dangerous woman | mai zen'in

🍒₍₀₄₎

warning: contiene relaciones sexuales lésbicas explícitas y uso de armas.

Aún estabas recuperándote de tu primer orgasmo. Ella mirándote desde arriba y tú estabas acalorada y seguías sudando.

—¿Tienes algún límite? —soltó sin poder contenerse más. Claro que quería seguir jugando contigo.

—Realmente no...

—Bien.

Continuó besándote, aunque solo lo hizo para distraerte, ya que su mano se dirigió al cajón de noche ubicado en el lado derecho. Lo abrió y notaste como buscaba algo sin separarse de ti, aunque todavía no sabías de lo que se trataba. Por lo que te había dicho pensabas que se trataba de algún vibrador o juguete sexual.

Pasaron unos segundos más y Mai seguía sin encontrar lo que quería. Gruñó con desesperación y separó sus labios de los tuyos para luego sacar el objeto que puso en tu frente.

Era su arma.

—Esta mañana te gustó cuando lo hice, ¿verdad? Pude notar como tus ojos se llenaron de deseo en ese mismo momento. ¿Quién diría que serías tan sucia? —con la punta empezó a acariciar tu rostro hasta que llegó a tus labios—. Arrodíllate en el piso y abre la boca —ordenó. Cumpliste su consigna sin quejarte y te sonrió ante ello—. Tan obediente... Ahora chúpala —Dudaste unos segundos antes de hacerlo, notaste como segundos antes había retirado el seguro, por lo que en cualquier momento podría matarte allí mismo —.Vamos, hazlo. ¿Lo harías por mí? —dijo mientras metía más el arma en tu cavidad bucal.

Te limitaste a asentir y hacer lo que te pidió. No estabas segura si te llegaba a gustar por completo la idea, pero de lo que sí estabas segura era que querías complacerla a ella también. No te parecía justo que fueras la única que se haya corrido en la noche.

Lamiste y mamaste el objeto como si fuera un pene. Su sabor metálico hizo que pusieras una mueca de disgusto. No obstante, continuaste con tu labor. Observabas a Mai y pudiste notar como lo que estabas haciendo realmente le gustaba.

Te atreviste a llevar tus manos a los muslos de Mai para conseguir algo de apoyo e introducir más el revólver. Bajaste tu mirada y la detuviste en su entrepierna. Estaba mojada.

Joder, ¿por qué debías estar chupando esta cosa cuando la tenías a ella al frente tuyo?

Pero, se veía tan bien con esa jodida pistola en su mano. Utilizándote como si fueras un simple juguete. Esa mirada de superioridad que hace unas horas te estaba sacando de tus casillas ahora mismo que quemaba por dentro.

Dirigiste tu dedo pulgar a su clítoris y lo apretaste con fuerza, hiciste círculos rápidos buscando su punto más placentero. Cuando lo conseguiste gimió alto e introdujo más el arma en ti.

Luego, lo sacó por completó dejando un hilo de saliva que observaron atentamente y te sonrió maliciosamente. Dejó el arma de fuego encima de la mesa y te levantó y te tiró sobre el colchón.