Iba al hospital para corroborar lo que habia pasado esa mañana, desde ese momento no había podido pegar un ojo, y menos pensar en otra cosa, al desayunar había tirado todo el café y en el camino casi cruzo cuando pasaba el tren, estaba muy en una.
Entré con cautela a la habitación y las dos camas estaban vacías, lo que me respondió una duda, pero me trajo 700 más.
Fuí a la recepción para corroborar si esa era la habitación de Ro o capaz estaba yendo a cualquiera.
-Número 22 -respondió de mala gana, estaba seguro de que se acordaba de mi, y al ir todos los días por un año, empezaba a caerle mal. Bueno, técnicamente hace unas semanas no iba.
Entré a la habitación 22 después de tocar y vi a Alondra mirándome extrañada.
-Tu príncipe azul llegó -habló a Ro, quién se encargó de eliminar mis dudas, porque seguía en coma.
-Pero... -Susurré.
-Te dignaste a venir al menos -Habló con amargura.
-Al menos? -la miré sin comprender.
-Qué? Ni siquiera viniste porque te enteraste? -Dijo esta vez con confusión.
-Enterarme de qué Alondra? No entiendo, sé más clara
-Tiago, se despertó por unos segundos -Dijo obvia.
Quedé perplejo e intercale miradas con Alondra y la cama de Rocío.
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