Eres Mi Esclavo (Billdip)

Capítulo # 20 [Traumas Psicológicos]

Después de la pequeña discusión que había tenido con Bill, Dipper se fue a encerrar al sótano, se sintió bien por haber enfrentado por primera vez al demonio, pero a la vez sintió temor debido a lo que le podría hacer más adelante, de hecho le pareció raro que no volviera para castigarlo, pero no le tomó mucha importancia, realmente le había dolido lo que le había dicho.

- Un momento, ¿Y por qué me afecta que me haya dicho esas cosas? - se preguntó el chico extrañado del por qué reacciona de esa manera - No debería de importarme si quiere hacer caridad conmigo, de hecho sí, es lo menos que puede hacer por tantos meses de tortura... - el chico se había quedado callado por unos minutos, volviendo a pensar en lo que había sucedido hace unos momentos - No puede ser... - dijo sin poder creérselo - Enfrenté a Bill, ¿Qué acabo de hacer?

Dipper.

¿Qué he hecho? Acabo de firmar mi sentencia de muerte, no puedo creer que me haya enfrentado de esa manera a Bill Cipher, bueno, tampoco es como que lo quise golpear, pero haberle retado y negarme a una petición suya viniendo de mi ya es algo bastante fuerte.

- Qué estúpido soy - me dije a mi mismo, mientras me agarraba con fuerza de los cabellos de mi cabeza - ¿Ahora cómo saldré de esta? Me va a matar, me violará, me golpeará, o se adentrará a mi mente y me hará sentir que pierdo a todos los que me importan, bueno, aunque ya los perdí prácticamente... - me quedé callado durante unos momentos al recordar a mi familia, el tío Stan, el tío Ford, Mabel, Soos, Wendy, incluso extrañaba a Pacífica, mis padres, a todos los que conocía, prácticamente yo no existía para nadie, ya no más, así que sí los perdí, para siempre - Al final después de todo si estoy solo, no sé ni para qué sigo vivo... - me acosté en la cama observando al techo, lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin poder contenerlas, extrañaba mi antigua forma de vida, pero ya nada será igual, comencé a llorar, sentía una rabia e impotencia, lloré sin contenerme más, ¿Por qué? ¿Por qué tenía que terminar así? ¿Este era mi destino? Perder a todos los seres que amo, por culpa de Bill, esto no es justo, yo sólo hice lo que creía correcto, salvar el mundo de él, no es como si yo hubiera sido el malo y lo hubiera derrotado por mero placer y que él hubiera sido un pan de Dios, tantos pensamientos rondaron por mi mente en esos momentos, pero luego de un rato de estar llorando, comencé a sentirme cansado y a cerrar mis ojos poco a poco, hasta terminar dormido.

Cuando desperté, me encontraba en, ¿La habitación de la cabaña? ¿Qué hago aquí? Mis cosas se encontraban intactas, y tenía mi ropa limpia y sin hoyos o sin tener algo roto, me senté en la orilla algo desorientado sin entender nada, parecía tan real, toqué la tela que cubría la cama y la acaricié, se sentía bastante real, ¿Será que estoy en casa al fin? La curiosidad pronto se hizo presente, y decidí salir a explorar para ver si realmente me encontraba en la cabaña, no encontré mis zapatos así que me fui descalzo, tratando de ser silencioso, bajé las escaleras dirigiéndome hacia la sala donde normalmente el tío Stan pasaba, al llegar, para mi sorpresa se encontraban Stan, Ford, Mabel, Wendy y Soos sentados en el suelo, por lo que escuché estaban contando anécdotas vergonzosas, hasta que Mabel se dio cuenta de mi presencia.

- ¡Hey Dipper! - me habló con su característica sonrisa - Al fin despertaste, ven, sientate con nosotros - dio palmadas al suelo al lado de ella en señal que yo me sentara ahí, ¿Si me recuerda?

- Eehh... - no sabía qué decir, Mabel me recuerda, si sabe que existo, sin poder contenerlo sentí como mi rostro estaba lagrimeando, a lo que todos voltearon a verme extrañado.

- ¿Sucede algo Dipper? - me preguntó Wendy comenzando a preocuparse por mi reacción - ¿Está todo bien?

- Sí - respondí al instante, no se había olvidado de mi, todos sabían que existía y que era de la familia, traté de contener mis ganas de llorar de la emoción, y me fui a sentar a un lado de dónde se encontraba Mabel - Y, ¿De qué hablaban? - pregunté curioso como si no supiera nada, tenía una enorme sonrisa en mi rostro, hacía tanto tiempo que no me sentía así, en familia.