Shadonic :"VIOLENTOMETRO"

El principio.

15 de Mayo.

Para ser sinsero, tiemblo de miedo al describir toda mi historia. Mirar como mi vida pasó generalmente a ser normal, a llegar ser víctima de una relación peligrosa, que la palabra "tóxico" llega a ser una palabra minúscula.
Pero aquí estoy, en esta habitación húmeda, fria y oscura, tratando que el ruido del lápiz no traspase las paredes y él me la quite rompiendo uno de mis huesos, que aún algunos, están enteros.

La constante pesadilla de vivir así por siempre, martillea mi mente provocandome momentos de pánico, llanto y autolesiones al querer despertar a pesar de saber que ésta era la realidad.
¿Cómo aquellos ojos que yo los veía llenos de amor, se volvieron en la misma imagen que me da miedo mirar?
Su sola presencia que antes me hacía temblar de amor, ahora me hace temblar de pánico al saber que yo seré su siguiente víctima de su larga lista de triunfos que no fueron revelados al mundo en el que yo un día viví.

Las cosas que ví, romperían por completo la cordura de muchos. Pero yo me tengo que mantener fuerte.
Sé que puedo salir, y saldré con la cabeza en alto al demostrarles al mundo que sobreviví a este holocausto con la mente totalmente cuerda.

Y esta pequeña libreta será mi soporte, si llego a tener esos episodios de locura, leeré sus líneas y me traerán al mundo real. Y si no lo hace, bueno, al menos lo intentaba.

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Hace poco llegó Shadow, por poco no tuve tiempo de esconder la libreta. Como siempre, me trajo una lata de atún junto con un paquete de galletas y una botella de agua. Tenía que distribuirlo muy minuciosamente ya que a veces se tardaba hasta por cuatro dias en darme la siguiente ración. Aunque unas tres veces no funcionaba, ya que no me dió comida hasta por una semana. Las pocas gotas de agua que me quedaban me hacian mantenerme despierto.

No hay un espejo por este lugar, pero pude notar como mi cuerpo cambiaba drasticamente. Cada vez que me venía a ver, me recoraba el estado en el que estaba cuando empezamos a salir.

-Almenos ya no estas obeso como antes.

Era sierto que antes era un poco rellenito, pero al principio decía que no le importaba de mí. Al principio bromeaba ligeramente de mi peso y yo tambien lo tomaba como broma, pero poco a poco, esas bromas se volvieron un poco pesadas que me hacían sentir incómodo.
Recuerdo que una vez le pedí que dejara de hacer ese tipo de bromas, pero el se molestó diciendome que era muy sensible.

-Solo es una broma, y tú te reias de eso. Pero ahora me vienes a decír que te molesta ¿quién te entiende?

Al final me quedaba callado y solo sonreía por cortesia. Pero no me dí cuenta de la primera señal:

BROMAS HIRIENTES.