Boku no hero academia One-shots

Kacchako

Con la vista nublada recorría las instalaciones de la academia para héroes, podía sentir como su cuerpo era consumido por la rabia e incluso se le dificultaba pensar, estaba completamente fuera de sí. Al comienzo del festival cuando desvelaron quién sería su rival, tembló y dudó de su fortaleza "no estoy hecha para ser una heroína" llegó a pensar. Y es que Katsuki Bakugo era una fiera astuta a la que temer en combate, pero eso no era motivo alguno para que todos y cada uno de sus compañeros la menospreciaran de esa manera. 

Esa misma mañana había escuchado a sus compañeros hablar entre clases, comentando como el rubio se debería de haber apiadado de la pobre chica e instantáneamente aquel carácter agresivo que nunca mostró a nadie salió a flote, todos la hicieron sentir horrible y demostraría que estaban equivocados.

- ¡Bakugo, ven aquí un momento! - lo había encontrado leyendo tranquilamente bajo la sombra de un árbol.

- ¿Eh, qué quieres cara redonda? - dijo apartando levemente su libro para mirarla con desagrado.

En cuanto estuvo en pie Ochako no se lo pensó demasiado, alzando su mano para propiciarle un puñetazo que de no haber sido por los rápidos reflejos del chico le habría dado de lleno en la cara.

No tenía ni idea de que estaba pasando era una clara declaración de guerra y él no rechazaba retos, así que con una sonrisa arrogante se posicionó a su altura.

- Con que vienes a por una segunda derrota, cara redonda. - rio levemente y antes de volver a su postura original le sopló en la cara, ganándose una mirada fúnebre de la castaña.

El combate comenzó sobre ese mismo césped sin uso de poderes o trajes, un simple cuerpo a cuerpo en el que rápidamente comenzó un vaivén en intentos por esquivar los golpes del otro. A Bakugo le importaba más bien poco que fuese una chica, si lo había retado era porque no dudaba de su propio potencial y eso le gustaba 

De un momento a otro la pelea comenzó a escalar, el rubio consiguió ensartar un rodillazo en el estómago de Ochako dejándola sin aire por unos segundos, tras eso se miraron fijamente a los ojos a ambos les comenzaba a divertir la situación. La castaña esperó a que Katsuki volviese a atacar, imitando la técnica que Monoma ya había utilizado contra él con la diferencia de que tras eso consiguió inmovilizarlo.

- ¿Qué decías de derrotas, rubito? - susurró cerca de su oído, mientras mantenía firme el agarre de manos contra la espalda del chico.

A Katsuki comenzaban a complicársele las cosas su pecho subía y bajaba con pesadez, la cercanía de la bonita castaña contra él le causaba efectos que nunca antes había sentido. Aprovechando que la arrogancia momentánea de Ochako le hizo bajar la guardia, giró sobre sí mismo deshaciéndose de la llave y tirando a la chica al suelo con él a horcajadas.

- Decía - se aclaró la garganta -que esta es la segunda que gano.

Uraraka yacía en tumbada en el césped, con los brazos extendidos sobre su cabeza, sus muñecas apresadas por Bakugo. Por un momento permaneció hipnotizada observando el rostro del rubio - a decir verdad era un chico muy atractivo - el calor se extendió por todo su cuerpo, especialmente concentrándose en sus mejillas.

- Eres un imbécil arrogante. - pronunció en bajo, finalizando con una mueca infantil inconsciente.

Bakugo tragó saliva al darse cuenta de la posición en la que estaban, aunque no la soltó, intencionalmente se inclinó más sobre ella dejando una escasa distancia entre ellos.

El silencio reinó entre ambos por unos segundos, sus respiraciones acompasadas cada vez se volvían más pesadas pues sus mirabas viajaban de ojos a labios aumentando el deseo.

- Y tú una cara redonda preciosa. - susurró contra sus labios, su voz profunda hizo a la castaña estremecerse.

Sin poder aguantarlo más Katsuki puso fin a la distancia entre ellos, con un beso tortuosamente lento y lleno de deseo.

Ninguno de los dos sabía anteriormente de esa atracción, pero de seguro no sería el último que se darían.