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Felix se levanto al sentir un fuerte olor a algo quemado, rapidmanete salio del cuarto con su pijama de ositos y su cabello despeinado a ver que sucedia

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Felix se levanto al sentir un fuerte olor a algo quemado, rapidmanete salio del cuarto con su pijama de ositos y su cabello despeinado a ver que sucedia.
Se encontró al mayor quemando lo que sea que estuviera haciendo, Felix se acerco y comenzo a ayudarle.

–¿Que intentabas hacer? Bobo.

–Queria hacer el desayuno para pedirte disculpas por ayer.

–No es problema, Chris.

–Me gustaria ayudarte a hacer tus tortitas para. mañana, no se si podras cocinar con una mano herida.

–Mm, puede ser una buena forma de pedir perdon, ahora sientate y yo are e desayuno ¿Si?

Murmuro y con una sola mano comenzo a hacer algo simple, sirvió las cosas mientras el mayor lo miraba.
Felix era un sueño.
Penso.
Y rápidamente saco ese pensamiento de su mente.

–Ojala te guste, por cierto ¿Te gustaron las tortitas?

–Mm, se las di a...Mi madre, si, es que no soy muy fan de las tortitas.–Mintio.–

Era verdad, no era fan de las cosas como postres, no podia comerlo, le daba asco, pero al probar aquella mini tortita que preparo el menor una mezcla de sensaciones se instalaron, pero claramente no iba a decir eso.

Como ahora.
El mayor queria alagar el desayuno del menor pero su orgullo se lo impedia, no podia caer ante tal chico todo el tiempo, lo miro, vio sus facciones, sus ojitos, su naricita, sus lindas pequitas, Sus labios.
Estos se veian esponjosos, bien cuidados, Tenian un tono rojizo que los hacia ver tan naturales.
Inspecciono el pijama del menor, solto una risita.
Sin darse cuenta que habia estado por mas de cinco minutos mirandolo.
Y el menor estaba muy rojo, claramente se habia dado cuenta.
Cruzo su mirada con la de el pelinegro y este rápidamente la corrio.

–U-uh, esta rico...Luego de que termines de vender tus tortitas, escríbeme para que venga, te ayudare...¡Oh! cierto, toma apunta tu numero aqui.

Le paso su celular y felix lo tomo, apunto su numero y luego se lo devolvió, le dio el suyo para que pusiera su numero y lo hizo.

–Creo que ya deberia irme.

–S-si, ven con ropa comoda, no quiero que se manche mucho tu ropa cara.

Dijo mirando hacia abajo y jugando con sus piesitos.

–Bien.

Se levanto y levanto su plato para luego hacerle piojito en la cabeza, camino hasta la puerta y salio de ahi.
Total. mente. avegonzado.
¿¡Por que carajos quiso tocar el pomposo cabello del menor de la nada!?
Corrio hacia su casa que estaba a una cuadra y entro, se encontró con su madre que estaba comiendo una de las tortitas.

–¿Por dios donde compraste esto? es delicioso.–Hablo la mujer mientras la comia.– ¿Por que no llegaste anoche?, pense que solo irías a devolver algo.

Tortitas.[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora