Lover

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Los frascos chocaban entre sí cuando las mezclas se fusionaban, el verano era fresco y lluvioso,  las gotas se estrellaban contra las pequeñas ventanillas del laboratorio, sus gafas se resbalaban cuando el sudor se colaba en el puente de su nariz y el moño en su cabello se estaba deshaciendo. Estaba concentrada.

-Karin.

Esa voz, tormentosa y aterciopelada a la vez, le causaba esos escalofríos que terminaban en un sonrojo que no podía evitar y un tartamudeo que esperaba fuera casi imperceptible. Creía estar curada, sana del efecto del amor unilateral. Podrían llamarla ridícula pero su presencia era suficiente para que sus defensas fueran nada y los años que pasaron fueran borrados.

-Sasuke. -dijo caminando a la puerta- ¿Que haces aquí?

-Hay una tormenta afuera. Buscamos refugio.

-¿Buscamos?

Una pequeña melena rosada salió de su capa ¿Era tan pequeña que podía esconderla tan fácilmente contra su costado? Sakura Haruno, con esos ojos demasiado amistosos, no agresivos como los suyos, su rostro tan perfecto, con rasgos delicados, no puntiagudos como los suyos. Todo el mundo la quería y se preguntaba que se sentiría ser amada como ella. Pero no era su aspecto lo que envidiaba. Sasuke la tomaba del hombro, cubriéndola del clima con su cuerpo, ahora ella sentía frio. La última vez que los vio tomaban caminos separados, pero ahora Sakura estaba en el lugar donde siempre quiso estar.

-Hola Karin -le sonrió de ese modo tan amigable- No queremos causar problemas.

-No es problema -su voz podía sonar dura pero su mano temblaba en su cintura- Pueden quedarse, Sasuke conoce el lugar.

-Gracias -tomo su equipaje- Solo hasta que desaparezca la tormenta, lo prometo.

No le dio tiempo de pensar en una respuesta, lo vio caminar sosteniendo su mano, Sasuke la guió por el pasillo hasta desaparecer, no le dio un vistazo, no se dio cuenta que había cambiando su forma de vestir, su cabello era más corto y que sentía que los años pasaban por ella. ¿No había notado lo solitario que estaba el lugar? Ella sí noto como el largo de su cabello cambio, su espalda se ensanchaba siendo más masculino, su mandíbula marcada y los indicios de la madurez en su semblante. Ambos con ropa gastada, que solo significaba que llevaban mucho tiempo viajando. Juntos.

-Bien -suspiró y murmuro en la soledad- Solo será un día o dos.

Era tarde y necesitaba dormir, dejo un poco de comida en la mesa para que cenaran sus invitados y se dirigió a su habitación. La detuvo una risa, tan sonora y dulce que tuvo que detener sus pasos, se giró buscando la habitación de dónde venía. La puerta no estaba totalmente cerrada y no pudo evitar mirar. Sasuke la había instalado en la misma habitación que él, quizá estaban acostumbrados a compartir para ahorrar en hospedaje.

Pero él sabía que había otras camas, no era eso. Quería tenerla cerca. Sakura estaba sentada en su futón hablando sin parar mientras reía de alguna tontería, mientras Sasuke estaba recostado en sus piernas. ¿Alguna vez la había mirado así? Como si el mundo no fuera más que la nada y su universo fuera ella, ni siquiera desviaba un poco su mirada de su rostro, entre sus dedos sostenía un mechón y jugaba con el. Recordaba que nunca la miro cuándo decía algo o giró la cabeza cuando tropezaba. Pero ahí estaba con Sakura, siendo un hombre completamente diferente. Sus ojos desiguales se clavaron en su rostro, esperando que hablara y esperaba no demostrar lo mucho que le gustaba y lo roto que estaba su corazón.

-Deje comida -se aclaró la garganta- Buenas noches.

-Gracias -Sakura le sonrió- No tenias...

-Quise hacerlo -dijo antes de irse- Hasta mañana.

Begin Again (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora