BORRÓN Y CUENTA NUEVA

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 La joven Mimzy se encontraba algo intrigada por esa cuenta "pendiente" que mencionaba el pelirrojo.

-Posiblemente se encuentre en ocupada toda la noche, ayer perdió bastante dinero y posiblemente se encuentre recuperándolo, pero yo puedo saldarte la cuenta-

Alastor la miró con atención, pero luego se sentó en una de las mesas.

-No me interesa, no tengo prisa, es con ella con quien debo hablar, asi que la esperare hasta que se desocupe-

Dijo el pelirrojo recordando el consejo de Rossie, pensaba solo darle lo solicitado y marcharse sin más, no volver a verla e intentar no volver a verse inmiscuido con problemas de mujeres, la rubia rápidamente lo divisó entre todos los demonios en el lugar, intentó acercarse, pero Mimzy la detuvo.

-No quiere verte, lo mejor es que te vayas-

La joven la hizo a un lado y continuo su camino hasta él pelirrojo.

-Dice mi compañera que no desea verme ¿es correcto? -

Le dijo algo ofendida mientras se cruzaba de brazos.

-Recuerdo haberle comentado que yo le estaba esperando a usted señorita, tengo un trato para usted y espero lo tome-

La joven sintió una leve punzada en el pecho al escuchar la manera tan formal y frívola con la que se estaba dirigiendo a ella.

-Claro, me gustaría hablarlo en otro lugar, ¿me acompaña? –

Menciono aquella joven, mientras Alastor le seguí, extrañamente se vio en otro lugar fuera de las habitaciones "especiales".

- ¿Dime qué clase de trato es?, antes de aceptar intuyo que me darás lo que te había pedido antes-

Dijo la hermosa sucubo recargándose contra la puerta, evitando la salida del pelirrojo en dado caso que quisiera huir.

-Sencillo te daré lo que tanto deseas de mí, mi primera vez, pero con una condición, es sencilla de hecho, yo no volveré a verte es un hecho, no volveré a este lugar y lo que quiero es que no vayas a buscarme, solamente eso, te olvidaras de mi para siempre-

La joven se quedó quieta de la impresión, tendría la primera vez del demonio que más obsesionada la ha tenido, al único al que había deseado, pero a cambio de no volver a verlo.

-No me parece que sea un trato justo-

Dijo la joven cruzándose de brazos Alastor sonrió de manera calma.

-Dije que te convenía no que sería justo, así es la vida, nunca se tiene lo que se desea, y si llegas a tenerlo siempre habrá una condición que te hará pensarlo o lamentarlo, llevo bastantes años aquí abajo haciendo tratos ¿Cómo crees que tengo a tantos lacayos?, este contigo sería únicamente con la intención de liberarnos a ambos, a ti del deseo que ejerces porque se cumpla lo que no realizaste allá arriba y yo por alejarme de una vez de este maldito lugar al que nunca debí haber ingresado-

Charlotte lo pensó por unos momentos, ya que una situación asi nunca se presentaría y probablemente si no aceptaba de cualquier manera Alastor no volvería así que en definitivo siempre había un ganar- perder entre ambos.

-Está bien, acepto tu trato-

Dijo la rubia extendiendo sus manos, Alastor por su parte no la acepto.

-Querida este tipo de tratos se deben asegurar de otra manera, aquí me tienes y estoy completamente dispuesto a cooperar-

La rubia rodeo el cuello de este con sus brazos e intentó de besarlo, pero este volteo el rostro.

EL DILEMA DE LA SUCUBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora