Cadena. + Tóxico.

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Chile/Argentina/Brasil/Portugal.

Colombia/Venezuela/Rusia/México.










Ya todos estaban en el salón de clases, el profesor aún no entraba, pero esa era la mejor parte, tenían tiempo para conversar un rato.

Guachos.— Habla bajito Venezuela. —¿Vieron que ayer México se fue con el ruso?— Pregunta más que nada para saber si sus ojos no la habían engañado.

—¡No joda! ¿Eso es cierto?— Dice sorprendido Colombia, no es el único, Argentina y Chile también lo están.

Rusia era alguien de dinero, México no.

Por eso no interactuaban con ellos.

—¿Son amigos? ¿En qué momento? Si el pelotudo ese ni siquiera la miraba, ese edificio no mira a nadie.— Cuestionó la latina intrigada, recordando todos los saludos por parte de México que el ruso dejó al aire, sin siquiera molestarse en dirigirle un solo "Hola."

Por eso le caen en la punta del pie los ricachones.

—Hablaron un poco en la academia, es la única vez que los he visto conversando. Pero les digo algo...ese chamo no me da buena espina.— Insistió Venezuela, haciendo referencia al ruso.

Weona, no será que es porque a ti te gusta el rubiecito ese.

Nadie dijo nada ante la "suposición" del chileno. La venezolana tiñó su piel morena de un discreto sonrojo.

—¿Qué decís, pana? Yo estoy en contra de los adinerados presumidos.— Se excusó con tres motivos, para ocultar lo que sentía, no hacer malas ideas y "quedar bien" con Argentina.

Todos conocían su extraño odio que tenía por las personas adineradas.

—¡Lo logré!— Gritó México en la entrada del aula, otra vez se le hizo tarde, la pregunta era: ¿Cómo es que México seguía en la escuela? ¿Por qué no había reprobado por faltas?

—Pensamos que no ibas a llegar.— Dijeron todos casi al mismo tiempo.

Eso pensaban cada mañana.

La mexicana pasó por los asientos, empujando algunas cosas con su cuerpo, ya que sus amigos se sentaban hasta los lugares de atrás; obviamente algunas chicas se quejaron por el desorden; a México le valió. Al llegar tiró sus cosas en la butaca y se tumbó en ella.

—¿Saliste con el albino?— Preguntó de la nada Colombia... lo suyo no era la discreción.

Él iba directo al grano.

México palideció y eso que traía la cara roja por correr. «Justo en el blanco.» Pensó Argentina. —Boluda, ¿eso es verda'?— La sensación de traición invadió su cuerpo, en esos años siempre estuvieron ellos luchando contra los riquillos. ¿Y ahora qué?

¿También México la iba a traicionar?

—Si, él me invitó... Por cortesía y educación acepté.— Dijo algo tímida la norteamericana.

Sabía que su amiga era un poco delicada.

Pana, cómo se te ocurre tener educación cuando ellos no la tienen por nosotros, él ni siquiera te saludaba.— Interviene la otra morena.

Algo no le terminaba de agradar entre la relación de su amiga con "soviético."

Wey, Rusia no nos ha hecho nada, solo es reservado, así que cálmate pofavo.— La joven se quedó en silencio, pensando en como decirles la "buena noticia". Bueno... que sea lo que tenga que ser. —Aunque...me volvió a invitar hoy... y acepté, así que no podré irme con ustedes. Chile, le dije a mi padre que me iré contigo. ¿Va?

A ᴍ ᴏ ʀ ᴇ s.  [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora