CONMOCIÓN

688 81 24
                                    

Ya habían pasado tres días y Alastor a pesar de haber dicho que podría visitarla no lo había hecho, la misma comenzó a sospechar que Alastor tal vez, ya se aburrió de ella y buscaba otro comprador, la puerta sonó, pero Mimzy no permitió a ella abrir.

-Oh Rossie, querida-

Escucho a la regordeta hablar, Charlotte temía por su vida, pensando que tal vez ella se había adelantado como le había advertido.

-Vengo a hablar con Charlotte-

Sentenció de manera serena pero tajante, mientras Mimzy obstruida la entrada.

-Aquí no se encuentra la tal Charlotte, ella es una ramera y esta una simple casa-

Dijo la regordeta mientras la paciencia de la demonio caníbal comenzaba a menguar.

-Querida Alastor ya me lo ha informado, soy la única amiga de su confianza, ahora hazte a un lado y déjame verla-

La rubia de baja estatura decidió dejar pasar a la elegante dama al interior la misma quedó impresionada al ver a Charlotte tan finamente vestida, eso le confirmaba a Rossie que en efecto ella había domado al demonio Radio.

-Buenas tardes Rossie ¿Qué te trae a la humilde casa de Alastor? -

Rossie sonrió, debía admitir que ella era una belleza y que no había quien compitiese con ella, digna hija de Lilith.

-Bien querida, Alastor me pidió que te hiciera compañía mientras venía hacia acá, además que lo excusara por haberte dejado sola estos tres días, dijo que necesitaba asegurarse de algo, espero estés preparada, vendrán algunas visitas, por mientras me gustaría me muestres el jardín-

La joven asintió con suavidad, para luego caminar delante de Rossie, la misma sintió las miradas agudas de las otras damas.

-Adelántate un poco ya te alcanzo. -

Se volteo observando esa mirada de enfado de las demás damas.

-No veo porque la mirada asesina damas, si está aquí es porque el Demonio Radio es en extremo cuidadoso y celoso por eso ustedes damas fueron compradas por él, sino ¿Quién sabe dónde estarían?, cuando menos deberían agradecerle a ella y a los celos de Alastor, o acaso no se han preguntado ¿Por qué no hay hombres en este lugar? Con su permiso les dejo con la inquietud-

Dijo mientras se marchaba dónde estaba la joven ex princesa.

-Sabes la verdad no culpo a Alastor-

La dama se sentó frente a Charlotte, la cual servía té en dos jarras.

-Por qué culparlo, debo pensar que no se ha presentado porque estaba contigo-

Dijo algo cabizbaja mientras observaba las tazas.

-Sí, estaba conmigo, pero no de la manera que piensas, Alastor dejo de atraerme en el momento que comprendí que solo tenía ojos para ti, eso es una verdad y la otra en estos días he conocido a alguien que merece más mi atención, pero pequeña, Alastor tiene un gusto exquisito, eres completamente hermosa. -

Dijo esto último acercándose peligrosamente hacia la rubia, casi acechándola.

-Si no fuera porque Alastor ya te había puesto el ojo querida, yo sería la que dejara esas marcas sobre tu piel-

Charlotte estaba más roja que una manzana, Rossie por su parte se carcajeaba claramente la estaba molestando, desde la entrada hacia el Jardín Alastor observo la escena levemente celosa.

-Rossie, te pido respetes lo que tanto me ha costado y lo más preciado de este lugar-

Dijo Alastor haciendo ruborizar a Charlotte en sobre manera.

-Querida vengo con varios invitados. -

La joven se puso de pie al oír la voz de su amado pelirrojo, él era tan estúpidamente encantador, odiaba estar tan engatusada por ese vil mentiroso.

-Pasen chicos-

Dijo Alastor, por un momento Charlotte sudó frio, pero se alivió al ver a Angel Dust acompañado por Vaggie y Cherry bomb, la rubia corrió hacia ellos, los tres la abrazaron como si no la hubieren visto en varios años.

-Oh, pero mira, ya eres toda una dama de categoría, oye fresa proxeneta ¿no quieres hacer lo mismo conmigo? -

Alastor quedó en silencio unos leves minutos para luego responder.

-Ha, no-

Rossie escuchó la mofa de Angel y debía admitir que Alastor prácticamente estaba tratando a Charlotte como su mujer, su esposa.

-No querido Angel, Alastor está cansándose sin casarse-

Todos la miraron de manera confusa, cuando la reina se hizo presente, haciendo que los recién llegados se asustaran, Charlotte pensó que Alastor había elegido por ella y la entregaría a manos de su padre, sintió las manos de Alastor sobre sus hombros para luego sentir el calor de su aliento en su oreja.

-Tranquila, esta de nuestra parte, por lo otro espero comprendas que no quiero compartirte-

La joven observo a su madre unos segundos.

-Querida, perdóname no debí dejar que tu padre controlara mi vida ni la tuya, he sido la peor de las madres, he dejado que te hiciera daño-

Dijo la reina implorando el perdón de su hija de rodillas, la joven observó a su madre por unos leves minutos y la estrecho con fuerza, extrañaba a su madre.

-Oh mamá, no tengo que perdonarte, la vida que he tenido, tuvo sus cosas buenas, conocí a mis amigos-

Se acercó al oído de su madre solo para susurrarle suavemente.

-Gracias a esto he conocido el amor-

Su madre observo al pelirrojo levemente sin que este se diere cuenta, sabía que ambos se habían enamorado el uno del otro.

-Querida hablando de esto, Alastor y yo queremos que tomes esto-

Su madre le dio una cajita, la misma la abrió, viendo varias pruebas de embarazo, la misma se asustó mucho al ver el contenido.

- ¿Puedo saber esto para qué es? o es que tengo que trabajar de nodriza o peor aún de matriarca y no hallaban como avisarme -

Lilith la miró confundida, mientras Alastor se reía por no llorar ya que realmente no quería que lo que dijere Lilith fuere cierto.

-Veras querida, tu madre me indico que tu queridísimo padre elimino su maldición en los overlords solo para corroborar que hubiere sido yo quien bueno te compro-

Charlotte aun no comprendía a que maldición se refería hasta que Angel Dust dijo.

-Por todos los demonios ¿eso quiere decir que los overlords ahora pueden reproducirse? -

Lilith asintió, mientras Charlotte observaba ahora asustada el contenido de aquella caja, rogando que por algún milagro el plan de su padre no rindiera frutos.

-Dependiendo del resultado querida te pondré a realizar algunas de mis tareas-

Charlotte comprendió que Alastor también temía que la respuesta fuere positiva-

-Esperaremos una semana exacta para que te realices la prueba, sé que para la fecundación solo bastan de 30 minutos a 42 horas querida, pero dependiendo del cuerpo puede que tome más tiempo, por ahora Alastor lo más prudente será que si te antojas de Charlotte lo hagas con protección, porque a cómo puede que ya lo esté puede que no-

Alastor se ruborizo y decidió no responder a aquel comentario, mientras Charlotte quedaría expectante, lo que la alegraba es que no estaría tan sola por un tiempo.

-Mi señora Lilith y Charlotte, no pueden salir de aquí si no es acompañada por mi persona o por Rossie, sé que no lo notaron, pero este lugar se encuentra en villa caníbal, no queremos que vuelva a suceder lo ocurrido hace una semana. - 

Dijo Alastor recordándole a Charlotte lo agresivos que podían llegar a ser los habitantes de aquella villa.

EL DILEMA DE LA SUCUBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora