Desde la llegada de Edward se mantienen en un incómodo silencio, la seguridad se retira con una breve inclinación. Carlisle se mantiene jugando con el infante mientras el cobrizo observa a Madeleine. Esme llega a su lado dejando el té, está abre su boca con sorpresa.
- ¿Edward? - el mencionado se gira.
- Esme - le da un corto abrazo.
La castaña parpadea confundida ante esa escena.
- Ella es mi hermana, señorita Phillipe. - aclara el rubio.
- Vaya, si que el mundo es pequeño. - sonríe sin mostrar sus blancos dientes.
Alan suelta una carcajada llamando la atención de todos, la castaña lo ve interrogante.
- ¿Por qué no organizamos una cena? Al parecer nos veremos muy seguido doctor Cullen. - la fémina le da una patada al pelinegro por debajo de la mesa.
- No se sientan presionados, son libres de decidir. - Carlisle parece meditarlo antes de asentir.
- Claro, sería un placer.
- No se diga más, ¿Les parece mañana? - cuestiona viendo a Esme.
- Me parece perfecto. - dice dejando de lado la tetera.
- Nosotros nos retiramos ya hemos molestado bastante. - Carlisle le entrega al pequeño a su madre.
Todos se levantan para caminar hacia la puerta donde Petra los espera, Edward se detiene al verla su sangre le era tan atractiva que tuvo que esperar a su padre para no perder el control. Observo su rostro deteniéndose en aquellos ojos verde olivo hipnotizantes, el patriarca al ver a su hijo en algún tipo de transe se acerca rápidamente y lo toma por los hombros.
- ¿Sucede algo? - cuestiona Madeleine cuando están afuera de la residencia.
- ¿Quién es ella? - Edward sale de su trance.
No podía estar pasando eso, definitivamente no. Isabella Swan era su tua cantante de eso estaba seguro y lo podía afirmar por las visiones de Alice pero ahora que sus ojos conectaron con los ojos de pelirroja empezó a dudar sobre sus sentimientos hacia la chica Swan.
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Madeleine | Carlisle Cullen
Vampire𝚀𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚜𝚎𝚛 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚝ú 𝚎𝚛𝚎𝚜, 𝚟𝚎𝚛 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚝ú 𝚟𝚎𝚜, 𝚊𝚖𝚊𝚛 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚝ú 𝚊𝚖𝚊𝚜... 𝚃ú 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚢 𝚖𝚒 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎. ...