El Crimen

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Una noche mientras Ana dormía un ruido la despertó. Prendió la luz del velador y se levantó, la ventana misteriosamente estaba abierta pero no había nada. Cerró la ventana y cundo quiso volver a acostarse una mano le agarró el tobillo. Gritó pero su grito fue ahogado por otra mano.

-Es lindo verte dormir-Susurró una voz masculina-¿Vas a callarte?

El tipo estaba de atrás aunque Ana reconoció inmediatamente la voz de Robert.

Robert le destapó la boca y Ana se dio la vuelta estupefacta.

-¿Qué pasa?-Preguntó el dulcemente-¿Tienes miedo de mi?¿Por qué?

-Casi muero de un infarto-Dijo ella con un hilo de voz.

-Oh, no puedes morirte antes de que juege con tigo.

-¿Jugar con migo?

-Va a ser divertido. Acuestaté.

-¿Qué? No voy a hacerlo, voy a gritar si no te vas.

-Acuestate-Ordenó más serio y sacó un arma de su pantalón apuntándole a la cabeza.

Ana quiso escaparse y abrir la puerta pero estaba cerrada.

-No tienes manera de escapar, si gritas te disparo.

El se acercó y la tomó del brazo. Ana le quiso pegar en su entre pierna pero el esquivó la patada.

-Eres tan débil Ana-Se rió a carcajadas y la ató a la pata de la cama con hilo Piolin y la boca se la tapó con un pañuelo de seda rojo.

-Ahora bien-Dijo sentándose frente a ella-Empezemos con el juego.

Demasiado tarde para volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora