1- Pastel / Hiroshi

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─╰* .19/O521.° •╯─

La tarde de un Miércoles soleado la querías perder toda hasta la noche con él, con ese chico tan especial para ti.
Entraste a tu habitación y encontraste todo en perfecto estado y completamente organizado. —"Wow..¿Cómo todo así puede estar perfecto?"— Preguntaste en voz alta mientras te sentabas en los pies de tu cama, dejando tu mochila de forma ordenada a la par de tu cama.
Pronto sentiste que unas manos se apoyaron en tus brazos para después terminar en un abrazo.

—"Oh, mi bella dama. Bienvenida, ¿como estuvo su día hoy, se divirtió?"— Te preguntó el joven de cabellos lilas y orejas de roedor.
Te rodeaba con sus brazos apoyando su mejilla contra la tuya mientras ambos sonreían, agradados por la presencia del contrario. —"Hiroshi, ¿tu hiciste esto, sabias que tenía que organizar mi cuarto como tarea?..¡Gracias!"— Él al oírte solo te pudo sonreír, hasta que te pusiste de pie y esa sonrisa se calmó, expresando un calmado rostro.
Él te miraba, estando sentado en tu cama, tu te agachaste para poder tomar tu mochila y dejarla sobre tu escritorio.

Te volviste hacia él y con una sonrisa le tomaste de las manos para agacharte y así hablar —"¿Que tienes preparado para el almuerzo?"— escucho en silencio y abrió su boca para contestarte —"Pues aún no he cocinado nada. ¿Tiene hambre, quiere que le haga algo de comer ahora mismo?"— Tu solo reíste, jalándolo suavemente de las manos, incitando a que se levantara junto a ti. —"¿Que tal si cocinamos juntos?"—
Una cálida y hermosa sonrisa apareció en los labios de Hiroshi, quien tomó tu mano con firmeza y comenzó a caminar; saliendo de tu habitación contigo.

Se dirigían los dos, escaleras abajo hacia tu cocina; donde Hiroshi se puso un delantal y tú copiaste su acción.
—"¿Qué vamos a cocinar?"— Preguntaste ansiosa a lo cual, Hiroshi te calló con un beso delicado en tus labios. —"Ten paciencia, mi pequeña dama. Ambos vamos a cocinar un hermoso pastel."— le sonreías y eso hacía que él también lo hiciera.
Harina, azúcar, huevos, sal, etc; eran los ingredientes que Hiroshi saco de la alacena y nevera.
Tomando también recipientes y cucharas para batir.

Lo mirabas de forma curiosa hasta que comenzó por romper ambos huevos y los vertió en el tazón, mezclando la harina y un poco de agua.
Te dirigió la mirada, cuando comenzaste a batir de forma suave; esos ojos derramaban una dulzura que hasta tu te sentiste envuelta entre esa mirada.

Más tarde cuando ya tenían la mezcla de chocolate hecha le diste una probada con el gran cucharón, pero tule manchaste la mejilla con parte de la sustancia,  él tomó una servilleta y delicadamente la pasó por tu mejilla, quitando aquella notoria mancha de chocolate. —"Gracias, Hiroshi.."— Comentaste avergonzada.

Solo quedaba sacar la torta del horno y ponerle el glaseado, unas cuantas chispas de colores adornaron al pastel dejándolo colorido como un arcoíris.
—"¡Waoh!, es una verdadera obra de arte este pastel."— dijiste sorprendida a lo cual Hiroshi, tomándote de las manos acercó su rostro al tuyo, emitiendo unas dulces palabras para ti. —"Yo, la única obra de arte que veo aquí, eres tú. Mi bella dama"— Sin dejarte contestar, se abalanzó sobre tus labios, besándolos con pasión y ternura.

Estuvieron varios minutos besándose hasta que te separaste de él y, él con una mirada caprichosa en sus ojos agatha, pidiendo que no lo separaras de ti.
Acariciaste sus mejillas suavemente y con una amplia sonrisa le dijiste. —"Vamos a disfrutar del pastel, Hiroshi"—

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