— ¡Vamos dormilona despierta! Vas a llegar tarde a tu exposicion-
Me refregué los ojos, mire la hora en el despertador y claramente llegaba muy tarde para dar el resumen de política. Me puse los jeans más nuevo que tenía y una camisa blanca con un sweater arriba era lo más formal que podía vestir.
En el baño me termine de prepararme, lave mis dientes, me ate un rodete improvisado y fui a la cocina.
—Si no te despertaba, ibas a perder la mitad de la nota del semestre - sonrio - También te prepare el desayuno – agrego
—Chloe, ¿Qué es lo que quieres a cambio?- Dije mientras mordía una tostada.
— ¡Que mala eres! Como vas a suponer eso de mí… Esta bien, quiero que me acompañes a una fiesta el jueves—Dijo sin dejar espacio entre las palabras. Negué automáticamente con la cabeza— ¡Vamos! Ya no tenemos que ir a clases por la semana de vacaciones, además dudo que tengas algo más interesante que hacer este jueves—
—No, mejor invita a esa amiga tuya de Derecho—
—No, ella se va a no se donde, solo quiero salir contigo. Por favor Kira—hizo carita de perrito.
—Te digo luego. Y gracias por el desayuno—dije mientras salía.
Chloe es capaz de estar toda una semana si es posible para tratar de convencerme que valla con ella a alguna alocada fiesta. La ultima vez que acepte termine volviéndome caminando sola a la madrugada, porque ella termino en el departamento de algún chico borracha. Con su cabello negro y sus perfectas curvas no he conocido a ningún chico que no se muera por estar con ella. Aunque aun no entiendo porque sigue esa “Ley” de nada de novios, solo fiestas. Podría tener a los chicos más lindos y empalagosos del universo, nadie la ha logrado enamorar o pasar a la segunda cita con ella. Todo queda en una y a veces a medias porque se va si no le gusta o hizo algo “desagradable” dejando al pobre chico con una cuenta que pagar y sin alguna explicación.
Le di una última mordida a la tostada que me lleve para el camino y tire el resto en un tacho antes de entrar al anfiteatro. Mi turno era después de ese chico pelirrojo medio raro, asique tendría tiempo para ensayar mi discurso sobre la política del Medievo.
Apenas toque el picaporte para entrar una mano fría se poso sobre mi hombro. Me di vuelta alertada y me encontré con la mirada de un hombre un con aspecto algo desarreglado. Tenia los ojos azules como el cielo, el pelo canoso y una barba grisácea de hace días.
—Yo puedo ayudarte – dijo tirando el humo de su cigarrillo en mi cara – Se que buscas respuestas sobre eso.
Tomo el dije del collar en sus manos ásperas y este vibro de una manera extraña.
— No se quien sea, pero ahora estoy llegando tarde – entre apresurada dejandolo hablando solo
—Te voy a estar esperando – susurro con voz áspera.
No tenia ni idea de donde habia salido, tampoco lo habia visto por esta parte del campus. Sus ultimas palabras, esas que apenas salieron de su boca hicieron que me estremeciera. Apenas estuve adentro empece a leer mis apuentespara poder ir repasando pero al instante que estaba entrando el profesor justo dijo mi nombre. Me quede helada a medio camino mirando a todos los que estaban presentes. Hizo seña con la mano para que me apurara, tenia cara nada amistosa seguro el discurso anterior había sido un desastre y el mío estaba cerca de serlo.
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Balance
RomanceKira y Aaron tienen algo en común que ignoran. Desde que nacieron han tenido que aprender a vivir con escasa información sobre su vida, sobre su línea de sangre. Luego de la inesperada muerte de Margaret, abuela de Kira, ella deberá aprender a vivi...