48 horas antes del secuestro
Por fin mi mes, bueno mejor dicho; nuestro mes. Por fin luego de tanta espera había llegado navidad, era primero de diciembre y me encontraba terminando el arbolito de navidad con mi padre ya que mis abuelitos no tardan en llegar. Hace unos meses el treinta y uno de agosto cumplí doce años y mis papás por haberme portado tan bien me obsequiaron un perrito y lo llame Lucas cómo el pato Lucas, son las 10:15am y ya estaba poniendo la estrella con ayuda de mi papi.
—¡Buenas buenas familia! —La voz del abuelo Robert lleno la casa entera y mi sonrisa que ya era grande ahora se encontraba como la del gato del país de las maravillas —¿A donde fue mi renito? —Dijo mi abuelo refiriéndose a mi, con ayuda de papá baje y corrí hacia el abuelo quién me abrigo en sus brazos.
—¡Aquí estoy abuelito, aquí estoy! —Su gran barba blanca me hacía sentir especial, me hacía pensar que realmente se trataba de Santa aunque sepa perfectamente que no es así. —Abuelito te extrañe mucho. —Dije abrazándolo de nuevo con más fuerza.
—Señorita recuerde que también tiene abuela. —Dijo la adulta mayor de cabello blanco con una sonrisa mientras posaba sus manos en su cintura de forma graciosa, me pase con mi abuela para abrazarla fuerte. —¿Como se a portado nuestro renito, Elizabeth? —Dijo la abuela en un tono indiferente hacia mamá.
La abuela siempre a sido muy recta con mamá, mis primos dicen que la abuela no quería a mi mami para ser la esposa de papa y mi mamá lo cual es raro ya que mi mamita ¡Es la mejor de todas! Pero aún así la incomodidad que se llegaba formar en cualquier ocasión que ambas cruzarán miradas o incluso que alguien le hablara a una y luego a otra era realmente exagerado y a veces molesto, papá y mamá discuten casi siempre por la abuela así como la abuela discute con el abuelo por lo mismo, a veces quisiera ser ya saben, como Alicia la niña de doce años y perderme en mi propio mundo siendo capaz de descubrir nuevas cosas, nuevos sueños y por primera vez no sentirme mal o incluso culpable por lo que suceda en la relación de mis abuelos y mis padres...
—Muy bien Miranda. —La cara de mi madre era de muy pocos amigos.
—Ya está bueno, ¿Mamá por qué no subes a ver al pequeño Lucas? Seguro destrozó su peluche. —Dijo mi padre con gracia tratando de calmar el ambiente que se había vuelto especie y pesado.
En otro lado*
—¿No crees que es mucho? Digo, es sólo una niña ¿Que podrías hacer con una niña? —Insistía el hombre de color con nerviosismo.
—No me importa si es una niña o no, igual la quiero y la raptaré para crearla y convertirla en mi mujer apenas cumpla su mayoría de edad tal y como hice con Isa. —Comento el canoso muy decidido. —¡Carajo Walter, guarda esa arma! —Chillo este en un tono grave y amargo al hombre que se encontraba puliendo aquella arma bañada en oro.
—Sera mejor que tengas todo planeado Jhon, porque no pisare la cárcel de nuevo.
—Deja de pensar en pajaritos preñados y está atento a todos los movimientos, llevo planeando esto desde el cumpleaños de esa niña y tu hijo será el queso del ratón en la caja, ella vendrá hasta él luego llegamos nosotros y adiós, la niña desaparece del mapa. —Comento mientras miraba por el cristal oscuro de sus lentes manteniendo una sonrisa cínica.
Con la niña y su familia*
—¡Abuelita mi mami me regaló esto! —Le dije mostrándole un kit de maquillaje para niños. —¡Ya puedo maquillarme como tú! —Le dije dando pequeños saltos con emoción.
—Señoritas, la hora del té está lista bajen o llegarán tarde a su junta real. —Mi padre era el mejor, iba vestido con una tiara, una bufanda de plumas color rosa acompañada de una barita de princesa, con sombra de ojos celeste y lápiz labial rojo. Seguro se trataba del maquillaje de mamá.
—Enseguida bajamos flor de otoño. —Mi abuela responde con un gracioso apodo. —¿Que dice Duquesa, bajamos? —Dijo mi abuela y yo asentí dándole la mano.
Mi familia es la mejor, sin duda alguna soy muy afortunada falta poco para ser navidad y por fin podré ver a la tía esmeralda y mi primo Paul, será increíble jugar con él y con Lucas además también tiene un compañero o mejor dicho compañera, se llama Lily y es una doberman como Lucas solo que Lucas es más pequeño porque aún es un cachorro.
46 horas antes del secuestro
—¡Hija baja ya nos vamos! —Grito mamá y yo bajé rápido con mi oso en mano.
—¡Ya estoy lista mamá! —Dije con ánimos.
Hoy iríamos al parque por la llegada de mis abuelitos, ya eran las doce y treinta del mediodía, ya almorzamos y todo, llevamos a Lucas para que disfrutara del paseo también. ¡¡Espero conocer a nuevos amigos hoy!!
CONTINUARÁ.
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EL SECRETO DEL PODER © |Resubiendo|
FanfictionCon tan solo trece años fue robada y alejada de sus padres y familia para cumplir el capricho de un hombre malo que deseaba con desespero tenerla entre sus dedos hasta que el día llegó y su enfermó capricho se cumplió... Siendo así, adoptada leg...