Capítulo 3

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Ya han pasado cuatro días desde el desastre, y por medio de las noticias nos dimos cuenta que ha pasado lo mismo en todo el mundo, creando un enorme caos con tantas personas perdidas y muertas, nosotros decidimos no salir del apartamento a menos que fuese necesario y hasta ahora no lo ha sido.

Ayer hicimos una video llamada con el grupo dándonos cuenta que esas bombas tenían efectos secundarios muy raros, pero todos estábamos desconcertados ya que ninguno de nosotros presentaba ninguna alteración aparente así que pensamos que sería una buena idea tratar de contactar con aquella organización que nos ayudó. Aunque quedo como nada más como una idea, ya que no sabemos nada, y no hay formas de contactarlos por ningún lado.

Nos encontrábamos frente al televisor almorzando viendo las noticias, ahora parecíamos viejos sin nada mejor que mirar.

— Oye, Li, no quiero sonar grosero, pero ¿qué crees que pasará con el cuerpo de tu padre? ¿No deberíamos regresar...? — Pregunto Donovan mientras se llevaba un bocado de comida a la boca.

— ¡Estás loco! ¿Y que pasa si llega alguien y nos encuentra con el cuerpo? Iríamos presos. — contesto Blyana mirando con preocupación entre Donovan y yo.

— Es cierto, y  aun peor, no sabemos si los registros también fueron cambiados. Imagina que llamamos a medicina legal y les decimos que soy su hija, ellos buscan el nombre de mi padre y en su información aparece cualquier información menos el dato de que tiene un hija... — dejo la idea colgando en el aire hasta que su rostro se ilumina y yo asiento sabiendo que ya comprendió.

— Pero aun asi, no es extraño...

—  Lo es. Creo que hubiese preferido otro destino antes de ver a mi padre muerto... —  contesto con un deje de tristeza mirando el plato vacío en mi regazo. 

Una llamada nos hizo desviar nuestra atención de la conversación, al atender note que era del grupo de baile. Durante la llamada, en altavoz, hicimos planes para quedar mañana y charlar un rato sobre la situación en la que nos encontrábamos. Ellos sabían dónde estaba el departamento por lo que no habría problema para que llegaran.

 Ellos sabían dónde estaba el departamento por lo que no habría problema para que llegaran

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— Buenos días — salude al llegar a la cocina encontrándome con todo el grupo.

— Joder, es costumbre tuya levantarte tan tarde cuando no sales. — la sonrisa socarrona en el rostro de Zander no me pasó desapercibida.

— Realmente no, es solo que anoche me desvele más de lo normal. — conteste con sarcasmo por su reproche.

— De acuerdo si tú lo dices.

— Además no es tan tarde.

— Son las once treinta, linda — respondió Halina, la segunda vocalista del grupo, con el tono dulce que la caracterizaba.

— ¡Joder! Ok, si es un poco tarde, pero ¿Qué hacen aquí? Se supone que nos veríamos en la tarde.

— Ya no queríamos estar en casa y menos con lo que encontramos. — hablo Nat, el más joven del grupo.

Escuche unos pasos en el salón haciéndome salir de la cocina, Donovan estaba en medio de la sala con el cabello azabache revuelto; aun estaba un poco dormitado pues se tambaleaba cada que daba un paso en nuestra dirección.

— ¿Segura que solo es desvelo o resaca la que tienen? — el tono burlón de Zander me tento a darle un golpe en el brazo, pero me limite a rodar los ojos con molestia.

— Es desvelo. Cuando nos íbamos a dormir alguien estuvo golpeando las puertas de los vecinos mientras decía cosas inentendibles.

— ¿Qué tipo de cosas? — esa pregunta capto la atención de los demás chicos detrás de Zander.

— Yo que voy a saber, probablemente el si estaba ebrio y olvido cuál era su casa.

— De acuerdo, nos contactaremos con los mellizos dentro de tres horas.

Todos asentimos y después de desayunar nos sentamos en el piso de la sala para practicar algunas canciones y de esa manera relajarnos, Blyana seguía dormida pero sabía que el ruido no la despertaría. Cuando nos aburrimos de practicar Wil encendió la música en su celular y comenzamos a jugar y charlar entre nosotros.

Decidimos jugar a la botella, pero justo cuando Zander iba a girarla entro una llamada a la computadora cerca de nosotros, conteste y en la pantalla aparecieron los mellizos de la organización vestidos con trajes de color negro.

— Buenos tardes, chicos. — dijo el chico con una pequeña sonrisa.

— Buenos tardes. — respondimos al unísono.

— Dijeron que deseaban hablar con nosotros el tema de los efectos secundarios de las bombas, cierto.

— Cierto.

— Bien, puedo decirles que no sabemos con certeza cuales son los efectos secundarios pues mucha gente ha muerto, algunos se suicidaron aparentemente, mientras otros murieron en el caos y claro están los que perdieron su personalidad y vida para adquirir otra y por ultimo están los que recuerdan todo, viven y no presentan nada. Como ustedes.

— Entonces estas diciendo que no saben que contenían las bombas. — Wil miro la pantalla con duda esperando respuesta del pelinegro.

— No, aun no. Si sucede algo no duden en contactarnos.

— Está bien.

La llamada finalizo y las dudas habían llenado mi cabeza, no entendía mucho de esto y eso me desesperaba. Mi mirada se deslizo por todo el salón y acto seguido camine hasta la puerta de cristal que daba al balcón del departamento, la vida de muchos se había arruinado por alguien que aparentemente nos estaba usando como conejillos de india.

Mi mirada recorrió la calle sin encontrar nada fuera de lo normal, la situación era extraña pero claramente esto era solo el principio de toda la destrucción que se avecinaba. 

Destrucción (EN REVISION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora