II. "Fuego"

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Steve Rogers y Bucky Barnes eran dos amantes apasionados que se entregaban en cuerpo y alma cada vez que lo deseaban sin importar nada a su alrededor o su tiempo. La relaciones homosexuales en esos años no eran bien vistas, por lo que los dos amantes con mucho dolor en sus corazones tuvieron que aceptar que no podrían estar juntos sin ser descubiertos, sus sentimientos eran prohibidos.

El capitán América entonces se comenzó a interesar cada vez más en la señorita Carter, una mujer sumamente fuerte que lograba cerrarle la boca a cualquiera que dudara que las mujeres no eran tan capaces como los hombres. La dama correspondía los sentimientos del héroe, llegando a pensar en formar una familia juntos cuando la guerra por fin llegara a su fin. Así los dos podrían tener una vida normal.

En un abrir y cerrar de ojos todos esos planes cambiaron. Aunque Steve había decidido olvidar sus sentimientos por Bucky, un profundo sentimiento de culpa lo inundó cuando lo vio morir frente a sus ojos, no pudo despedirse correctamente y decirle que lo amaba. Nunca podrían tener ese preciado final feliz juntos.

Después quedo congelado por sesenta y seis años. Todo lo que alguna vez conoció cambio tan rápido que se sentía perdido cuando despertó de aquel largo sueño.

Poco tiempo después Rogers se tranquilizó consigo mismo, permitiéndose volver a tener esa vida que no pudo completar en el pasado. Aunque aún era un defensor del mundo, conoció a alguien como él, un hombre con los mismos miedos para amar e inseguridades para vivir, Anthony Stark, el egocéntrico millonario arrogante que vivía cada día como si se tratara del último en la tierra, pero en realidad toda su fortuna, relaciones, viajes, eran para tratar de llenar ese vacío de que alguien lo necesitara solo a él, escondiéndolo en una dura armadura de rechazo hacia todos.

Sus almas perdidas se encontraron, fue difícil en un principio, ambos tenían ideales muy distintos, pero al final encajaron perfectamente como dos piezas de un mismo rompecabezas...

Cuando la noticia de que el soldado del invierno seria ejecutado por sus actos sin juicio, algo dentro del pecho de Steve se volvió a encender, en su mente volvieron a pasar todos aquellos momentos que había vivido junto a su mejor amigo, quien en más de una ocasión le había ayudado cuando más lo necesitaba y permaneció codo a codo en cada una de las batallas que les asignaban.

Con una mente confusa decidió alejarse de Tony para huir con el soldado del invierno, para ir en búsqueda de ese final feliz tan preciado que los dos habían esperado por mucho, mucho tiempo.

Desde hace siete años eran considerados fugitivos del gobierno de los estados unidos, con la orden de  ser arrestados inmediatamente si se les veía en cualquier país aliado.

Los hombres vivían clandestinamente en un barrio pobre de Ucrania, en una pequeña casa con limitadas comodidades, era lo mejor que Natasha pudo conseguir para personas con esos cargos y que no los entregaran si los veían.

La araña rusa por su parte ya no podía asentarse en un solo lugar como ellos, ya era raro el país que no la tuvieran en alerta roja, obligándola a estar solo unos cuantos días en cada región. Se comunicaba de vez en cuando con Steve de distintos números para preguntarle si las cosas marchaban bien, estando siempre alertas en caso de que otra vez tuvieran problemas, para sacarlos rápidamente de ahí y reubicarlos en otra zona.

De soldados entrenados para proteger a su nación, se volvieron simples mercenarios, aceptando cualquier misión de quien les pagara bien.

Y así pasaron los años, aceptando misiones peligrosas por dinero, viviendo con la incertidumbre de algún día ser encontrados, en un lugar frio en donde no conocían a nadie... eran capaces de soportar eso y más porque se tenían uno al otro al final del día, incluso cuando las cosas se tornaban difíciles. Y derrochaban pasión siempre que podían para evitar olvidar ese gran amor que se tenían.

Amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora