8 de abril de 1915

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Derek:

Hace un par de semanas que no recibimos cartas de papá, y no se que hacer. Mamá esta muy nerviosa, Bruno y yo creemos que le paso algo a papá, pero no queremos hacerle ver la realidad aún, no queremos verla llorar.

Ahora estoy sentado sobre el tronco de un árbol escribiéndote y admirando el paisaje. Las nubes del cielo se mueven a una velocidad increible. Hay mucho viento, las hojas de los arboles me golpean a veces la cara, pero no me muevo, es un forma de mantenerme despierto, de pensar en otra cosa. Mamá está adentro organizando el campo, ya que ahora que papá se fue a la guerra, alguien tiene que hacerlo. Tenemos que seguir sobreviviendo.

Derek, alguien estacionó frente a nuestra casa. Un hombre se acerca a la puerta, tiene algo en la mano, no se que es, pero parece algo blanco, un papel, o algo por el estilo. Mientras camina me mira, pero no dice nada, solo sigue caminando. Cuando llega a la puerta, levanta su mano y golpea levemente la madera.

Mamá se asoma por la ventana y se queda mirando unos segundos al hombre, hasta que decide abrir lentamente la puerta. El hombre le entrega una carta y le dice algo, mamá se lleva la mano a la boca, dirige sus ojos hacia mi y comienza a llorar.

Papa muríó Derek, papá se fue.

Diario íntimo de Erick SchmidtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora