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Por suerte Jisung tenía otra ropa, y ahora lleva una sudadera rosa pastel más delgada y con el cierra abierto para ver su camisa blanca debajo. Unos jeans claros como los míos a diferencia de que los míos tienen algunos hoyos en las rodillas.

—De aquí a la calle de Chan. —hablo, aparcando el auto y recordándole a Jisung que tiene que cargarme. Y por supuesto que no dejaría que me cargara medio camino, pero si una cuadra.

—Terminaré como de esos osos aplastados con forma de alfombra. —me mira mientras aprietas los labios. Aún están rojos y ligeramente hinchados, espero no sea lo mismo conmigo.

—Querías un empate. —sonrío con malicia.

—¿No puedo mejor tomar el smothiee más extraño que Felix y tú hagan?. —ofrece, pero niego y río mientras bajo del auto.

Él baja después de unos segundos, no se ve emocionado por llegar a la banqueta pero al final lo hace y después de que cierro el auto y guardo las llaves, me coloco detrás de Jisung, dejando mis manos en sus hombros y saltando rápidamente para quedar con mis piernas alrededor de su abdomen y mis brazos en su cuello. Me río e intento ver sobre su cabeza. Le cuesta mucho avanzar, y seguramente nos vemos como un par de idiotas, pero es divertido y Jisung me la debe. Así que sólo río un poco más y veo como avanzamos un metro cada treinta segundos.

Estoy apunto de bajarme porque me estoy resbalando, pero el tarado sólo suelta mis piernas y caigo. Aunque reacciono a tiempo y no suelto sus hombros, provocando que también caiga sobre el pasto del jardín de algún vecino.

—¿Te gusta la pimienta y mostaza? Porque eso y más llevarán tu smothiee, debilucho. —digo mientras me levanto y me limpio la tierra de las manos—. No puedo creer que me hayas soltado.

—Y yo no puedo creer que me hayas obligado a cargarte. —dice realmente indignado, pero verlo así me provoca risa.

—Pues tú me obligaste a besarte. —intento defenderme. Aunque él no me obligó, yo lo besé—. ¡Tú quisiste apostar!. —grito no tan alto.

—¡Bueno!. —exclama con el mismo tono de voz que yo—. Y Minho... —me habla y mira a los lados con preocupación.

—¿Qué pasa?. —pregunto, también viendo a los lados para ver si hay algo o alguien que sobresalga.

—P-Pue... no... yo... —agita su cabeza un poco—. Olvídalo, perdón. Ya es tarde, vamos. —y sin más se da la vuelta y gira por la esquina de la calle.

Troto hasta él y alento mi paso cuando estoy a su lado. Lo miro de perfil, veo lo pequeño que es y el detalle de sus facciones. Parezco incomodarlo, así que termino por mirar hacia enfrente.

—¿Qué ibas a decir?. —pregunto, metiendo mis manos en los bolsillos delanteros de mis jeans.

—Nada. —asegura y mira hacia enfrente con el ceño fruncido—. ¿Crees que realmente les agrade a los chicos?. —pregunta, viendo la casa de Chris—. ¿O es sólo por lástima, como...?. —detiene sus palabras y me mira preocupado, sé que iba a decir "como tú" así que aunque ahora esté molesto, sólo miro al frente y sigo caminando.

Aprieto mis dientes y mis puños dentro de mis bolsillos, evito mirarlo hasta que llegamos al jardín de Chan, donde acelero mi paso para alejarme de Jisung y entrar primero. No toco el timbre, sólo abro la puerta y entro para dejarme caer en el sillón a un lado de los chicos.

—¡Hay un maldito timbre, Minho!. —grita Bang, dejando su cerveza a un lado.

—¡Jisung!. —grita con emoción Lee, levantándose de su lugar y caminando a la entrada de la casa, donde se ha quedado parado Han—. Pasa, está bien.

"¡Hola, Felix! ¡Sí, cuéntame cómo les fue en el viaje! Yo estuve bien también, gracias." pienso con sarcasmo y molestia cuando regresan a la sala.

—No puedo creer que pienses que no te quieren. —murmuro hacia Jisung, pero lo digo tan bajo que no me escucha nadie.

Fingir que odio a Jisung frente a los chicos será fácil ahora. Quiero decir, no lo odio, pero estoy molesto sobre que piense que aún estoy con él por lastima. ¿No puedo cambiar? Al parecer sólo parezco hacerlo conmigo, porque sólo yo lo noto.

—Hola, Minho. —saluda Felix después de soltar a Jisung—. No te dije nada el otro día, pero me gusta el azul.

Se acerca a mí y me deja un pequeño abrazo después de agitar mi cabello.

—Sí, como sea. Tengo que irme. —informo, separándome y caminando a la puerta—. Nos vemos.

—¡Hey, Min!. —grita Chan deteniéndome antes de que salga—. Creí... creí que te quedarías. —se acerca a mí y yo alejo mi cabeza—. Jisung y tú me dijeron que cambiaste, ¿qué mejor momento que ahora? Quédate.

—Es que veré a Hyunjin. —miento—. Y después tengo que hacer cosas del trabajo.

—Minho. —llega Lee detrás, animado y con una sonrisa—. Creí que te quedarías a ver una película. Jisung me dijo que quieres hacer un smothiee para él.

—Sí, Minho. —habla Jisung—. Deberías quedarte. —pero no parece importarle, o al menos, su expresión es neutra.

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