-Hija, baja a desayunar, que llegas tarde al colegio! –el grito de mi madre hizo eco en mi cabeza, despertándome así de mi sueño junto a mis amados akatsuki’s.
Lentamente me senté en mi cama, buscando con los pies mis pantuflas de pikachu, las cuales encontré luego de un tiempo.
Ya con ellas, me levante y me dirigí al cuarto de baño, que se encontraba justo en mi habitación.
Entre a dicho lugar; lo primero que observe fue mi larga cabellera negra, la cual me llegaba hasta la cintura; luego pase a mis ojos, uno rojo y otro azul, raro, no? Créeme que lo sé.
Después observe mi nariz, la cual tenía algunas pecas y por último, mis labios, rojos por el hecho de que siempre los muerdo, ya es un habito para mí.
Tome mi cepillo de diente junto a la pasta dental, para…bueno, las razones son obvias.
Luego de cepillarme y lávame la cara, salí de dicha habitación.
En mi habitación, lo primero que hice fue buscar mi uniforme, el cual consiste en una camisa blanca, falda roja igual que la corbata, medias largas y por último, zapatos negros. Luego de encontrar todo eso, me vestí con las prendas mencionadas anteriormente, agregándole mi banda con el símbolo de la aldea de la hoja tachada, para después pasar a recoger mis libros, cuadernos y demás cosas. Ya con todo eso listo, baje a la cocina, tropezándome en el último escalón.
Si, la misma rutina de siempre.
-Mierda! –grite con todas mis fuerzas, arrepintiéndome inmediatamente al ver la cara furiosa de mi madre. Definitivamente voy a morir este día.
-Quieres repetir la palabra que has dicho? –pregunto mirándome como si de Chucky se tratase.
-Eh…eh… -tartamudee- Minerva? –dije, aunque sonó mas una pregunta que afirmación.
Mi madre me estudió unos minutos, para luego irse de nuevo a la cocina. De verdad, ni el mismo Satanás quiere verla enojada.
Me levante del suelo, sobándome el trasero, pues me había dado duro en aquel lugar.
Después de eso, me dirigí a la cocina, donde mi madre se encontraba sacando brownies del horno.
En ese momento mis ojos se iluminaron cual fuegos artificiales, y como no, mi madre cocina mejores chocolates que Willy Wonka, y no es necesario decir que los brownies son de chocolate.
Corrí -como si Barry Allen me poseyera en ese momento- hasta los famosos brownies de mi madre. No los comí, los devore.
Luego de tragar una cantidad exagerada de ellos, fije mi vista al reloj que se encontraba colgado en la pared, dándome cuenta de que son las 7:50. No le tome importancia, hasta que recordé que vivo a 12 cuadras del colegio, entonces, volvi a convertirme en Flash y salir disparatada por la puerta, observando a mi madre negar con la cabeza.
Corría por las calles de Estados Unidos llevándome personas, objetos y periódicos por delante, sin olvidar que casi me atropellan, no una, si no cinco veces.
Llegue un minuto después de la hora de entrada. Y por ese mísero minuto, me devolvieron a mi casa.
Me contuve para no gritarle unas cuantas palabas no dignas de una dama.
Así, maldiciendo en todos los idiomas existentes e inexistentes, me dirigí de nuevo a mi casa.
Aunque estaba feliz de no asistir al colegio, digo, quien quiere asistir a un lugar donde te aplican la famosa palabra “Bullyng”.
Si, en aquel infierno me hacían bullyng, solo por ser diferente.
No solo por el color de mis ojos, sino también por mis gustos, pues yo era la “friki” del grupo.
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This Is Real? ~ Deidara y Tu ~
FanfictionMarginada, antisocial, Friki, son algunas palabras que describen a Yuui. Que pasaría si nuestra protagonista viajase a un universo alterno? Un universo donde ella es parte, no solo de uno de sus animes favoritos, si no también de su "hermandad" -por...