|Escuchen la canción mientras leen el capítulo.|
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"¿En qué momento me convertí en esto?". Dijo solo para si misma mientras rondaba en aquel salón de ensueños y fumaba plácidamente su cigarrillo.El ambiente en que se encontraba aquella mujer no era más que desagradable, o al menos para ella. Bien se sabe que lo que para unos es un paraíso para otros no es más que el infierno mismo, así le pasaba a ella, un entorno cubierto de gritos desgarradores de dolor, insomnios, tormentos, nostalgia...
Irónico. Es lo que cree la mujer que hace unos momentos tenía su cigarrillo en mano; el paraíso y anhelos de unos puede ser el infierno y tormentos otros, como dicen los expertos:
«Todos tenenos nuestro propio demonio, nuestra pesadilla la cual día y noche tratamos de combatir; al igual que cada quien tiene su propio infierno que lo carcome desde las sombras... El cual muchos llaman ~Conciencia~ y otros ~realidad~ »
"Desde el momento que creíste que matar era la única salida... Brooken". Una voz ajena pero a la vez familiar la sorprende por la espalda, poniéndola por inercia a la defensiva.
"¿Que se supone que haces aquí? Di órdenes para que nadie entrará". Una vez está encara a la persona que hace un rato había interrumpido sus pensamientos; baja la guardia notando así a aquel hombre responsable de sus tormentos y anhelos.
"¿Que te hace pensar que se negarían a seguir órdenes del heredero?" Dijo el hombre de rizos con un tono descarado de ironía sin ninguna intención de ocultarlo haciendo que Brooken se irritara cada vez más. "Dame eso". Borro aquella sonrisa torcida de sus labios en el momento en que sus ojos se posaron en aquel cigarrillo pronto a acabar. No lo pensó dos veces cuando ya estaba arrebatando él ya mencionado de las manos de aquella mujer con intención de pisarlo. "Dices ya haber crecido pero sigues siendo la misma niña malcriada y rebelde que eras en la adolescencia, lo suficientemente ingenua para no ser consiente de lo que es un cigarro". El tono de voz y la rudeza con la cual soltaba las palabras le hacía entender a la perfección que el hombre de rizos se había enojado, además no era como si fuera difícil descifrarlo, su rostro era muy expresivo y esa era su debilidad.
"¿Que es lo que quieres? ¡A qué vienes!". La simple idea de tener que escucharlo como escupe una y otra vez lo inmadura que puede ser, la hace irritar hasta el punto de gritarle sin miedo a perder".
"La mirada de aquel hombre se hizo oscura y en partes, tenebrosa. Era un manipulador de primera, él eso lo tenía claro así que se encargó de dar su mejor cara y poner gruesa su voz con la intención de intimidarla y hacer que se retractase. "Será mejor que bajes el tono conmigo." Pero tal vez el resultado no fue lo que el esperaba.
"¿¡O si no que?!". Una vez está responde de nuevo a la defensiva, el hombre de rizos no pierde tiempo y en un abrir de ojos con un movimiento ágil, logra sacar aquella arma de fuego. Para su mala suerte había sido él quien le enseñó aquellos movimientos que ella memorizó poniendo así ambos, las armas del otro en la cabeza de cada uno. "¿Piensas matarme, cielo?". Dijo con ese tono de arrogancia, aquel que solo una mujer es capaz de reconocer y emitir.
"No tienes idea de las ganas tan grandes que tengo de ser yo quien cumpla el deseo de todos. Seria algo increíble ser yo el autor de tu miserable muerte". Aquellas palabras fueron escupidas con un nivel de odio y rencor que no tiene explicación, esto por alguna razón a ella le dolió.
"¿A si?". Una sonrisa macabra apareció en su rostro, acompañado de un sentimiento extraño en su mirada.
"Pero si tú padre me mato hace mucho tiempo..." Su sonrisa torcida llena de dolor aún no desaparecía, para él simplemente era como una estaca en el corazón frío y débil de alguien que finge una cara para sobrevivir. "Pero puedes intentar matar mi cuerpo, estoy segura que darás tu mejor esfuerzo aunque te matare antes de que me hagas un rasguño". Dijo dándole ánimos."Desearía poder tener el valor para hacerlo, pero te convertiste en mi Morphina..." Bajo su arma tirándola al suelo, demostrando su derrota frente a esa mujer. Ella solo dejaba salir lágrimas y lágrimas como si nunca volviera a verlo. "Podré ser egoísta, terco incluso el heredero de una de las mafias más poderosas, pero nunca podría ser capaz de matar a quien me devolvió el alma que una vez perdí."
Aquellas palabras sonaban tan reales que la obligó inconscientemente a bajar su arma, sin soltarla solo por precaución. Este solo empezó a caminar en dirección a la chica con una sonrisa torcida. "Eres ese hombre en el espejo que tanto amo, tu-". Un estruendo la interrumpió cortando su línea y permitiéndole ver a su única salvación desplomarse frente a ella.
Todo parecía dar vueltas, el hombre que tanto la ayudo y protegido estaba observándola ahora con sus ojos llenos de lágrimas e invadidos por el miedo a morir. La expresión en su rostro de espanto, esa que de solo imaginarla te hace erizar la piel...
Michael el hombre de tez blanca y cabello rizo azabache; había sido herido.
Como era de esperarse el personal de seguridad entro en un abrir y cerrar de ojos llevándose así a Brooken y Michael fuera de el lugar de combate, debían ser rápidos o Michael daría su último suspiro en los brazos de la única persona que logró entenderlo y a la que él cuido como su propia vida.
"Pase lo que pase, no sueltes mi mano". Dijo llorando mientras eran trasladados a otra mansión lejos de la cuidad y sostenía su mano con fuerza temiendo que este la soltara anunciando así, su muerte.
"No quiero dejar sola a mi bebé". Dijo riendo adolorido y moribundo, cubierto de su propia sangre. Subió su mano hasta la mejilla de su compañera de vida y reemplazo las lágrimas por sangre en un intento fallido de borrar la humedad de su rostro. "El cielo puede esperar...."
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BUENOOOOOO, como lo prometí estaré resubiendo esta historia:3 y bueno se podrán dar cuenta de el cambio tan grande en la narración y como se ve más pulido, espero les guste y bueno por favor no dejen de apoyar las historias que se suben :3 !
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EL SECRETO DEL PODER © |Resubiendo|
FanfictionCon tan solo trece años fue robada y alejada de sus padres y familia para cumplir el capricho de un hombre malo que deseaba con desespero tenerla entre sus dedos hasta que el día llegó y su enfermó capricho se cumplió... Siendo así, adoptada leg...