1- Compañera de piso

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Muerta. Así se encontraba Natalia. Cualquiera que la viera podía decir que parecía que le había aplastado un camión.

Estaba tirada en el sofá con la cara hundida en el cojín, con el mismo estado se ánimo que tiene un zombie y abrazando a aquel osito de peluche del que no había sido capaz de desprenderse, al igual que con el resto de objetos que él le había regalado. Y sabía perfectamente que abrazar con todas sus ganas a ese peluche no le iba a quitar esa mala cara, pero lo hacía.

Para que entendáis mejor, rebobinemos.

Hacía un mes que había roto con su novio y, por lo que se veía, aún no llevaba muy bien la ruptura. Era en las silenciosas noches cuando solía recordarlo todo y se rompía soltando una lágrima por cada recuerdo.

Natalia tenía más que claro que aquella relación no era lo era en un principio. Lo notó en las constantes discusiones que tenían al día desde que decidieron mudarse juntos.

Al principio, tenía la confianza de que la situación mejoraría y solo era uno de los típicos baches de pareja que se acaban superando, pero no fue así. Un día al volver a casa de madrugada tras salir con sus amigas se encontró con la escena que marcaría un antes y un después en su vida.

Fue entrar en su casa y escuchar un tipo de ruidos que cualquiera distinguiría perfectamente. Lo primero que se le vino a la cabeza fue que su novio estaría viendo porno, pues sabía que muchas veces lo hacía, pero su teoría se fue a la mierda cuando al entrar en la habitación vio que los gemidos que escuchaba no procedían de ningún tipo de video, sino de él y de otra más en su cama.

El cubo de cemento que sintió caerle encima fue tan grande que en vez de soltar palabra alguna, salió de allí corriendo, arrepintiendose de haber confiado en él y haber querido seguir con aquella relación de la que en realidad ambos sabían que no iba a ningún lado.

Corrió hasta casa de su mejor amiga, Sabela, una de las chicas con la que había salido esa noche, y le contó lo sucedido.

Se desahogó en sus brazos y soltó millones de insultos hacia aquel imbecil que había pensado que era buena idea ponerle los cuernos. No sabía que le mosqueba más, si el hecho de haber sido engañada, o saber que la relación había acabado definitivamente.

Porque que estuviesen todo el día peleando no quería decir que Natalia no lo siguiese queriendo. Al contrario, lo quería muchísimo porque ya no solo había sido su pareja, sino que también había sido su amigo durante muchos años y tal vez de ahí provenía la mayor parte del dolor, de ver como alguien que supuestamente era su amigo y que siempre había estado ahí para ayudarla, había sido quien provocó ese sufrimiento.

El que la relación acabase dejó a Natalia sin casa ya que el piso era de él y, por tanto, si alguien tenía que irse de allí era ella. Estuvo durante varias semanas viviendo en casa de Sabela, su mejor amiga, como ya se mencionó anteriormente, y cada una de esas semanas las pasó en la miseria, llorando a cada momento y calmando sus penas en helado que, realmente, de poco le servía. También se sentía agobiada por la idea de que tendría que comprarse una casa porque no pensaba llevarse toda la vida metida en casa de su amiga, además de que había una tercera persona allí viviendo, su novio, Jesús. Adoraba con todo su alma a la pareja pero más de una vez se había sentido un poco sujetavelas.

Entonces a Sabela se le ocurrió que podría buscar alguien con quien compartir el piso y así también poder dividir los gastos de este y no tener que pagar tanto.

La idea de su amiga le pareció buenísima y del tirón se puso a buscar personas que necesitaban un piso o que buscaban compañera. Tuvo la suerte de que en unos días encontró a una chica que no vivía muy lejos de allí y no dudó en contactar con ella .

Estuvieron hablando y conociéndose por Instagram y rápidamente se llevaron fenomenal. Además, solo había un año de diferencia de edad y eso era un voto a favor, porque no creía que fuese a tener la misma complicidad con alguien veinte años mayor que con alguien de casi su misma edad. Eso les dio mas confianza y acabaron contando los motivos por los que una se mudaba y la otra buscaba compañera. Al parecer, la chavala se había mudado a Madrid hace un mes y medio y para no sentirse tan sola quería compañía en la casa. Tan simple como eso.

Así que, volviendo al principio de todo esto y ahora que entendemos mejor el contexto, Natalia se encontraba tirada en el sofá de la casa de Sabela, con la cara de como si no hubiese dormido en días, que prácticamente era lo que había pasado.

- Venga, levanta, que le dijiste a la chiquilla que estarías allí a las cinco y media y son ya las cinco menos diez - la golpeó Sabela con un cojín

- No puedo, Sab - contestó de forma casi inentendible al tener la cara hundida en el cojín

- ¿Cómo que no puedes?

- Es que ahora que lo pienso, ¿Y si me da otro de estos bajones? Tú no vas a estar para animarme

- Natalia, no me seas más tonta. Antes tenías muchas ganas de mudarte, ¿Y ahora me estás diciendo que no te quieres ir? - la morena no respondió - escúchame, llevas cerca de un mes hablando con ella y tú misma has comprobado lo maja que es. Incluso le has contado toda tu historieta con Mikel y te ha llegado a dar varios consejos. Estoy segura de que si te da otro de estos bajones, ella va a saber ayudarte, y si no, me llamas y voy a verte.

- Pf... Vale... - se levantó sin ganas y abrazó a su amiga en forma de agradecimiento

Se pegó una ducha rápida y se vistió con el primer conjunto que sacó de la maleta que había preparado el día anterior. Como siempre, todo le quedaba perfectamente.

Se despidió de Sabela y de Jesús cuando ya estaba lista, y salió en busca del piso que sería su nuevo hogar. Pilló un taxi para no tener que cargar con todo en las manos y le indicó la dirección que la chica le había mandado por Instagram. En unos 15 minutos llegó.

Fue a llamar al telefonillo pero un señor salió del edificio y aprovechó para entrar. Subió en ascensor ya que era mas cómodo que subir unas escaleras a pesar de vivir en un primero.

Pulsó el timbre y se movió inquieta por los nervios.

La puerta se abrió y se encontró con la chica que sería su compañera. Si en las fotos de Instagram le parecía guapa, en persona aún más, y el rubio de su pelo parecía brillar también más.

- Hola, soy Natalia, encantada de conocerte por fin

* * *
Jejeje hola aquí tenéis el primer cap. No pasa muchas cosas aquí pero es para introducir un poco lo que ha pasado con Natalia. Ya a lo largo de la historia se verá con mas detalles algunas de las cosas de la relación y eso.

Gracias por vuestros comentarios sobre que queríais que hiciera otra historia❤️❤️ La verdad es que me hace ilusión que a vosotrxs os haga ilusión y eso jajajajja

Ya expliqué que mi intención es que dure lo que dura el verano. A ver si lo cumplo porque seguro que luego acabo extendiéndola más y parece que nunca tiene final🤣 pero bueno ya veremos.

Voy a intentar mantener un horario de subida de capítulos. Subiría tres capítulos a la semana, Aunque aún no sé cuáles serán. Si algún día no lo cumplo por x motivo, sorry🙏 Pero lo intentaré. De todos modos este domingo subo el segundo cap.

Y ahora si, me despido, que paséis buen día🥰

La melodía de mis fotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora