seokjin salió de casa, era un día soleado y uno muy especial. porqué hoy este pequeño cumplía cinco años, eso significaba que el año que viene por fin iría a la escuela, con niños de su edad. No decía que vivir en el bosque no le guste, le encantaba porque había un montón de atracciones naturales con las cuales divertirse. Pero no tenia otra persona con quien jugar excepto por su madre y su primo que lo visitaba cada dos meses.—seokjin cariño, no te ensucies la ropa porfavor — pidió su madre desde la puerta viendo a su hijo correr hacia el bosque, tenía una imaginación enorme. Creía que tal vez se debía a su edad...
bueno, un poco de razón tenía.
Jin se metió al bosque mientras recogía una rama delgada que acababa de encontrar, vio una brillante mariposa blanca y la siguió.
trató de agarrarla en varias ocasiones, en muchas de ellas arrugando su ropa y ensuciandola un poco, hasta dejó caer su ramita por solo queres agarrarla. Para que luego emprenda un vuelo más alto y la pierda de vista.
hizo un pequeño puchero y dirigió su mirada con curiosidad a la cabaña de madera que estaba ahí, en medio del bosque, rodeada de naturaleza y un pequeño y bonito jardín de flores.
sonrió y fue corriendo para ver por la ventana si adentro había alguien, se subió a una de las macetas pegadas a la pared y observó, todo parecía tranquilo y en calma.
se preguntó si podía entrar...
¿el podía?
rodeó la casa hasta estar frente a la puerta, se puso de puntitas para alcanzar la perilla, la giró y la abrió.
miró hacia el interior, se metió y la puerta se cerró por sí sola, se puso a investigar toda la casa y cuando acabó se subió a la única cama de toda la casa.
Quedó dormido y despertó cuando escuchó la puerta cerrarse duramente...