Cap. 3 Un día... ¿Normal?

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Colette
Hoy fue un día confuso, Edgar tenía la misma actitud de siempre, pero se dio cuenta que su amiguito me miraba raro y le pidió que se fuera, supongo que el señor Thomas tiene una parte buena después de todo.

- Colette -me llama la atención y levanté mi rostro- de seguro mi esposa llegará, ya sabes qué decirle, ¿verdad?

- Sí, le doy su regalo y le digo que usted tuvo un asunto pendiente que no podía cancelar.

- Ok... Nos vemos mañana entonces -una mujer llegó y le dio un beso un tanto largo en sus labios y le dijo: te espero afuera, para luego salir- ah cierto, si por alguna rara casualidad mi esposa me ve con ella -señaló en dirección a la mujer- es mi prima lejana, ¿ok?

Qué norteño, señor Thomas...

- Ok... -soporté mi risa por la broma mental que hice.

Me retracto de haber pensado que tiene un lado bueno.

Luego de que se fuera, llegó su esposa como media hora después y me saludó con una gran sonrisa, me siento mal ahora de mentirle.

- Hola Colette -dijo entrando y se sentó en el escritorio de Edgar- ¿has visto a Edgar?

- Amm... Sí... -dije con duda- te dejó esto... -le di la caja con su regalo y su sonrisa desapareció- feliz cumpleaños, Bibi. También te tengo un regalo -saqué de entre mis cosas que tenía en mi escritorio una blusa- no es mucho, pero... -de pronto ella me abrazó.

- Gracias Colette... -murmuró entre un sollozo. Se separó de mí y puso sus manos en mis hombros- ¿dónde está Edgar? Quiero que me digas la verdad, nos conocemos desde que empezaste a trabajar con mi esposo y hemos sido amigas desde entonces, ahora dime la verdad... ¿Dónde está?

Puede que no me agrade tanto Edgar y todo, pero la lealtad en este tipo de cosas es parte de mi trabajo.

- Edgar... -miré el piso- no está porque tuvo un asunto pendiente que no pudo posponer... -levanté la vista- como lo siento... Sé que querías que estuviera el día de tu cumpleaños...

- Siempre es lo mismo... -ella me soltó los hombros y se alejó- él dice que tiene asuntos pendientes y se larga con sus amigotes a una fiesta... De nuevo gracias por el regalo...

- No hay de qué... Y yo también de nuevo lo siento... -ella asintió mientras suspiraba.

- Adiós, Colette... -se despidió y salió de la oficina.

- Yo también creo que me voy -me dije a mí misma apagando la computadora- he acabado, mamá y Selenna me esperan y hoy tengo una cita, así que Edgar... -miré su escritorio con mi ceño fruncido- nos vemos mañana, imbécil.

Me puse de pie y me fui a casa. Al llegar, mamá preparaba la cena y como siempre, Selenna dibujaba.

Yo me fui a preparar para mi cita y mi pareja no tardó en llegar. Tocaron el timbre y Selenna abrió la puerta.

- ¡Spike! -exclamó la niña y se abalanzó sobre él dándole un abrazo, pero se separó al sentir las espinas- auchi... -dijo y le empecé a quitar las espinas.

- Como lo siento, amor... -dije nerviosa- es que ella se emociona cuando apareces...

Nota de escritora: Spike habla :v

- No importa... Tú eras igual en la universidad -contestó con su tierna sonrisa.

- ¿Nos vamos?

- Sí -le tomé la mano y mi mamá entonces apareció en la escena.

- Escucha cactus -dijo seria- ya sabes lo que te puede pasar si le haces algo a mi Colette.

- Sí, ya lo sé señora.

- Como lo siento -le susurré- es así de sobreprotectora desde lo del papá de Selenna.

- ¡Colette! ¡Aún te puedo escuchar! ¡No soy sorda!

- Amm... Oki mamá, vengo más tarde -empujé a Spike y nos fuimos de la casa.

La cita fue como siempre cuando tengo una cita con Spike, hablamos de nosotros y de cómo son las cosas en nuestros trabajos.

Así que sí, Spike también cree que Edgar es un imbécil.

Al día siguiente fui a mi trabajo temprano como siempre, Edgar llegó tarde y eso es normal en él, pero hoy llegó súper mega tarde.

Tenía ojeras, así que se puso sus gafas de sol y comenzó a beber de pronto una botella de cerveza de no sé de donde rayos la sacó. No iba a preguntar, no era de mi incumbecia su actitud y eso me lo agradeció en silencio, ¿cómo lo sé? Vamos, lo conozco desde hace dos años y las palabras gracias o por favor no existen en su vocabulario.

Luego de un rato de estar en completo silencio él habló:

- ¿Cómo te fue ayer en la noche? -me preguntó y me confundió un poco.

- Bien... Supongo.

- ¿Qué hiciste?

- Llegué a mi casa y salí con mi novio...

- Ah... No sabía que tenías novio... ¿Y te quiere?

- ¿A qué vienen esas preguntas Edgar? -dije ya seriamente- ¿qué te pasa?

- Bibi me pidió el divorcio -abrí mis ojos sorprendida al igual que abría mi boca.

- ¿Pero cómo....? ¿Qué pasó? 

- Llegué algo tarde a mi casa y estaba ebrio... Cuando se me bajó un poco el alcohol y bueno... Me dijo que ya no soportaba más y me pidió el divorcio... -aunque tenía sus gafas, una lágrima rebelde logró salir y rápidamente se la limpió- además... Me confesó... Que se estaba viendo con alguien más... Y que se había enamorado...

- Señor Thomas... -puse mi mano en mi boca y no dije nada más.

- Por ahora, no quiero que me trates como tu jefe... Trátame como uno de tus amigos, ¿por qué Bibi me hizo esto? -suspiré y lo miré con obviedad.

- Mire Edgar, usted descuidó mucho su relación con Bibi desde que se casaron y además... No la culpo, en su lugar yo hubiera hecho lo mismo. Usted estaba casi que todos los días ausente y también la ignoraba, creo que ayer la gota que derramó el vaso fue que usted no estuvo en su cumpleaños -él asintió.

- Entonces me porté como.... Un idiota... -susurró y asentí mirando hacia otro lado- mm... ¿Y si le pido perdón?

- Creo que ya le ha perdonado muchas cosas en este último año...

- Así que no hay remedio... Debo firmar el papel del divorcio.

- Siento que sería lo más sano para ambos.

- Sí... -la conversación concluyó y seguimos como todos los días, solo que Edgar no tuvo humor para molestarme tanto con sus peticiones.

Por lo que al llegar a mi casa, escribí en mi laptop:

Hoy fue un día... ¿Normal?

Me detuve en esa parte y abrí otra carpeta y la coloqué como: Borrador 2. Empecé escribiendo:

Por primera vez... Me compadezco del señor Thomas, sí, puede compotarse como un patán siempre, pero sé lo que se siente un divorcio, no es nada fácil acabar un hogar... Por suerte, no tenía un hijo de por medio, pero no hay que malinterpretar, adoro a mi hija Selenna, sin embargo no fue bueno para ella que su padre y yo nos separáramos... Aunque no lo demuestra, ella quisiera que su padre esté a su lado cuando yo lo quiero como mínimo a un kilómetro de distancia...

Detrás de Una Estrella (Edgar x Colette) [BS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora