Tododeku

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El aire se tornaba pesado para cualquier persona que pasase unos escasos minutos con Midoriya aquel día, el chico parecía completamente absorto en sus pensamientos y aunque era algo común escucharlo murmurar por doquier, pero eso era diferente. El peliverde deambulaba por la residencia notablemente preocupado, con la vista perdida y por primera vez llevando toda su retahíla de palabras para sí mismo.

- ¿Qué narices le pasa a Midoriya hoy? Parece un completo desquiciado. - desde la sala común la conocida pandilla de Bakugo lo observaba dar vueltas en el porche, anotando y arrugando papeles cada poco tiempo. 

- Ese chico es bastante extraño, probablemente esté agobiado tratando de desvelar el secreto detrás de algún quirk o algo así. - comentó Mina. 

- Suena como Midoriya, sí. - concordaba Sero asintiendo ligeramente. 

Mientras tanto Bakugo seguía en silencio observando a su amigo de la infancia, sabía que ese pequeño se traía algo entre manos y aunque no lo admitiría nunca la curiosidad lo estaba matando. No tardó demasiado en ser distraído cuando una traviesa mano comenzó a dibujar círculos en su muslo, ascendiendo con disimulo. Suspiró de manera entrecortada mirando a Kirishima, quien dibujaba en su rostro una sonrisa ladina mirando al frente, como si nada estuviese sucediendo.

Unas horas más tardes el edificio de la clase de héroes estaba patas arriba, todos andaban de un lado para otro contrastando con sus compañeros las opiniones acerca de su atuendo para aquella noche en la que los profesores por fin habían decidido ser un poco abiertos y permitieron a los alumnos de la UA hacer una gran fiesta, por supuesto bajo vigilancia. 

En la quinta planta, Todoroki salía de la ducha comenzando a alistarse para el evento cuando escuchó su puerta siendo tocada débilmente. Aún con la toalla alrededor de su cintura abrió la puerta, encontrándose a Midoriya ya preparado. 

Lo analizó en completo silencio, lucía bastante diferente a como acostumbraban a verlo. Por sus ocupaciones como futuro héroe su estilo cambiaba bastante, pero esa noche un aro plateado rodeaba el lateral de su labio inferior, perdiéndose en su piel, asegurándole al bicolor que se trataba de un piercing real. Eso no era tan siquiera el principio, sus orejas también estaban cubiertas e incluso se había cortado el cabello rapándolo por los lados y atrás.

Qué decir de su atuendo, había decidido llevar un traje. Aquellos pantalones negros le robarían a más de uno suspiros aquella noche, mientras que en la parte de arriba llevaba una camisa color vino entreabierta por la que se colaba una fina cadena, por último y a conjunto con los pantalones una americana negra que llevaba remangada a la altura de los codos para así dejar ver unos elegantes anillos y reloj. 

- Esto... creo que debería de venir en otro momento.- Todoroki había olvidado completamente que aún seguían en el umbral de su puerta y que él lo estaba mirando descaradamente.

- Pasa. - dijo neutral.

Midoriya podría estar espectacular esa noche, sin embargo, nadie lo despojaría de su personalidad tímida y nerviosa. Cuando tocó la puerta de su amigo, lo último que esperaba era verlo con el torso al aire, su melena despeinada y unas adorables gafas que le daban un toque más adulto.  Antes de poder detenerse estaba observándolo de pies a cabeza, con miles de nuevos deseos corriendo por su mente, haciéndolo sonrojarse.

Repasó con la vista el dormitorio del chico, nunca dejaría de impresionarle, hasta que con un ademán le indicó que podía sentarse sobre la cama mientras él desaparecía por la puerta del baño con la promesa de que al menos volvería en ropa interior. Jugaba con sus dedos en un intento por calmar los nervios, había ido allí para pedirle algo bastante extraño y personal. 

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⏰ Última actualización: May 31, 2021 ⏰

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