunión a las...

Dejo de escuchar la voz humana de mi asistente virtual y me concentro en las gotas cayendo contra la ventana mientras recuerdo mi sueño.

"Eres una bastarda, ¿Qué ganaría casándome contigo?"

Retuércete en tu tumba, papi.

Mi mañana no es muy diferente a la de las últimas semanas, entreno, me ducho y desayuno escuchando las noticias que vuelan en el mundo. "¡Hanna Morgan habla sobre sus violadores!" "¡Los violadores de Hanna Morgan aparecen muertos!" "¿¡Fueron los mismos justicieros que acabaron con los pedófilos!?" "¡Los gobiernos toman medidas ante los reclamos del pueblo!" "¡Hoy es San Valentín, Donatello!"

¿Hoy es San Valentín, Donatello?

Dejo la tostada a un lado y me concentro en la televisión. La periodista habla con emoción y se sonroja cuando su compañero le extiende un ramo de rosas desde el estudio.

San Valentín...

Artemio llegando con grandes arreglos florales.

Yo preguntando si eran para mí.

Él riéndose y pidiendo que se lo mandaran a Hanna Morgan.

No es un secreto que mi padre estaba obsesionado con la rubia, estaba enfermo y desde pequeña siempre la quiso para él, y el que Hanna lo rechazara de adulta no ayudo.

Antes, mis días de San Valentín se resumían en cenas incomodas con Artemio mientras lo escuchaba delirar por Hanna y luego me follaba de espaldas gritando su nombre.

Ahora está muerto, y es mi primer San Valentín sin él.

No conozco otra cosa más que la vida que Artemio me daba, no sé cómo vivir sin el trauma de que mi padre fuera distinto al de los demás, incluso los que no tenían contaron con más suerte que yo.

El negocio ilegal ha sido fácil, sin embargo, cuando tengo tiempo libre no tengo la menor idea de que debo hacer. Hoy es uno de esos días, es San Valentín, y las noticias corriendo en la televisión, me hacen notar el hecho de que nunca he tenido un novio, o sexo con personas que realmente deseo.

Envidio a Hanna en eso, ella si sabe qué hacer y aunque la llamen zorra o mil cosas peores por ello, ella es libre.

Artemio está muerto, pero eso no significa que ahora soy libre.

— ¡Andrea! Llego esta carta en la mañana, me olvide de mencionarlo. — Bárbara entra la cocina hablando entre gritos como de costumbre. Y me extiende un sobre blanco hueso que antes de leer los datos, ya sé de quienes se trata.