Sarada

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Esa tarde estaba leyendo hasta que comenzó a llover, lentamente se convirtió en un diluvio y decidió salir de su habitación. Sakura estaba en el sofá murmurando un par de maldiciones hacía el Uchiha, en una calurosa pelea de pareja. No fue hasta que el salió por la puerta cuando la miro, con esos ojos que parecían leer los pensamientos, perspicaz e inteligente.

-Karin -le sonrió- ¿Puedes acercarte?

-¿Que sucede?

-Él es...-hizo una mueca y volvió a intentarlo- El te lastimo.

-No tienes que hacer esto.

-Escuche lo que te dijo en la madrugada. -no la dejo hablar y tomo su mano- Sé que lo amas y tenernos aquí es doloroso. Para mí también lo habría sido.

-¿Entonces por qué vinieron a mí? -la miro con dureza- ¿Por qué lo dejaste pedir mi ayuda si sabías como me iba a sentir?

-Él confía en ti -dijo avergonzada- Y yo también.

-Mientes, eres egoísta -alejo su mano- Si estuvieras en mi lugar...

-Sasuke te quiere -dijo rápidamente- No del mismo modo que tú a él, pero lo hace. -volvió a tomar su mano- Si no lo hiciera, no te dejaría sola con lo que más atesora. -puso su mano en su vientre- Ni te confiaría su vida.

Como una maldita señal, Sakura se retorció  y apreto su mano. Se levantó rápidamente cuando la humedad del sillón cayó al suelo, se había roto su fuente y su rostro de miedo era algo que nunca olvidaría. ¿Seria tan mala como siempre había creído? ¿Si la dejaba morir, podría ser suyo?.
No, si ella faltaba, Sasuke volvería a la oscuridad o buscaría la muerte.
¿Era tan buena como ella decía? Su mirada gatuna le suplicaba que lo fuera. ¿Por qué los estaba ayudando si él la había intentado matar y ella era su esposa?

-Karin -ella murmuró-

-¿Puedes caminar?

-Eso creo -se levanto lentamente- Karin...

-Tranquila -la ayudo a caminar hasta la habitación- Trabajamos lo suficiente en este quirófano improvisado.

Se coloco los guantes y espero a medir la dilatación, estaba avanzando con rapidez. Era de noche y las pequeñas lamparas no ayudaban demasiado y la lluvia tampoco, Sakura se retorcía en la camilla, con el sudor corriendo de su rostro y los dedos jalando la sabana debajo de ella.

-¿Dónde esta? -ella pensaba lo mismo- Lo necesito.

-Debe estar cerca  -podía sentir como se debilitaba- Sakura no pujes.

-Necesito a mi esposo -chilló- Y necesito empujar.

-Te diré cuando puedas empujar -concentro un poco de chakra- ¡Ahora!

-No puedo hacerlo sin él -una lagrima corrió por su mejilla- Lo necesito...

-Si puedes -tomo su rostro y la miro decidida- Sasuke volverá pronto, pero ahora necesito que pujes.

-Maldita sea -grito pujando con su mano estirada al aire- Duele demasiado.

-Una vez más -tomo su mano- ¡Tú puedes!

El estrépito de la puerta coincidió con un trueno y casi la hizo brincar, tenía sujeta a Sakura con una mano y con la otra esperaba sentir la cabeza de su hija. Escucho las pisadas pesadas de Sasuke entrando en la habitación al igual que la mano deslizarse de la suya. No quería mirar y no lo haría, tenía que concentrarse en que esa bebé naciera.

-Te tengo-escucho el murmuró- Tsuma estoy aquí.

-Sakura puja y no te detengas -dijo fuerte- Puedo ver la cabeza.

Begin Again (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora