capitulo 11.

464 40 15
                                    

En el mundo mortal los Ángeles investigaban el lugar dónde se llevó acabo la resurrección maldita dónde Alastor se convirtió en demonio original.
—no puedo creer que volvieran hacer esté horrible conjuro—. Lo decía un ángel que llevaba una lanza.
—quien será tan estúpido para condenarse así—. Lo decía otro ángel que tenía una espada y un escudo.
—sea quien sea, la oscuridad que emana es poderosa— lo decía otro ángel que tenía cómo arma una alabarda.
—la última vez que hicieron este conjuro el demonio que nació de la oscuridad provocó caos en toda la creación, corrompio a su pueblo y lo condenó provocando que sodoma fuera destruida por la ira de Díos, y ahora un nuevo demonio a nacido y éste es realmente poderoso, nuestro deber es destruirlo antes de que su presencia corrompa ala humanidad — lo decía un Ángel que llevaba una capucha que le cubría todo.
—No lo sé este bastardo es diferente, incluso el aire se siente contaminado— lo decía uno de los Ángeles.
—y por esa razón hay que destruirlo, los humanos no son como nosotros no son seres de luz, ellos rápidamente pueden sucumbir ala oscuridad— lo decía el Ángel encapuchado —pero este ser si que es diferente—.
—aque viene eso— lo decía uno de los Ángeles.
—la oscuridad lo aceptó, y el hizo lo mismo. Tenemos que destruirlo antes de que la oscuridad que el tiene afecte al mundo mortal.

En el templo que se encontraba Alastor el sacerdote se había despertado y con el su lujuria y sin pensarlo dos veces fue a buscar a una de las monjas para saciar su lujuria y como un depredador insaciable fue en busca de su presa, pero el sacerdote podía notar que no había nadie lo cuál se le hizo muy extraño, y el silencio en si era total, no se escuchaba ni el cantar de los pájaros, incluso el mismo aire al respirar se sentía extrañó y cuándo menos lo pensó se escuchó un zumbido en su cabeza que lo dejó inconciente.
Al despertar estaba en la completa oscuridad, no se podía mover y por alguna extraña razón todo el cuerpo le ardía como si lo estuvieran quemando algo que no llegó soportar.
—al parecer ya despertaste— lo decía una voz que el sacerdote no reconocía  y con un inútil intento quiso saber de dónde provenía esa voz y con sierto odio pero mezclado con algo de miedo dijo lo siguiente.
—Quién eres y por qué te escondes en la oscuridad—.
—Quién se esconden— lo dijo la otra voz revelando al demonio radio el cual parecía feliz de lo que iba hacer.
—Dios mío, aleja te de mi Satanás no tengo miedo de ti ya que Dios está conmigo — al escuchar esas palabras sin dudarlo se empezó a reír lo que dejó desconcertado al padre, y alastor a pesar de que no tenía forma de expresarse fácilmente se podía ver que estaba feliz de lo que decía.
—Dios, no está aquí, sólo estamos tu y yo, pero tranquilo, te prometo que nos divertiremos— lo decía con una voz distorsionada.
Que me vas hacer lo decía el sacerdote con terror.
—tranquilo sólo quiero disfrutar una rica comida — alastor chasqueo los dedos desvaneciendo la oscuridad y mostrando así una plancha de cocina diferentes utensilios y una botella de vino, y el sacerdote pudo notar que estaba atado y completamente desnudo y alastor con una voz con estática dijo lo siguiente.
—Sabes no soy fanático de las cosas modernas, pero mi amada esposa me enseñó una película de la cual quedé fascinado—.
el sacerdote escuchaba lo que decía.
—alguna vez has visto la película de hannibal— con lo que dijo alastor el sacerdote sabía lo que iba hacer.
—por favor se lo imploro no me coma, es más no tengo un buen sabor—.
—eso no lo dudo mi querido amigo pero tranquilo yo soy un maestro en la cocina — lo decía preparando el cuchillo y los demás utensilios
—antes de empezar, sólo tengo una pregunta para ti— decía esas palabras con tanta alegría, pero el hombre estaba aterrado — quieres que comience con una de tus piernas, oh empezamos quitan dote uno de tus cachetes — el estaba callado no sabía que responder y en cuestión de segundos Alastor comenzó hablar.
—Oh estas indeciso, tranquilo yo decidiré por usted— lo decía acercando el cuchillo a su rostro, mientras el sacerdote gritaba pudiendo ayuda, y Alastor con mucha tranquilidad empezó ha cortar.
—espero que no tengas planes para hoy, ya que no te vas ha ir hasta que yo este satisfecho—.
Y con feroz grito el sacerdote seguía pidiendo ayuda pero eso nunca sucedió y el demonio radio siguió sacándole partes hasta quedar completamente satisfecho.
Al salir de la cocina una de las monjas ya lo esperaba y Alastor pudo reconocer que era Carol y con una gran amabilidad se presentó con ella pero la chica lo veía sería, y alastor con una voz amistosa dijo lo siguiente.
—el trabajo ya está hecho—. Al escuchar eso la chica sintió un escalofrío recorrer su espalda y alastor pudo notar eso pero la chica se hizo la valiente y con una voz firme dijo lo siguiente.
—antes de que nos mandes a todas al infierno quiero pedirte un último favor y te prometo que será el último—.
—muy bien que es lo que quieres— lo decía Alastor esperando su respuesta.
—Las chicas, no tu vieron que ver con lo que pasó la idea fue completamente mía yo sólo las arrastre a esto, yo fui quien te invocó ellas no hicieron nada, así que llevame a mi, sólo a mi,— lo dijo la chica impresionando al demonio Ciervo y con una voz sería dijo lo siguiente.
—sabes que ellas también están condenadas aún con lo que estás pidiendo solo estás retrasando lo inevitable—.
—eso ya losé, pero aún así quiero hacerlo—. Alastor estaba imprecionado por la chica la cuál mostraba una sonrisa, el podía oler el miedo en ella pero a pesar de todo ella sonreia— ella me recuerda ha... Solo dio un fuerte suspiro y con una voz que mostraba arrepentimiento dijo lo siguiente.
—Yo tengo un código muy estricto que he seguido toda mí vida y a pesar de todo las atrocidades que echo jamás lo he roto— Alastor puso su mano en el pecho de la muchacha y está en cuestión de segundos comenzó a sentir un fuerte dolor y ella le pregunto lo que hizo y el demonio con una expresión seria le dijo.
—Puse un hechizo el cual detendrá tu corazón lentamente no habrá dolor.... Será como irse a dormir—. Y con un sonrisa la chica le dió las gracias, todo eso lo decía mostrando una sonrisa la cuál la acompañaba unas cuantas lágrimas.
—Disfruta este día niña por que hoy será el último—.

Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora