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Siempre que miraban a Nishimura Riki pensaban en un Alfa soltero por toda su vida, la razón era simple. Su personalidad.

Aquel Alfa no era dominante y rudo como los demás, no, él no era esa clase de Alfa.

Riki era suave y delicado, amante del color rosa y de las cosas tiernas, así era Nishimura Riki, el Alfa Omega como solían llamarle de burla.

Riki era diferente, pero eso no le importaba, él era feliz, de esa manera, siendo él mismo y no teniendo que fingir alguna actitud dominante y posesiva con un Omega.

Si algo odiaba Riki era que los Alfas siempre se creyeran superiores a los Omegas, Riki siendo un Alfa sabía que todos merecían los mismos derechos.

Aunque claro, los mismos Omegas se encargaban de rechazar a Riki, creían que éste no podría defenderlos del mal, creían que incluso Riki sería la pasiva al momento de hacer el amor. Eso no era cierto y jamás lo sería.

Sí, Riki era muy conciente de lo que escuchaba a cada rato, él no era ninguna pasiva, solamente tenía diferentes actitudes y eso era todo.

Cachorro, vamos, despierta que tienes que ir a estudiar. dijo el Omega desde la puerta de la habitación de Riki.

¿Appa Felix? Buenos días appa. dijo Riki despertando de golpe al ver a su padre.

Cariño, tu padre y yo te estamos esperando abajo para desayunar, báñate y vístete rápido. dijo el Omega sonriendo.

El Omega se retiró de la habitación de su hijo y cerró la puerta detrás de él, mientras Riki se levantó con una sonrisa en su rostro, quitó su pijama y se dirigía a bañarse.

Era otro día como cualquier otro, aunque claro, Riki disfrutaba al máximo su vida sin amarguras ni nada que lo hiciera sacarse de quicio.

Sí, Riki tenía ya veinte años y aún vivía con sus padres, escuchaba a sus demás compañeros burlarse de él porque aún vive bajo el manto de ellos.

Según los demás, un Alfa antes de esa edad ya debería haber buscado un hogar propio, comenzar a cortejear a los Omegas y comenzar con su propia familia.

No, Riki no quería eso, aún no, quería ir lento y despacio, no quería asustar al Omega llenandólo de cachorros y obligándolo a hacer lo que quisiera. Riki no era así.

Como siempre, comenzaba su rutina diaria para ir a estudiar, ya se baño y se arregló lo mejor que pudo, bajó las escaleras y vio a sus padres en el comedor platicando cómodamente.

Nishimura Hyunjin y Lee Felix eran pareja, ambos habían concebido a Nishimura Riki, un Alfa diferente a los demás, pero eso sus padres no les importó en lo absoluto.

De hecho, amaban que su hijo fuera así, respetuoso, educado, tierno y demás cosas que sus padres siempre iba a amar de su cachorro.

Buenos días papá, ¿Cómo amaneciste? dijo Riki tomando asiento en una de las sillas del comedor.

Muy bien cachorro, aunque tu appa sigue y sigue pateando toda la noche. dijo Hyunjin sonriendo y viendo a su hijo riendo, luego volteó su vista y vio a su Omega haciendo un puchero.

Es muy clásico de appa, siempre patea y patea cuando duerme con alguien. dijo Riki tomando un cubierto y llevando un bocado de panqueques a su boca.

P-pero en mi defensa, soñé que estaba en la cama más cómoda del mundo. dijo el único Omega en esa familia.

Ajá, ¿Seguro que no era en el vientre de tu madre, cariño? dijo el Alfa mayor viendo al Omega.

No, estoy seguro que era en la cama más cómoda del mundo. dijo Felix afirmando con la cabeza.

Ambos Alfas solo soltaron una pequeña risita, amaban todos los momentos en familia que tenían, incluso si el pequeño Nishimura Sunghoon estaba dormido en su cama y no participara demasiado en el desayuno familiar.

— Bueno, me tengo que ir padres, nos vemos más tarde. dijo Riki terminando rápidamente su desayuno.

Está bien cachorro, lávate los dientes y luego ya te puedes ir. dijo el Omega levantando los platos de Riki.

Está bien. Riki hizo un puchero y se fue al baño.

Llegó al baño y rápidamente lavó sus dientes, después de eso volvió a despedirse de sus padres y salió con prisa.

Tenía unos minutos antes de que anunciarán que las clases empezaban, así que pasó por una floristería para comprar unas rosas.

Rosas las cuales se las daría al único Omega que dejó que Riki lo cortejeé, Yang Jungwon, era el Omega más tierno y dulce del universo, o eso según Riki.

El amorío entre ambos había iniciado hace dos meses atrás, cuando Riki se acercó al Omega, con un sonrojo adornado en toda su cara y con una pequeña notita.

Esa notita estaba muy decorada en papel rosa, cuando Jungwon la abrió para leerla, leyó en el gran mensaje que había escrito dentro de la nube.

"¿Puedo cortejearte, dulce Omega?", Decía aquel papel, Jungwon solo se sonrojó y le permitió al Alfa empezar con su cortejo.

Ambos se amaban e iban muy bien, Riki quería conquistar más al Omega y luego empezarían su relación.

sweet alpha ¡𔘓! wonkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora