A veces solemos jugar con fuego, a veces cruzamos esa delgada línea de amistad que quizá nunca debimos cruzar motivados por querer probar algo desconocido o quizá debido a deseos ocultos... a veces solo necesitamos un empujón...
Wang Yibo y Xiao Z...
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El castaño caminó directo a la habitación sorprendiéndose al ver a su esposo acurrucado con su hija, así que les tomó una foto con su celular, Xiao Zhan levantó la vista y le sonrió.
- Mira Bo di... ya no me odia. - Dijo bajito.
El menor se acercó sonriente a él y se acurrucó con ellos con cuidado.
- Te amo... a ambos... - Besó la mejilla de Zhan desde atrás.
- También te amamos, Bo di... mucho.
- ¿Cómo lo lograste? - Cuestionó Yibo pues horas antes parecía que Zhan estaba muy afectado por la reacción de su bebé para con él.
- No lo sé... - Acarició la cabezcita de la bebé con suavidad. - Creo aceptó mis disculpas.
El menor pegó su nariz en el cabello de Zhan y logró percibir un aroma diferente en Zhan, un aroma más dulce y suave. Pegó más su nariz en la nuca de Zhan y aspiró para olfatearlo mejor.
- Zhan ge... hueles diferente...
- ¿Cómo?
- Tu olor... cambió un poco. - Volvió a olfatear, la bebé también movió sus fosas nasales, se veía tan tranquila y a gusto ahora durmiendo. - Quizá fue eso... no le gustaba tu olor anterior.
- Oh... umm no recuerdo si el doctor o Ji Li lo mencionaron. - Se quedó pensativo.
- Tampoco yo, quizá lo olvidaron.
- Si... - Sonrió suavemente. - Pensé que nunca iba a quererme...
- Nadie puede no quererte, Zhan ge... eres bellísimo y especial. - Besó su lóbulo.
- Lo soy... ¿Verdad?
- Mn... - Lamió un poco más.
- Aah Bo di, no hagas eso... - Suspiró.
- Solo estoy dándote cariñitos, ¿No quieres?
- Sabes que soy muy cosquilludo y...
- Lo sé... - Se pegó más a su cuerpo en la cama. - Me encanta hacerte cosquillas, desde niño me encantaba verte reír mientras te retorcías bajo mis manos. - Comenzó a acariciar su cintura con suavidad lo que provocó una risita en el mayor.
- ¡Bo di! Éramos niños... - Se rió. - ¿Eras un pervertidos tan pequeño?
- No era un pervertido... solo me encantaba verte reír y suplicar porque me detuviera...
El mayor sonrió con nostalgia.
- Recuerdo cuando nos conocimos... me acerqué a tí porque estabas solito en una esquina... tan adorable pero parecías odiar a todos.
