𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟒

1.1K 122 5
                                    

Madeleine se tenso al escuchar aquellas palabras, parpadeó con rapidez tratando de procesar lo que había escuchado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Madeleine se tenso al escuchar aquellas palabras, parpadeó con rapidez tratando de procesar lo que había escuchado. Por otro lado Carlisle estaba atento a las acciones de la fémina quien parecía estar en algún trance. La castaña volvió en si cuando el rubio le susurró al oído.

- Oh, mira que tardes es - dijo la heredera con esperanza de que él entendiera la indirecta - Deberías ir a descansar.

- Madeleine... - siseó el doctor.

- ¿Si? - lo vio fijamente.

- De verdad me gustas - murmuró con una sonrisa.

- Carlisle, no soy buena para tí. - le respondió - Estoy segura que encontraras a alguien que sienta lo mismo que tú, alguien que te complemente. - suspiro con tristeza - Eres un buen hombre de eso no tengo dudas pero creo que simplemente debemos olvidar esto.

- No puedes pedirme eso, no cuando cada minuto estás en mi mente... Puedo ayudarte a superar todo aquello que no te permite aceptar tus sentimientos. - le dice mientras se acerca más a ella.

- Agradezco que seas sincero sin embargo tu estilo de vida es tan distinto al mío, me la paso viajando, paso horas en mi oficina, tengo muchas personas a mi cargo, mi vida es caótica. - paso una mano por su cabello - En cambio tu vida es tan pacífica que me temo que no podríamos coincidir en alguna ocasión.

- ¿A qué le tienes miedo? - le pregunta desesperado.

- También me gustas - murmuró - Tengo miedo que mi pasado regresé y mis fantasmas me atormenten. - hizo una pausa cuando escucho gritos fuera de su casa.

Se levantó cuidadosamente y bajo las escaleras dejando a Carlisle confundido. Camino hacia la entrada donde dos hombre de seguridad trataban de convencer a una desconocida de que se fuera.

- ¡Se quien eres Madeleine! - grito la chica, la heredera apretó los dientes al reconocer aquella voz. Mientras que el rubio veía todo desde arriba.

- ¿Sí? - preguntó con diversión - Yo también se quién eres Isabella, tus padre se divorciaron cuando eras pequeña, veías a tu padre algunas veces pero después dejaste de visitarlo. Regresaste a este lugar para que tú madre pasará más tiempo con su nuevo esposo, quien por cierto juega beisbol. - soltó una carcajada - ¿Quieres que te de más detalles?

- ¿Cómo? - cuestionó incrédula la Swan.

- Yo lo sé todo, se a que hora duermes, se lo que desayunas, se tú horario de regreso a tu casa. - se acercó a ella - Yo lo sé absolutamente todo.

- ¿Acaso me sigues? - pregunto eufórica.

- Querida yo no pierdo mi tiempo en cosas insignificantes, ahora dime quien soy. Vamos espero tu respuesta. - la castaña se cruzó de brazos

Isabella tartamudeo en su lugar sin saber que decir, respiro hondo y se armó de valor. La castaña se burló de su torpeza.

- Vete de aquí antes de que llamé a tu padre - le susurró a la pálida.

Madeleine | Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora