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Todo el mundo dice que no se puede evitar que el amor ocurra. No puedes evitar que tu corazón sienta algo aunque tu cerebro te recuerde cada día los inconvenientes. Tu cerebro y tu corazón pueden discutir todo lo que quieran, pero al final el corazón gana. A veces es para mejor y otras veces te lleva a hacer cosas tontas.
Kakashi es un tonto.
*
—¿Qué diablos quieres decir con que se están acercando? —Obito susurra con dureza en la oscuridad de la noche. Kakashi está de nuevo en la cama de Obito, fingiendo dormir mientras Obito se pasea de un lado a otro, respirando con dificultad y tirando de su pelo oscuro cada vez que se pasa los dedos por él.
—¿Qué tan cerca están? ¿Dónde fueron vistos por última vez?
Un suspiro. Obito sigue caminando.
El pánico se aloja en el fondo del cerebro de Kakashi. Puede ver cómo los hombros de Obito se cuadran con la tensión, cómo su postura es cualquier cosa menos relajada. Su tono se inclina hacia el hielo, la ira, y Kakashi se siente como un ciervo atrapado en los faros cuando Obito mira por encima de su hombro para mirarlo. Se le corta la respiración; la mirada de Obito se suaviza. Vuelve a dar la espalda a Kakashi.
—No, deja que vengan. Veo a uno de ellos en nuestro territorio, están muertos.
Cuelga y suspira antes de volverse a mirar a Kakashi.
—Estás despierto.
—Tú también —dice Kakashi—. ¿Está todo bien?
La garganta de Obito se tambalea.
—Por ahora, sí. Vamos, haz un poco de espacio.
Kakashi se mueve mientras Obito se acomoda en el lugar junto a él, y Kakashi siente que los rastros de ansiedad se desprenden. Un brazo protector lo rodea por la cintura para acercarlo, los cuerpos se presionan y las puntas de sus narices chocan. Kakashi se ríe.
—Kakashi —susurra Obito mientras recorre con su nariz la mejilla de Kakashi con afecto.
—¿Sí? —Kakashi susurra de vuelta.
—Confías en mí, ¿verdad?
Kakashi no duda.
—Sí.
Un suspiro de alivio cae de los labios de Obito mientras presiona un rápido beso en los de Kakashi.
—Te mantendré a salvo. Lo prometo.
Obito parece que está hablando consigo mismo más que nada.
Kakashi sólo puede asentir y esparcir besos tranquilizadores a lo largo de la mandíbula y el cuello de Obito, donde luego entierra su rostro y cierra los ojos.
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