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Nuevamente aquel niño de cabellos dorados completamente inofensivo se encontraba tirado en el suelo, lo habían corrido de otra tienda... ¿Porque?... Por el simple hecho de existir... No había hecho nada malo... Solo miraba ropa

Su ropa estaba llena de tierra y arena, sus codos estaban raspados y con un poco de sangre, su mejilla estaba inflamada y de un tono violeta, había recibido un golpe por parte del dueño de aquella tienda, sus ojos tenían un par de lágrimas.

— ¡Mierda! ¿¡Que haces en mi tienda maldita plaga!? — Dijo un hombre de bigote y complexión ancha

Las personas comenzaron a amontonarse rodeando al rubio y aquel hombre, murmuraban entre ellos mirando de forma asqueada al de ojos celestes.

Aquel pequeño niño tenía en su rostro una expresión de cansancio y terror, estaba cansado de está situación.

— Y-Yo... Yo solo quería alg-... — no logro terminar su oración, el hombre tomo con brusquedad el brazo de aquel niño, grito — ¡S-Suelteme loco! —

— ¡¡¡¡Seguramente te robaste algo ladrón!!!! — le grito irritado volviéndolo a arrojar al suelo

El de ojos azules se levantó rápidamente del suelo, quitó las lágrimas de su rostro con su brazo, después salió corriendo abriéndose paso entre las personas

Después de algunos metros logro librarse de las personas.

Daba lacadas de aire intentando regular su respiración, se quitó el sudor de la frente eh incluso algunas lágrimas.

Soltó un sollozo silencio tratando de tranquilizarse, negó varias veces, no valía la pena, ya estaba acostumbrado.

Alzo la vista y miro la hora

— Aún tengo tiempo de llegar al entrenamiento.... — pensó en voz alta y coloco sus manos detrás de su cabeza

Plaga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora