Una mujer invita a un grupo de personas desconocidas a su casa nada más por "compañía", pero Gulf Kanawut jamás fue de cenas así que comienza a sospechar aún más del misterioso hijo de la casa... Y de cómo la carne luce a la hora de comer.
❝Haz que...
—Lindas flores. ¿Ya me superaste?— Pregunta un compañero de trabajo con un cuerpo esbelto de buena forma, brazos trabajados, cabello pelinegro alzado con dos flequillos encima de sus gruesas cejas. Tenía una nariz bastante larga y perfilada con unos ojos redondos que parecían no haber dormido en años de lo aborrecidos que están y labios finos. Si no fuera por su ojos parecería americano dado las facciones irregulares, aunque delgadas. Gulf alza la mirada para ver incómodo a su ex.
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Trabajaban en el mismo lugar así que, por eso no es buena idea salir con nadie de tu trabajo incluso si algunas veces es tentador.
—Qué pasa, Na.— Pide Gulf queriendo sonarle indiferente. Su ex sonríe ante la fría actitud del contrario antes de alzar su mirada hacia el bonito rostro delante suyo.
—Es bueno que estés... Con alguien.— Na sonríe. Creyéndose que Gulf estaba saliendo con alguien. Ante eso y esa voz suave de su ex, Gulf parpadea repetidas veces con incomodidad tragándose toda la vergüenza antes de volver a mirarlo con firmeza y decir:
—No tengo novio.— Dice la verdad con seriedad.
—Oh. Lo siento por malinterpretar--
—¿Viniste a eso?
—Me envío el jefe para sacarle copia a varios de sus papeles, la mayoría los tienes tú.
—Ah, aquí.— Gulf recopila sus papeles trabajados con muchos manoscritos y notas en muchos párrafos. Na los toma con una bonita y amable sonrisa.
—Gracias.— Agradece Na ya yéndose a la sala de fotocopiadoras. Gulf se le queda viendo con algo de nostalgia. Una ceja le brinca por impulso.
—Iré contigo a sacarlas. No tengo nada qué hacer después de todo.— Dice Gulf con una sonrisa de labios seria y amigable a la vez.
—De acuerdo.— Accede su ex novio tranquilamente mientras que ahora caminan hombro con hombro a la sala de fotocopiadoras. La sala de fotocopiadoras era oscura pues sus lucen se habían dañado apenas unos días atrás. La única luz (y casi) era la que entraba por una ventana a la esquina pero la ventana tenía una tétrica cortina plateada por encima.
Na encendió la máquina y puso los papeles para que estos fueran fotocopiados y printeados. Gulf observa a su lado como los documentos van saliendo uno a uno.
Entonces mira a su ex calladamente, y desliza una mano por el miembro de este a través de la tela crema del pantalón. Su ex alza las cejas antes de mirarlo con su boquita entreabierta.
—Gulf.— Él llama como si estuviese citando una advertencia. El otro no deja de masajear su miembro, y el ex se siente desfallecer poco a poco. Derrumbandose ante el placer. Na lo toma de los cachetes y lo besa. Ambos se besan intensamente. Sus ojos cerrados. Nostálgicos de lo que tuvieron hacen dos años.
Gimen internamente con cada beso compartido.
Repartido y respondido.
Desesperadamente, Gulf le baja la cremallera de su pantalón y con una sensual mirada, atrapa el labio inferior de su ex entre sus dientes. Tirando un poco de este. Lo suelta y el ex lo toma de las caderas para sentarlo en la foto copiadora.
