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*ADVERTENCIA: Creo haber ya dejado clara la advertencia pero aquí hay contenido gore sangriento 🖤✨*

Mew se espanta en su lugar y el chico de ojos rojos camina hacia él con una sonrisa para acercarse al oído del brujo. Toda la tensión se reduce a un silencio absoluto. -Tú me buscaste. No me culpes por lo que va a suceder.

Dice Gulf. Entonces la mesa de la sala de estar gira en círculos sonando como una sierra. Yendo a la velocidad de una exactamente. La madre del brujo une dos de sus dedos en cada mano para crear algún hechizo para detener la mesa, pero la mesa arrasa con ella. Cortándola en dos. Su cuerpo completamente dividido por la mitad mientras que la mesa sigue girando como sierra por su camino y sale por una de las paredes de cristal. Rompiendo esta.

Hasta terminar acostada fuera del césped de la casa.

La mujer permanece parada con solo hilos sangrientos de carne uniendo a penas su cuerpo. La mitad izquierda de su rostro manchado en sangre y un ojo casi salido de su carne. Toda la carne bajo el ojo brotado en rojo. Ella aún está viva y entre los hilos gordos de carne, se le puede ver su corazón latir. Latir en vida. Latir fuera y adentro de la carne en aquel cuerpo. Una vista aterradora, sangrienta, espantosa.

Los únicos dos humanos temblaban en sus asientos del miedo y chillaban.

-Carajo, su corazón sigue sacando sangre con cada latido.- Se queja uno de los humanos viendo aquel corazón bombear sangre fuera de la carne.

Unos aplausos adicionales se escuchan desde las escaleras. Los aplausos cada vez más cerca. Para cuando los humanos miraron, Gulf bajaba las escaleras aplaudiendo. La mujer lo mira sin poder moverse del todo y gruñendo por el dolor de su cuerpo. El guapo chico de los aplausos la mira a ella con una escalofriante sonrisa de labios.

-¿No es esta cena todo un espectáculo?- Él pregunta ahora poniéndose de frente en el último escalón para revelar a Mew parado a su lado. El brujo está cabizbajo con la correa de sus pantalones atada al su cuello como collar de mascota. En la correa una cadena larga estaba atada ahí, el hijo de Lilith la sostenía.

-Qué está sucediendo aquí.- Ella dice toda debilitada con una voz ronca horrible. Sus movimientos apenas los cumplía en los ojos.

-Lo que sucede aquí, sra. Suppasit, sin intenciones de ofender, es que mi cacería ha comenzado. Por supuesto no me los comeré. Claro que no.- Gulf bufa una risa. -Pero los haré pagar lento y fuerte.- Sonríe el hijo de Lilith. Sus palmas regenerándose.

Los cocineros profesionales salen de la puerta de la cocina y se espantan. Algunos dejando caer las bandejas para revelar hamburguesas con carnes poco comunes. Parecían normales pero la textura era más carnosa, el tejido más gordito,... Sin duda era carne humana.

-Ah. Los cocineros,...- Gulf se burla de sus rostros llenos de miedo. Estos tiemblan ante la aterradora imagen de la srta. Suppasit.

-Mamá.- Llama Mew impresionado de verla así pues jamás se espero que esta cacería resultara de este modo. Quería que fuera del modo sútil como la manera en que actuaba Gulf antes de revelar su identidad. Esa sutileza estaba más que desecha en estos momentos. Ahora simplemente tenían a un monstruo dentro de la casa. Los ojos maternos recaen en su hijo con tristeza.

-Está llorando ahora. Pero él fue quién solicitó mi cacería. Quiero divertirme con usted, a él lo dejaré para el final así que lo convertí en mi lindo perrito.- Gulf sonríe sujetando firmemente el mentón de Mew con sus labios abultaditos en un puchero burlón. Cejas alzadas y una mirada divertida. El brujo no se está divirtiendo; lo mira todo serio y apenado de esta actitud monstruosa.

EL DIABLO Y EL GUAPO• MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora