sweet alpha ¡𔘓! wonki

two.

Jungwon se había levantado como siempre, tarde, el Omega era demasiado dormilón, incluso podía dormir casi quince horas seguidas.

— Buenos días mamá, buenos días mami. — dijo el Omega tomando una de las tostadas

— Buenos días pequeño. — dijeron la Alfa y la Omega al uniso.

— Voy tarde, nos vemos más al rato, las amo. — dijo Jungwon tomando su mochila y saliendo de su casa.

Sus madres se miraron complices, sabían que su único cachorro era todo un dormilón y descuidado.

— ¿Hoy no te tocaba despertar a Wonie, Rosie?  — dijo la Alfa mirando a su Omega.

— Lisa, fuí y lo desperté como tres veces, no reaccionaba así que dejé que siempre pasará lo que pasa todos los días — dijo la Omega haciendo un puchero.

— Está bien, te amo, corazón. — dijo la Alfa dándole un beso a la Omega en la mejilla.

— Y yo a ti, Alfa.

Lalisa Yang y Park Roseanne eran las madres de aquel Omega dormilón, ambas amaban mucho a su pequeño hijo aunque se la pasara durmiendo todos los días.

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Riki había comprado un ramo de rosas rosadas, si, a Jungwon le encantaba las rosas, pero más si eran de color rosa.

— Estoy seguro que estas le gustarán a mi lindo Omega. — dijo Riki caminando con el ramo de flores en su mano.

Antes de entrar al instituto, fuera o no fuera tarde, siempre se veían antes en un pequeño callejón, dónde ambos se ¡ban a ver o necesitaban del aroma del otro, se veían ahí y estaban un ratito juntos.

Aún no se sentían listos para exponer el cortejo, Riki sabía que Jungwon era uno de los Omegas más codiciados entre los Alfas, su aroma era único y adictivo, tenía un cuerpo que haría a cualquier Alfa delirar, era perfecto.

Era tan perfecto que Riki sentía mariposas revolotear en su estómago cuando veía la hermosa sonrisa del Omega.

Riki creía que sus oportunidades con aquel hermoso Omega estaban muertas, pero no era así, Jungwon desde que vio a Riki cómo un estudiante nuevo, deseó y anheló que éste le pidiera cortejo.

A ambos se les cumplía su sueño, tenerse mutuamente, claro, todo a su debido tiempo, pero ambos sentían sus pancitas llenas de mariposas cuando veían lo hermosos que eran antes sus ojos.

Por fin habían llegado, Riki sabía que el Omega era muy dormilón —por eso su parada en la floristería— así que se había demorado un poco o eso creía.

Ambos habían llegado al mismo tiempo, Riki viendo la radiante sonrisa de Jungwon, y Jungwon viendo el hermoso rostro de Riki.

— Hola precioso. — dijo Riki viendo al Omega, ambos sonrojados.

— H-hola R-riki. — dijo Jungwon sonrojado.

Jungwon se sintió culpable al no traerle algún detalle a Riki, sabía que aquellas rosas en las manos del Alfa eran para él, ¿Pero de qué serviría si Jungwon no le trajo nada al Alfa?

— Son para ti, cariño. — dijo Riki estirando sus brazos y entregando el ramo de rosas al Omega.

Jungwon las recibió y las olfateó, amaba el aroma a rosas frescas, aunque debía ponerlas en agua si no quería que se marchitaran.

— Gracias Kinnie. — dijo el Omega sonrojado.

— Perdón, pequeño, tal vez no pueda regalarte cosas tan caras como un collar de diamantes o anillos de oro puro, pero estos pequeños detalles son todo lo que puedo ofrecerte. — dijo Riki cabizbajo.

A Jungwon se le partió el corazón, ese Alfa era el mejor de todos y no tenía que disculparse por eso.

— Kinnie, adoro y amo estos detalles que tú me das, no necesito oro ni diamantes para ser feliz, lo único que necesito es saber que el Alfa me va a proteger y amar. — Jungwon se acercó y mientras sostenía con una mano el ramo de rosas, con la otra tomó la mejilla de Riki.

— Riki, soy yo el que debe pedir perdón, no te traje nada. — dijo Jungwon dando un suspiro acompañado de una sonrisa cálida.

— No mí bello príncipe, con tan solo poder verte y abrazarte es todo lo que necesito, te doy esos detalles porque soy yo el que inicio el cortejo, y soy yo quien quiere consentir al bello Omega que los Dioses han mandado a mí ser. — dijo Riki dejando caer su cabeza en la suave palma de la mano del Omega.

A pesar de no ser nada oficialmente, ambos sentían que no necesitaban de las palabras para saber que ambos se amaban.

Tenían algo muy en claro en toda esta situación, Yang Jungwon era el Omega de Nishimura Riki, y Nishimura Riki es el Alfa de Yang Jungwon.

Entre ellos sabían de la hermosa relación que había, aunque por el momento solo era de cortejo.

Tanto los padres de Riki como los de Jungwon estaban enterados sobre el lazo que unía a ambos, de hecho, Riki y Jungwon habían organizado una cena para que ambas familias se conocieran.

Los padres de ambos habían hablado de varias cosas, las actitudes de sus hijos cuando estaban juntos y demás cosas que vieron en la pareja y en el cambio que tuvieron cuando iniciaron la etapa de cortejo.

Las madres de Jungwon le dieron su aprobación a Riki, mientras que los padres de Riki le dieron la bienvenida al jóven Omega a la familia Nishimura.

Ambos querían crecer más, casarse, tener sus cachorritos y su nidito de amor, eso era lo que querían Yang Jungwon y Nishimura Riki.