Dejemos esto

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Miraba las estrellas con una gran sonrisa en su rostro, estaban en una cita a las afueras de la ciudad. Se había arreglado para verse bonito, incluso se había cepillado el cabello para que cuando el mayor lo acariciara le diera un cumplido.

Pero eso nunca pasó.

También había practicado toda la noche para hacer las galletas de chispas de chocolate que tanto le gustaban  Misato, todo para ver su cara de alegría y recibir elogios de su parte.

Eso tampoco pasó. 

Pero aun así estaba muy feliz.

Jugaba con su pie y el del azabache mientras comía las galletas que él mismo había horneado, Misato solo agarró una y dijo «gracias», eso había sido suficiente para Mashiro. No estaban en silencio, siempre charlaban, o así lo veía él ya que el mas alto decía dos o tres palabras de vez en cuando, lo que significaba que no estaba hablando solo.

—Debemos terminar. —¿ven? esas habían sido dos.

—¿Qué? —la sonrisa del albino fue decayendo hasta dejar de existir, por un momento estuvo desconcertado pero trató de disimular su inseguridad..- ¿te refieres a que debemos irnos? ¡Misa-pon! son solo las ocho. —hizo un pequeño puchero. Iba a tomar su mano pero Misato la apartó y se levantó del césped.

—Ya acabó la escuela, es verano

—¿Eso que tiene que ver?

—Iré a la universidad. -lo miró con esa  expresión neutra que siempre tenía.- dejemos esto.

Dejemos esto.

Dejemos esto.

Dejemos esto.

Esas palabras se repetían en la cabeza de Mashiro, el cual seguía sin asimilar nada de lo que su novio le estaba diciendo. ¿Dejemos esto? ¿a que se refería? ¿"esto" ?— Misa-pon..

—No me llames así, ya te lo he dicho, Tsukiyuki—Mashiro sintió un escalofrío.— Estoy terminando lo que sea que hayamos empezado, fueron dos años.. largos, entiéndelo. Ya no debemos seguir así, iré a la universidad y tu cursaras tu ultimo año, no hay mas excusas para seguir con esto. Toma, ve a casa. —sacó dinero, era para el transporte.

—No entiendo.. ¿qué hice mal? lo arreglaré, podemos tener una relación a distancia..  —se levantó de inmediato y le dolió. Se sentía pesado, su respiración fallaba, su cabeza le dolía, todo estaba sucediendo demasiado rápido y él no entendía.— deja de llamar a nuestra relación como si no fuera una.. 

Esto

Esto

Esto

Sonaba una palabra vacía.

—Y tú deja de ser tan ciego. He tratado de que entiendas.. esto no funcionó desde el primer día y quise hacértelo saber pero eres tan sordo. No hiciste nada mal, jamás hubo nada qué arruinar en un principio. —le volvió a ofrecer el dinero.— no hay futuro entre nosotros dos, no de esa manera, debiste haberlo notado. Debí haber insistido antes. —le dejó el dinero en el suelo al ver que no lo tomaba y se fue.

Mashiro iba a perseguirlo, tomar su mano para que lo mirara a los ojos, pero antes de que el albino se pusiera en marcha, sin mirara atrás, Misato habló:— No me sigas, no me busques, no contestaré tus llamadas, tienes que soltarme de una vez. —y después de decir eso siguió su camino.

Siguió su camino, dejando atrás a un chico de diecisiete que lo amaba como su primer amor.

Dejando atrás a un corazón herido por tantas batallas anteriores que se estaba destrozando por esa ultima. Porque era la batalla final y ya no aguantaba mas.

Dejando atrás a un chico de diecisiete con el corazón roto sin saber qué mierda había sucedido. Sin saber qué mierda había hecho mal. Sin saber por qué no fue suficiente.  

Mashiro cayó de rodillas al césped, su vista se nubló por las lágrimas que empezaban a brotar sin control de sus ojos apenas lo vio desvanecerse entre el sendero.

—¿Qué hice mal? —nadie le respondió.

Cartas de un corazón roto que jamás leerás | Bakuten!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora